martes, mayo 31, 2016

Berryman - W.S. Merwin

Les voy a contar lo que me dijo
en los años justo antes de la guerra
como la llamábamos entonces
la segunda guerra mundial

no pierdas tu arrogancia todavía me dijo
ya lo podrás hacer cuando seas viejo
pues si la pierdes demasiado pronto
sólo habrás de reemplazarla con vanidad

sólo una vez me sugirió
cambiar el orden acostumbrado
de las mismas palabras en un verso
para qué señalar dos veces la misma cosa

me sugirió que le rezara a la musa
que me pusiera de rodillas y rezara
allí mismo en un rincón y lo decía
en el sentido literal de la palabra

eran los días antes de la barba y la bebida
pero ya estaba muy metido en sus propias ondas
y las navegaba con el mentón y la cabeza
inclinados como una balandra al garete

era más viejo que lo que las fechas decían
mucho más viejo que yo andaba en los treintas
y hablaba con un acento nasal afectado
que creo había adquirido en Inglaterra

por lo que toca a las publicaciones me aconsejó
que cubriera la pared con las cartas de rechazo
sus labios y los dedos de sus largos dedos temblaban
con la vehemencia de su visión sobre la poesía

me dijo que la gran presencia
que permitía todo y todo lo transmutaba
en la poesía era la pasión pues la pasión
era el genio y él alababa el movimiento y la invención

apenas había comenzado yo a leer
cuando le pregunté cómo podía estar seguro
de que lo que uno escribe es realmente
bueno y me contestó que era imposible saberlo

es imposible nunca puedes estar seguro
te vas a morir sin saber de cierto
si algo de lo que escribiste valía la pena
y si tienes que estar seguro mejor no escribas.

- - - - - - - - - - -
W.S. Merwin, Después de los alfabetos. Antología poética, 1952-1993,
Prólogo: Octavio Paz, W.S. Merwin, Alberto Blanco, traducción y selección: Alberto Blanco, Pura López Colomé, Hotel Ambos Mundos/Fideicomiso para la Cultura México-USA, México, 1996.

viernes, mayo 27, 2016

Tres breves

“Escribo porque me gusta, lo que no significa que necesariamente la pase bien mientras estoy escribiendo. Hay días en que la cosa no funciona y reniego, pero es el renegar de alguien que disfruta lo que está haciendo. Es como esos tipos que arman rompecabezas de un millón de piezas: nadie dice que es algo fácil de hacer pero nadie tampoco los está obligando a hacerlo. Si usan su tiempo para armar rompecabezas es porque lo disfrutan”.


“Yo soy fundamentalmente un novelista y, para mí, la mezcla de géneros es consustancial a la novela; así inventó el género Cervantes: como un género de géneros, donde todos los géneros tienen cabida (incluidos los no literarios). Esta es una de las principales virtudes del género -su capacidad para fagocitarlo todo, su camaleonismo crónico, su casi infinita versatilidad-; también, una garantía de su perdurabilidad: contra los que dicen que la novela está muerta (lo dicen desde que la novela nació), yo creo que está en pañales. El problema es que no veo que los novelistas aprovechemos esa virtud capital del género, porque lo que mayoritariamente seguimos escribiendo, me temo, son novelas aferradas al modelo tradicional, decimonónico. Es decir: no estamos explotando a fondo la lección de libertad que nos dio Cervantes”.


“Durante tres días seguidos escribid, sin falsedad ni hipocresía, todo lo que se os pase por la cabeza. Escribid lo que pensáis de vosotros mismos, de vuestras mujeres, de la guerra con los turcos, del Juicio Final, de vuestros superiores; y una vez transcurridos esos tres días os quedaréis pasmados de la cantidad de ocurrencias inauditas que habéis tenido. En esto consiste el arte de convertirse en tres días en un escritor original”.

 

miércoles, mayo 25, 2016

Ballena en caída libre

Una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia,
              Y lo que es más importante: una toalla tiene un enorme valor psicológico. Por alguna razón, si un estraj (estraj: no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva su toalla consigo, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, frasca, brújula, mapa, rollo de cordel, rociador contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc. Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya «perdido» por accidente. Lo que el estraj pensará, es que cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello, y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.
Douglas Adams, Guía del autoestopista intergaláctico

En el Día de la Toalla veamos a la ballena:



Acerca de la lectura como obligación: Fernando Iwasaki

Foto: Jordan Matter
Fragmentos de «Fernando Iwasaki: "A nuestros alumnos universitarios les tomaría el B2 de español el primer día de clases", en Jot Down Magazine

«En la época presente va a ser muy difícil que los jóvenes renuncien a lo audiovisual. Por el contrario, quienes deseamos que los jóvenes lean, tenemos que adaptarnos a la realidad audiovisual. Esperaremos a que se haga una buena película de Moby Dick para recomendar la lectura de Moby Dick. ¿Cuántos adolescentes se enteraron de la existencia de la guerra de Troya gracias a Brad Pitt? Más bien, espero que pronto llegue a las aulas la primera generación de profesores que vio Bola de Dragón y que fantaseó con las primeras películas basadas en cómics, para que le hablen a los chavales de todo lo que vieron. Como soy un friki contumaz, me he chutado todas esas series y disfruto manejando aquel universo de referencias.

»Pero debo añadir que si no le perdemos el miedo a lo "obligatorio" jamás conseguiremos que los jóvenes se vuelvan lectores, porque quienes somos de letras estamos a priori contra todo lo que sea obligatorio. Sin embargo, mis profesores de matemáticas me obligaron a sumar exponentes, simplificar radicales, despejar ecuaciones de tercer grado y calcular senos sobre cosenos. ¡Jamás senos sobre senos! Todavía recuerdo que menos B más menos raíz de B cuadrado menos cuatro AC sobre dos A, debe ser igual a cero. ¿Por qué carajo me acuerdo de esa huevada a mis cincuenta y cuatro años? Porque fui obligado a memorizar esa fórmula, tal como no tuve más remedio que aprender a sacar máximos comunes divisores, mínimos común múltiples y otras obscenidades. Los profesores de ciencias jamás dudan ni tienen los pruritos morales que nos acogotan a los de letras. Si el profesor de química te decía que tenías que aprenderte la tabla periódica con sus pesos atómicos, te los aprendías. Si el profesor de física te decía que debías saber que el tiempo de la caída libre de un cuerpo era igual a la velocidad final menos la velocidad inicial sobre la aceleración, te lo sabías. Yo me tuve que envainar todas esas fórmulas porque los profesores de matemáticas no dudan y por eso los profesores de letras hemos perdido la batalla del fomento de la lectura.

»Si el problema es el verbo "obligar", entonces habrá que usar "exigir", "impeler" o "instar" para que los alumnos lean, porque tienen que leer. El problema es qué deberían leer. Si tienen doce años, tendrán problemas para comprender el Lazarillo de Tormes o Rinconete y Cortadillo, pues para ellos sería más fácil leer Harry Potter, El Señor de los Anillos o los cómics de Iron Man. Si los maestros les explicaran la relación que existe entre la armadura de Aquiles y la armadura de Iron Man o entre la espada Excálibur y las espadas láser de La guerra de las galaxias, los alumnos lo agradecerían.

»Los alumnos universitarios se quejan de que les mandamos leer textos muy difíciles, mas no porque estén leyendo epistemología o estructuralismo. No, para ellos algo es "muy difícil" cuando tropiezan con un adjetivo que no entienden. Y como es más fácil buscar un adjetivo en el ordenador, ya nadie tiene diccionarios en casa. Antes había al menos un Pequeño Larousse, un Everest, un Sopena, pero ahora es que han desaparecido. Soy de los que piensan que todos deberíamos pagar un canon para que en la barra de cualquier navegador haya un enlace a la web de la RAE, de modo que sea más sencillo hallar la definición de cualquier voz en nuestra lengua.»

martes, mayo 24, 2016

De bibliotecas, libros y lectura: Armando Adame



Fragmento de la charla que tuvimos con el prof. Armando Adame, titular de la Biblioteca Central del Estado en San Luis Potosí y un gran lector y amigo, acerca de bibliotecas, ebooks, libros, lectura y hábitos lectores.

lunes, mayo 23, 2016

La desconexión del escritor ante el elogio - Robert Jackson Bennet

«[…] Cuando los lectores hablan de historias, no están discutiendo o alabando la cantidad de trabajo invertido en la escritura: están alabando su experiencia de la historia pero no el proceso de escritura...

«Una cosa que no debes hacer es tomar a pecho las etiquetas que recibes. Si alguien te dice que eres un extraordinario constructor de mundos y te lo crees, eso marcará la pauta de tu autopercepción de ahora en adelante. Cuando vayas a lo que sigue, pensarás: "¿Podría un extraordinario constructor de mundos hacer esto? ¿Podría un extraordinario constructor de mundos tener estos problemas?" Y eso no es lo que necesitas estar pensando. Serás como el niño al que se le dijo que era inteligente, sentado frente a un difícil problema de matemáticas, preguntándose por qué no puede resolverlo.

»Tu propia identidad tiene que ser flexible y modular para lo que deseas escribir y lo que quieres hacer. Todo lo que los lectores o revisores dicen de ti es totalmente independiente de lo que eres y el trabajo que estás haciendo. No puedes poner la totalidad de tu autoestima en su alabanza...

The Writer’s Disconnect from Praise

Lecturas engarzadas: realidad y creación

«Si ha habido autores reproductores serviles de la realidad existente, malentendieron su cometido creador y si ha habido otros que aspiraron a crear a partir de la nada, han fracasado, porque, diciéndolo con palabras del creacionista Vicente Huidobro, "el poeta es (sólo) un pequeño dios".» 

* * * * * 
«Nosotros representamos la vida como es, punto y final… Y no conseguirá que vayamos más allá, ni siquiera con una fusta. No tenemos objetivos inmediatos ni lejanos, y en nuestra alma reina el vacío absoluto. Carecemos de convicciones políticas, no creemos en la revolución, no tenemos Dios, no tememos a los fantasmas; en cuanto a mí, ni siquiera temo la muerte o la ceguera. […] Grigoróvich y usted piensan que soy inteligente. Sí, soy inteligente, al menos hasta el punto de no ocultarme mi enfermedad, de no mentirme a mí mismo ni esconder mi vacío bajo harapos ajenos, como por ejemplo los ideales de los años sesenta, etc. Yo no me arrojaré, como Garshin, por el hueco de la escalera, pero tampoco me consolaré con esperanzas en un futuro mejor.» 

* * * * * 
«A Nosotros (y este nosotros es virtual; es un nosotros que sólo involucra el yo; a mí que ahora escribo), los nacidos en los setenta, nos tocó vivir como escritores el inicio del siglo XXI. Y ante nosotros tenemos una serie de preocupaciones (literarias y sociales) que son a la vez alientos:

1). La impostergable desaparición (una desaparición parcial, claro está) del libro como lo conocemos ahora. 2). El nacimiento en medio de una edad oscura donde la literatura mexicana no es otra cosa que una aparente repetición de intentos fallidos y donde no existe, ni siquiera, una nueva La región más transparente (en el entendido de que ésta es una primera novela y que su autor tenía 30 años y que apareció en 1958) que, acaso, alguien cerca del 2050 podrá repetir. 3). Además de la inquietante conciencia de ser antecedidos por una generación postboom, la de los sesenta que acuñó para explicar su presencia términos —o estrategias editoriales cuyos aportes estéticos son nulos— como McOndo, Crack, y Generación Fría que luego devino en Generación de los Enterradores. 4). También, como enigma (¿inútil? o ¿necesario?), la encrucijada de cien aristas que representa la noción de que actualmente (los ríos temáticos que corren en sentido inverso al gran mar que significó el Tema de la Revolución se están secando) no hay Tema Mexicano. 5). Y de la mano del anterior punto, la incertidumbre de la utilidad de encontrar o buscar el Tema Mexicano, a riesgo de que se confunda con un nuevo nacionalismo. 

Las novelas que en México aparecieron y aparecerán del año 2000 al 2010 (la década inicial) son un amasijo multitemático que aparentemente no tiene cohesión. En este lapso, los escritores de Primera Novela, de Segunda y Tercera dan pasos atrabancados, unos, y cuidadosos, otros, sin que ninguno, lógicamente, haya conseguido Obra. Podríamos aventurar que existen unos 80 (¿quizá 100?, hay que ponerse al día revisando los índices de las antologías) escritores nacidos en los setenta publicando en editoriales comerciales, ganando premios nacionales y apareciendo en revistas y suplementos que circulan en todo el país. Ése, según la nueva moda, es el relevo, los que quitarán a los nacidos en los sesenta (el engañoso peor enemigo de esta generación incipiente) de en medio.» 

sábado, mayo 21, 2016

Antología Virtual de Minificción Mexicana


Los invito a visitar la página de Antología Virtual de Minificción Mexicana, donde podrán leer seis de mis microrrelatos, y los de otros muchos autores, gracias al esfuerzo de José Manuel Ortiz Soto y su equipo.

Se vale dejar comentarios allá, como aquí. La interacción es grata.

Otros de mis cuentos y cuentitos pueden encontrarse en este blog con las etiquetas al pie de este post: Alexandro Roque, cuentos, microcuentos, microficciones, microhistorias, minicuentos, nanorrelatos.

viernes, mayo 20, 2016

Mirándote bailar (fragmentos) - Tony Raful

En el principio fue la danza
Verbo danza errante del terso crispar del sueño
Primero fue la danza de las energías
Voluta acechanza de una montura de soles
Imágenes armoniosas de la Creación

Alicia Alonso se hospeda en las alturas
Costuras de antílopes en sus fluidas auroras.

Se avecina el alumbrado de tus manos
Vuelan en el río que pasa cantando en tu cabeza
Líneas violetas o bermejas que yo leo en luna nueva
Bella Ballerina
Lluvia de alas
Se rinde mi corazón en tus manos encintas
El oso hormiguero danza bajo el agua serena
copula el verano en un caracol
Eco y marimba de los susurros del mar
Como tú cuando bailas en trémula burbuja
Bóveda de espumas
Voltereta de tu ida y venida.

Pingüinos fundan la aurora boreal
Y danzan ateridos en la techumbre feroz de la nieve

Tony Raful (Premio Nacional de Literatura 2014), Mirándote bailar y La loca del café sublime, Búho, República Dominicana, 2014.
Dedicado a este bloguero "desde esta isla caribeña donde el alba trepa los sueños y teje la poesía del porvenir".

jueves, mayo 19, 2016

Omisiones - John McPhee

Fragmentos de Omission, choosing what you leave out, de John McPhee

Escritura es selección. Tan sólo para empezar un texto tienes que elegir una palabra y sólo una de entre más de un millón en tu idioma. Sigue adelante. ¿Cuál es tu siguiente palabra? ¿Tu siguiente frase, párrafo, artículo, capítulo? Tu siguiente tiro, de hecho. Seleccionas lo que entra y decides lo que se queda afuera. Te basas en un solo criterio: si algo te interesa, entra; si no, se queda fuera. Esa es una forma cruda de evaluarlo, pero es todo lo que tienes. Olvídate de investigación de mercado. Nunca hagas investigación de mercado de tu escritura. Escribe sobre temas en los que tengas suficiente interés propio como para ver a través tuyo todos las alto, siga, titubeos, y otros obstáculos que se presenten en tu camino.

Los escultores abordan la eliminación de material a su manera. Como Miguel Ángel: “Cuanto más residuos de mármol, más la estatua crece”. “Cada bloque de piedra tiene una estatua en su interior, y es la tarea del escultor descubrirla”. Podemos imaginar vagamente a Miguel Ángel con seis toneladas de mármol de Carrara, un martillo, un cincel de punto… un cincel diente, un cincel garra, escofinas, codillos, y un marro: “Sólo estoy quitando lo que no pertenece allí”.

E inevitablemente hemos llegado a Ernest Hemingway o, cómo dicta la moda de la teoría crítica, a uno de los clichés más venerables del mundo: “Si un escritor de prosa sabe lo suficiente acerca de lo que está escribiendo podrá omitir cosas que sabe, y el lector, si el escritor está escribiendo realmente bien, tendrá la sensación de esas cosas con tanta fuerza como el escritor las haya fijado”. “La dignidad de movimiento de un iceberg se debe sólo a la octava parte de él que está fuera del agua”. Las dos frases son de Muerte en la tarde, un libro de no ficción (1932), aunque se aplican fácilmente a la ficción. Hemingway a veces llama a este concepto Teoría de la Omisión. En 1958, en una entrevista sobre “arte de la ficción” para The Paris Review, le dijo a George Plimpton: “Elimina cualquier cosa que puedas, eso sólo fortalecerá a tu iceberg”.

Sé como no podrías ser. Me parece que la Teoría de la Omisión de Ernest Hemingway está diciendo a los escritores: “Regresa. Que el lector haga la creación”. Para hacer que un lector pueda ver con los ojos de su mente todo un paisaje otoñal, por ejemplo, un escritor tiene que entregar unas cuantas palabras e imágenes, tales como choques de maíz, faisanes, y una helada temprana. El escritor creativo deja espacios en blanco entre los capítulos o segmentos de capítulos. El lector creativo articula en silencio la idea no escrita que está presente en el espacio en blanco. Que el lector tenga la experiencia. Deja los juicios en la mirada del espectador. Cuando estás decidiendo qué dejar fuera, comienza con el autor. Si te ves haciendo cabriolas alrededor o entre el sujeto y el lector, piérdete. Da espacio para moverse al lector creativo. En otras palabras, en la medida en que esto sea todo acerca de ti, déjalo.

miércoles, mayo 18, 2016

Papel y pantallas - Nestor García Canclini

Las escuelas que incorporan, además de los aparatos, el uso razonado de la cultura digital, ofrecen a los alumnos ocasiones de emplear los recursos y lenguajes actuales para aprender de manera creativa y potenciarlos, leer conjuntamente libros, textos electrónicos e imágenes. Sin embargo, estos recursos no se complementan en automático y pueden dar fuentes contradictorias de conocimientos ¿Cómo elaborar las sensaciones inmediatas despertadas por videos, las opiniones virales o situar en historias razonadas las imágenes de distintas épocas y contextos socioculturales que vienen mezcladas con códigos autoritarios de consumo o sin protocolos interpretativos en las redes? La tarea de la educación institucional es proveer herramientas de discernimiento de lo que hallamos en los buscadores.

El fárrago informativo de las pantallas aparece tanto a propósito de objetos cotidianos como en temas académicos. Prueben buscar en Google «antropología de los lectores» y ese respondedor universal —que nunca dice que no sabe— los llevará por páginas que comienzan con la frase «Queridos lectores», anuncia la Feria del Libro de Antropología en México del año pasado, luego «controles de lectura» en clases y recoge opiniones de lectores sobre textos de antropología en venta en la Casa del Libro de Madrid.

Es cierto que gran número de las escuelas, sobre todo las públicas y gratuitas, actúan a la defensiva ante los medios digitales. Pero éstos no proporcionan un orden alternativo por sí mismos y cuando lo hacen a menudo es porque difunden conocimientos organizados por el mundo académico. ¿Qué debería cambiar en la educación formal para reubicarla en los actuales procesos informativos? Varios especialistas en educación sugieren caminos para reformarla.

Resumo algunas propuestas siguiendo a Inés Dussel: a) Deshacerse de la solemnidad y gravedad del tono escolar y dejar que circulen los medios digitales abriendo la palabra a la «voz» adolescente más irreverente y lúdica; b) «enriquecer los gestos y lenguajes expresivos colocándolos al lado de otros, pasados, presentes y futuros, y desplegando las series en las que se inscriben» (Dussel, 2012:206); c) construir nuevas formas de entender y aprender usando estímulos visuales atractivos, en la línea de la cultura digital, relacionándolos con el modo argumental de la cultura escrita y con el fin de desplegar «distintos regímenes de justificación» que no terminen la conversación con los gustos o preferencias de cada uno»; d) elaborar «la batalla por la atención de los alumnos sabiendo que hay también, en palabras de Walter Benjamin, «aprendizaje en la distracción» (mirar sin atender como sucede ante la televisión o en los paseos del flaneur por la ciudad); e) trabajar con la «atención profunda» de la lectura concentrada junto con la «híper-atención» del multitasking y de los intereses fugaces (Dussel, 2012: 207-208).

No es sencillo realizar estos propósitos, formar a los maestros para reformatear de manera inteligente las articulaciones entre ver, leer y saber, entre atender, aprender y comprender, cuando se asume lo que ocurre desde hace décadas con la educación en México. Al deterioro de los edificios y el deficiente equipamiento escolar (un informe sostiene que en un 10% de las escuelas —20,000— la situación es grave) se añade el alto número de maestros que no aprueban los exámenes de calificación y la herencia de plazas a familiares sin la preparación mínima. El informe de PISA 2012 comprobó que el 55% de los alumnos mexicanos no alcanzan el nivel básico de habilidades matemáticas y 41% no llega al de comprensión lectora. Por eso, México está en el último lugar de los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y en el 52 de los 65 que participan en dicha prueba.

"Leer en papel y en pantallas: el giro antropológico", Hacia una antropología de los lectores, UAM-I / Telefónica / Ariel, México, 2015.

martes, mayo 17, 2016

Dos poemas de Federico Jovine Bermúdez

La lluvia

Duermes y sé que soñar que estoy a tu lado es alentar el deseo de llegar a tu cuerpo con tal de hacerte mía entre los sueños. ¡Oh, dulce compañera!, tú sabes cuánto he querido darte mi calor a pesar de sentir cómo te escapas de los

sueños en los que siempre repto por tu cuerpo como una serpiente azul, única forma posible de tenerte, porque sé que eres insensible al deseo de este fauno que siempre ha soñado con poseerte lleno de deseos y de nostalgias...

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Las dulces edades del caracol...

Un caracol no ha sido siempre un molusco envuelto en una concha, si la miramos bien notaremos que en su interior posee una dulce textura nacarada en un misterioso diseño que ha soportado el tiempo, las edades y el destino de los hombres. Sostenido junto

al oído ese caracol hará que mares perdidos a los ojos, a la memoria y al recuerdo resuenen con el encanto de sus olas que movidas por los vientos vendrán de todos los cuadrantes de la tierra, porque en los graves momentos de la especie el hombre siempre

ha visto en los caracoles un objeto misterioso que les hace generar hondos silencios. Yo he contemplado siempre al caracol porque sé que él también me mira con sus ojos de sal ultramarina, yo acaricio su arquitectura de nacarina piel con mis manos rendidas a su hermosura. En tanto él corporiza su voz sobre todos los lugares de mi cuerpo, hurgando entre mi piel, destripando mi cuerpo, haciéndome sentir tan diminuto como si el mar que guarda el destino de los hombres hubiese comenzado a poblarse a partir de

que yo quedara hecho polvo y arena bajo el vendaval surgido del centro de la tierra fraguaría la presencia de la especie a partir de las esencias milenarias del nácar contenido en los sueños de cada caracol.

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Federico Jovine Bermúdez, El amor siempre tendrá tu nombre (poemas con todas mis angustias), Ediciones Alambique de Letras, Santo Domingo, República Dominicana, 2013.

lunes, mayo 16, 2016

Bip bip

De tanto ver caricaturas, a Rufo Quijano —de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro— se le reblandeció la mollera y haciéndose llamar Don Coyote salió a los caminos montado en su caballo Acme a perseguir rodamundos, a los que confundía con correcaminos.


viernes, mayo 13, 2016

Comprensión lectora y educación privada

En cada grupo escolar que he estado, como alumno o profesor, ha habido satisfacciones. En cada grupo que he dado clase hay al menos uno o dos alumnos que me hacen sentir orgulloso y deseoso de seguir compartiendo lo que sé, lo que me apasiona: la lectura y la escritura.

Siempre surge algún escritor en ciernes, alguien que pide otros libros, o duda, o cuestiona con argumentos válidos, otro que busca sugerencias sobre cómo mejorar como lector y como persona.

Aunque leer mucho no es garantía de escribir mejor:
"Para aprender a redactar es necesario fijarse en las construcciones de las frases y ser muy consciente de lo que ha intentado hacer un autor para luego ponerlo en práctica. No basta con leer de corrido y quedarse solo con la trama de la novela".
En una escuela privada de cuyo nombre no quiero acordarme hice hace poco una prueba de comprensión lectora. Fue la clásica: un pequeño texto, cinco preguntas con cinco posibles respuestas cada una. La prueba de opción múltiple se hizo a 86 alumnos de bachillerato y licenciatura, 56 y 30, respectivamente.

Solo una persona sacó bien los cinco aciertos. De bachillerato.

La mayoría, 53 de los 86 alumnos de esta escuela de nombre pleonástico, tuvo apenas dos, uno o cero aciertos en comprensión lectora. 16 de esos 53 no contestaron bien ni una sola pregunta. Leer sin entender: antes hubo lecturas de cuentos en los que varios alumnos no supieron interpretar el final.

El riesgo de las escuelas privadas es que los alumnos crean que con su pago es suficiente para pasar, y entonces se confían, no ponen atención o ni siquiera toman apuntes. El peligro es que las escuelas se lo crean y —además de pagar a los profesores hora-clase lo menos posible— quieran sólo cobrar colegiaturas sin exigir lo mínimo: tomar apuntes (y no contentarse con tomar una foto del pizarrón), disposición de aprender, cumplimiento con tareas y trabajos, y fomentar la creatividad evitando el plagio ("otros profes no nos dicen nada", dijo un alumno cuando le demostré su copypaste), para que el alumno no sea mediocre o crea que con suplicar al profe al final del cuatrimestre podrán aprobar la materia.

Al no haber examen de admisión en estas escuelas debería darse más atención a los alumnos, motivar la disciplina y el respeto al trabajo académico, con valores como honestidad y aprecio por el conocimiento. Al no haber examen de admisión a veces llegan alumnos con problemas psicológicos o familiares, con tendencia a drogas o suicidio, que requieren al menos de una cancha, una biblioteca, formación de valores.

Muchos alumnos no quieren leer, no saben. Llegan a la licenciatura sin apreciar el saber y, como dijo Borges, amar, soñar y leer no admiten el imperativo. Hay siempre casos contra los que no se puede luchar. Pero en cada grupo me he encontrado motivos de satisfacción, de personas que quieren aprender, disfrutar un buen libro, que, amorosos lectores, no buscan, encuentran. Y dice Borges también:
"Creo que el ejercicio de un profesor de literatura es hacer que sus estudiantes se enamoren de una obra, de una página o de una línea si quieren, es decir, que algo quede en su memoria, que algo siga viviendo en su memoria y ese algo pueda ser citado después con algún error, que es una secreta corrección".
A veces me encuentro a alumnos que me saludan con gusto, y me da gusto que casi siempre quienes me recuerdan, fueron los que se esforzaron, los mejores, los más creativos.

Feliz Día del Maestro a quienes me dieron clase, todos, pues de todos aprendí; a mis compañeros en cada escuela que he pisado; en fin, a los alumnos y docentes, esa bella minoría, que buscan mejorarse a sí mismos y mutuamente, poco a poco, en las pocas horas en que nos cruzamos en las aulas.

Gracias.

jueves, mayo 12, 2016

Fue como descubrir un superpoder - Etgar Keret

«Hay una historia que me gusta contar. Cuando escribí el cuento lo imprimí porque se lo quería enseñar a alguien. Pero no sabía a quién y fui con mi hermano. Toqué el timbre y le dije que quería subir a enseñarle algo que había escrito. Él me dijo: "No es buena idea, son las seis de la mañana y despertaste a mi novia. Necesito sacar a caminar al perro. Bajo y lo leo mientras paseo al perro". El perro era pequeño. Mi hermano tomó el cuento, empezó a leer y a caminar. Pero el perro quería hacer popó y lo trató de jalar. Mi hermano seguía caminando y leyendo. El perro perdió el equilibrio y se cayó. Mi hermano lo iba arrastrando por el suelo sin darse cuenta. Pero por suerte para el perro mis cuentos son muy cortos y después de dos cuadras mi hermano se detuvo. El perro se levantó e hizo popó. Mi hermano me volteó a ver, con lágrimas en sus ojos, y me dijo: "Es muy hermoso ¿Tienes otra copia?". Le dije que sí, entonces agarró la popó con mi cuento y lo tiró a la basura. Esto ha sido lo más importante en mi vida como escritor. Cuando mi hermano hizo esto algo de electricidad salió de mi cuerpo y me dije "Quiero ser escritor". Me demostró cómo cuando escribes las historias no están en la hoja de papel sino en la mente de las personas. Fue como descubrir un superpoder.»

Loving Vincent



Una película hecha al óleo. Se estrena próximamente. Habrá que verla.

miércoles, mayo 11, 2016

Ideas no tan novedosas

Una chica que sigue a una criatura extraña...


Un ser que parece saber mucho le da un objeto que la salvará...


Un personaje poderoso y con problemas de ira quiere matar a todo mundo.



Sí, suena familiar.
Hasta se parecen al dibujo de Arthur Rackham. Intertextualidad, que le dicen.


martes, mayo 10, 2016

Un cachorro - Horacio Quiroga

Una vez, a principio de otoño, la viruela visitó un pueblo de un país lejano y mató a muchas personas. Los hermanos perdieron a sus hermanitas, y las criaturas que comenzaban a caminar quedaron sin padre ni madre. Las madres perdieron a su vez a sus hijos, y una pobre mujer joven y viuda llevó ella misma a enterrar a su hijito, lo único que tenía en este mundo. Cuando volvió a su casa, se quedó sentada pensando en su chiquillo. Y murmuraba:

-Dios debía haber tenido más compasión de mí, y me ha llevado a mi hijo. En el cielo podrá haber ángeles, pero mi hijo no los conoce. Y a quien él conoce bien es a mí, ¡pobre hijo mío!

Y miraba a lo lejos, pues estaba sentada en el fondo de su casa, frente a un portoncito donde se veía la selva.

Ahora bien; en la selva había muchos animales feroces que rugían al caer la noche y al amanecer. Y la pobre mujer, que continuaba sentada, alcanzó a ver en la oscuridad una cosa chiquita y vacilante que entraba por la puerta, como un gatito que apenas tuviera fuerzas para caminar. La mujer se agachó y levantó en las manos un tigrecito de pocos días, pues aún tenía los ojos cerrados. Y cuando el mísero cachorro sintió el contacto de las manos, runruneó de contento, porque ya no estaba solo. La madre tuvo largo rato suspendido en el aire aquel pequeño enemigo de los hombres, a aquella fiera indefensa que tan fácil le hubiera sido exterminar. Pero quedó pensativa ante el desvalido cachorro que venía quién sabe de dónde y cuya madre con seguridad había muerto. Sin pensar bien en lo que hacía llevó al cachorrito a su seno y lo rodeó con sus grandes manos. Y el tigrecito, al sentir el calor del pecho, buscó postura cómoda, runruneó tranquilo y se durmió con la garganta adherida al seno maternal.

La mujer, pensativa siempre, entró en la casa. Y en el resto de la noche, al oír los gemidos de hambre del cachorrito, y al ver cómo buscaba su seno con los ojos cerrados, sintió en su corazón herido que, ante la suprema ley del Universo, una vida equivale a otra vida.

Y dio de mamar al tigrecito.

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("Juan Darién", de Horacio Quiroga, completo acá, en Ciudad Seva)

Las tres madres de Gregorovius - Julio Cortázar

«A Gregorovius le agrada establecer una picaresca prenatal y difama a sus madres (tiene tres, según la borrachera) atribuyéndoles costumbres licenciosas. La Herzogin Magda Razenswill, que aparece con el whisky o el coñac, era una lesbiana autora de un tratado seudocientífico sobre la carezza (traducción a cuatro idiomas). Miss Babington, que se ectoplasmiza con el gin, acabó de puta en Malta. La tercera madre es un constante problema para Etienne, Ronald y Oliveira, testigos de su esfumada aparición vía Beaujolais, Côtes du Rhône o Bourgogne Aligoté. Según los casos se llama Galle, Adgalle o Minti, vive libremente en Herzegovina o Nápoles, viaja a Estados Unidos con una compañía de vaudeville, es la primera mujer que fuma en España, vende violetas a la salida de la Opera de Viena, inventa métodos anticonceptivos, muere de tifus, está viva pero ciega en Huerta, desaparece junto con el chofer del Zar en Tsarskoie-Selo, extorsiona a su hijo en los años bisiestos, cultiva la hidroterapia, tiene relaciones sospechosas con un cura de Pontoise, ha muerto, al nacer Gregorovius, que además sería hijo de Santos Dumont. De manera inexplicable los testigos han notado que estas sucesivas (o simultáneas) versiones de la tercera madre van siempre acompañadas de referencias a Gurdiaeff, a quien Gregorovius admira y detesta pendularmente».

Rayuela, capítulo 65

lunes, mayo 09, 2016

Confesiones - Dolan Mor

Al principio yo anhelaba ser el príncipe
de la poesía, el rey de las palabras,
un ministro de los poemas con una medalla
sobre mi oscuro pecho, una corona de oro
alumbrando con su dorada luz mi noble cabeza.
Después, bajé mis metas y me propuse ser
un licenciado, un doctor en gramática,
políglota, un James Joyce, usar barba,
un abrigo negro hasta los tobillos, las gafas
circulares, la pipa entre los labios
recitando los versos de Charles Baudelaire.
(Recuerdo que tenía la foto de Vallejo
debajo del cristal de mi mesa de noche
y, mirándola, apoyaba mi rostro y mis manos
cruzadas encima de un bastón con el puño
de plata, en forma de león, para creer
un instante que mi nombre era César.
–Incluso estuve preso por parecerme a él.)
Me decía a mí mismo frases de Kierkegaard:
"para el hombre que aspire a triunfar en la vida
existen dos caminos: ser César o ser Nada".
Y yo lo repetía con la convicción de que era
(sólo faltaba tiempo) un dios o hijo de un dios.
Sin embargo, las cosas han cambiado y mi punto
de vista se cayó en un abismo. Ya no aspiro
a ser príncipe, ni ministro, ni rey, ni políglota
un día, mucho menos deseo ser Joyce o Baudelaire
porque ambos están muertos, y un hombre,
si está muerto, vale menos que un perro.
Ahora aspiro a las cosas sencillas de la vida.
(Me lo dijo Ray Carver y nunca lo entendí.)
Miro el agua de un río sin pensar qué es el agua,
me acuesto entre la hierba y disfruto del sol.
Pienso, respiro, siento cómo limpia el oxígeno
mi sangre, mis pulmones, late en mi corazón.
Soy feliz con vivir sencillo, aspiro a eso:
Posado, como un pájaro, sólo quiero una rama
para cantar mis versos, también una ventana
para mirar el mundo, aunque no tenga un piso,
ni un palacio, ni un templo. Un marco,
una ventana para asomar mis ojos, humilde,
con asombro, sabiendo que soy polvo,
y, debajo del cielo, un animal o nada.

sábado, mayo 07, 2016

Doppelgänger (Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffman)

E.T.A. Hoffman y el actor Ludwig Devrient
La locura, ese estado mental que se escapa al ser humano promedio —al que algunos llaman "normal"—es un tema que atrapa, con gusto o con susto, al artista. Desde Don Quijote la exploración de lo real y lo fantasioso, su función de salvación, nos acompaña. En cada lectura nos escapamos de lo normal, y saliendo de los libros recobramos la cordura.

"Un juego de palabras es, en manos de la locura, un ardiente rizador con que ella tuerce los pensamientos", dice un personaje en Los elixires del diablo, de E.T.A. Hoffman, novela publicada en Alemania en dos partes, 1815 y 1816. Como muchas obras, en su época no tuvo eco de la crítica pero los lectores (los que cuentan, en todos los sentidos) se la apropiaron.

Es una obra precursora de la novela psicológica, de terror y redención. Medardus es un monje que cae en la tentación de tomar de una pócima que se supone elaborada por el mismo diablo y resguardada entre las reliquias de un santo, y así conoce lo mejor y lo peor: al matar por accidente a un noble toma su identidad, se enamora de Aurelia, conoce la corte, comete asesinatos. Al dar a Medardus la maldición de asumir otra identidad, de ver como su igual a a quien supuestamente mató, de contemplar al diablo con el mismo rostro que ve en los espejos, de desdoblarse, Hoffman —escritor y músico, jurista y dibujante, todo un hombre renacentista— redondea la idea del doppelgänger, el otro que camina, el narciso que intenta apoderarse de su reflejo o viceversa.

Las otras voces no son esquizofrenia. O no sólo eso. En Los elixires del diablo hay pócimas, miedos, designios divinos y diabólicos, y hasta libros como posibles causales. Y de ahí surgen desde el Mr. Hyde del Dr. Jekyll (de Robert Louis Stevenson) y el Tyler Durden de El club de la pelea hasta los personajes de películas como Psicosis, La isla siniestraLa ventana secreta, El último héroe de acción, y las dobles personalidades de tantos personajes de historietas (Batman/Bruce Wayne, Spiderman/Peter Parker.

Durante su estancia en un pueblo Medardus se encuentra con un peluquero extraño, pequeñito. Es Pietro Belcampo, del que se cuenta que se ha vuelto loco con tanta lectura. Este extravagante personaje (que en su locura resulta más cuerdo que otros), sin saber del doppelgänger de Medardus, le platica al protagonista que también tiene otra personalidad, Peter Schönfeld, que le dice:

«No seas bobo y creas que tú existes, pues en realidad yo soy tú, y soy una idea genial, y si no lo crees te derribaré con un pensamiento puntiagudo, afiladísimo".

Más adelante, en el reencuentro de estos dos personajes dobles, en un manicomio, Schönfeld se revela como una especie de Sancho Panza de Medardus, y reta así al monje:

«Tu razón es una cosa miserabilísima y no puede mantenerse derecha, se tambalea de aquí para allá como un chiquillo enclenque y debe ir en compañía de la locura que la ayudará a levantarse y sabe encontrar el verdadero camino a la patria... que es el manicomio. […] La locura se presenta en la tierra como la auténtica reina de los espíritus. La razón es sólo una perezosa virreina que nunca se preocupa por lo que sucede más allá de las fronteras del imperio, que sólo por aburrimiento hace ejercitar a los soldados en la plaza de armas, y ellos después no pueden realizar ningún disparo correcto cuando el enemigo asalta desde afuera. Pero la locura, la verdadera reina del pueblo, irrumpe estrepitosamente: ¡arre! ¡arre! A su paso hay júbilo, júbilo. Los vasallos se levantan de los asientos en que la razón los tenía atrapados y ya no quieren estar de pie, sentados o acostados como lo quiere el afectado mayordomo mayor...»

Y anticipa lo que hoy, gracias a Freud, llamamos inconsciente:

»Yo me refiero a la particular función espiritual llamada conciencia y que no es otra cosa que la maldita actividad de un condenado portalero, un recaudador de aduana, asistente del control superior, que ha abierto su infame despacho en la mollera y que a cualquier mercancia que quiere salir le dice: "¡Ja...! ¡Ja...! La exportación está prohibida... debe quedarse en el país, en el país". Las joyas más hermosas son colocadas cual indignas semillas en la tierra, y lo que crece son a lo sumo remolachas forrajeras, a las cuales la práctica extrae, prensándolas con un peso de quinientos quintales métricos, un cuarto de onza de azúcar incomible... ¡Qué bien! ¡Qué bien!»


jueves, mayo 05, 2016

Acerca de la batalla del 5 de mayo: mitos y música

«El mérito de haber sido el primer cuerpo del Ejército Mexicano de Oriente en enfrentar al ejército francés y también el de haber sido el primero en rechazarlo en la batalla del 5 de mayo de 1862, le correspondió en realidad al Sexto Batallón de Guardia Nacional del Estado de Puebla, cuyo comandante era el Corl. Juan Nepomuceno Méndez y el cual estaba integrado en dos terceras partes por milicianos del municipio de Tetela de Ocampo, y en una tercera parte por milicianos de los municipios de Xochiapulco, Zacapoaxtla y Cuetzalan...

»El Gobierno del Estado de Puebla y el Gobierno Federal deben revisar lo referente al reconocimiento que desde hace 149 años y hasta la fecha se le viene otorgando a la entonces Villa y actualmente Ciudad de Zacapoaxtla, cuyos habitantes no solamente se negaron a asistir a la batalla del 5 de mayo de 1862 en defensa de la patria, sino que incluso durante la guerra de Intervención Francesa y el Segundo Imperio apoyaron a los franceses para derrotar a los patriotas de la Sierra Norte de Puebla, además de dedicarse a perseguir a los patriotas de su propio municipio y de su propio Distrito. Es preciso desengañarnos y restituir a los sucesos y a los personajes más sobresalientes de nuestro pasado su verdadero carácter… Tratemos de ser justos sobre la base de buenos acopios de información, no cedamos a las visiones fáciles y reduccionistas de nuestros sucesos y personajes más relevantes...»

miércoles, mayo 04, 2016

Don Quijote en Star Wars

"Thus, it is my sacred duty to travel the galaxy, championing the causes of peace and justice. I pray you, let me join you, young sir, in whatever holy mission you undertake... that I may continue to be worthy of the name of Jedi Knight!"

En un lugar de cierta galaxia, de cuyo nombre no quiero acordarme,
además de que estaba muy muy lejos...

Aunque en toda la franquicia... [ruido de una espada láser al prenderse] está bien, saga, llamémosle saga. Aunque en toda la saga de La Guerra de las Galaxias [se prende otra espada], perdón, de Star Wars hay una clara alusión a la obra de Cervantes, por el carácter y misión de los bien llamados caballeros jedi, hay un episodio donde se retoma muy claramente a Don Quijote de la Mancha.

Según la Wikia, Don-Wan Kioti (o Kihote en su traducción) es un personaje de una historieta del universo Star Wars, con aparición en varios capítulos. La historia, conocida aunque haya surgido de un lugar del que el autor no quería acordarse, trata de un bibliotecario que de tanto leer libros sobre la antigua orden de los Jedi se cree el último caballero de esa orden y se lanza a desfacer entuertos, armadura y sable de luz incluidos.

Para enfrentar al pirata espacial Serji-X Arrogantus (basado por su parte en el maestro historietista Sergio Aragonése, el de Mad), Han Solo recluta a los más poderosos del planeta Aduba-3, y Don-Wan Kioti se ofrece, para de paso enfrentarse al Leviatán, un monstruo convocado, ¿por qué no? por un mago, aunque es Han Solo quien mata al molino de viento a la criatura.


Ya hay quienes han hallado parecido a los robots de las películas (R2-D2 y BB-8) con Sancho Panza, al avanzar por las estepas con sus respectivos caballeros, que mantienen viva una tradición perdida y se dedican a "desfacer entuertos".

La castellanización, o no, de algunos nombres de La Guerra de las Galaxias Star Wars da tema para una entrada del blog, como Arturito (R2D2) o Citripio (C-3PO), o la misma espada láser, que debería ser sable de luz.

Que la Fuerza los acompañe.

martes, mayo 03, 2016

Emulación, puerilidad y anomalías - Javier Marías

«Hay un elemento que hoy en día quizás se está olvidando, el de la emulación. Es uno de los motivos semiolvidados. No es exactamente la imitación, no es la copia. Ser un émulo de alguien implica un elemento de admiración. Si uno recibe tan grandísimo placer de unas lecturas determinadas, es normal, es lógico y no menoscaba a la persona, el aspirar a parecerse a eso. Hoy en día la gente copia, sin mucho elemento de admiración. Yo reivindicaría la emulación, no solamente para escribir, para tantísimas cosas en la vida. Se conserva en algunos campos. Hay futbolistas que dicen “yo admiraba muchísimo a Cruyff, y mi sueño era llegar a ser como él”, pero en la literatura se ha perdido.

»El escritor renuncia parcialmente a la acción. Hay un cierto elemento de quedarse en casa jugando con algo inexistente, con algo ficticio. Uno está inventando cosas que no han sucedido, o está transformando cosas que han sucedido y ficcionalizándolas, imaginándolas. Además de haberlas vivido, las reimagina, y entonces es cuando aparece la literatura. Aquí estoy con papel y mis personajes y mis historias inventadas. Hay algo un poco pueril en el fondo.

»En un artículo de hace muchos años dije que escribir supone la asunción de una anomalía. Escribir, en el fondo, tiene algo de anómalo, de extraño. Eso lo reflejé a través de mi única narradora, en “Los enamoramientos”, una mujer que trabaja en una editorial, y como está acostumbrada a ver escritores y a ver lo pesados, imbéciles y fatuos que somos, no nos tiene mucho respeto. No acaba de entender a esta gente que, sin que nadie se lo diga, se pone delante de una máquina y se pasa horas a solas imaginando cosas que no han ocurrido o cambiándolas...»

Fragmentos de la entrevista publicada en Zenda, la nueva web literaria de Pérez-Reverte, Javier Marías, Almudena Grandes y otros escritores.

lunes, mayo 02, 2016

El mundo es un pasaje (y un paisaje)

En mi idea de poner en Crimentales una entrada diaria, dado que estos días he compartido muchas más (33 en enero, 32 en febrero, 33 en marzo, 43 en abril), bien podría darme unos días de descanso, porque digamos que he cumplido "mi cuota". Pero escribir me salva.

Puede contradecírseme que en realidad no escribo, que transcribo las más de las veces, pero es cierto aquello de que escribir requiere revisar las obras que nos gustan, que nos llaman la atención. Leer para el escritor es saborear, masticar, deglutir, engullir... y así transcribo, como quienes comparten fotos de su comida. porque leer me salva.

Escribe Enrique Vila-Matas en Marienbad eléctrico:
"El mundo es un pasaje, y este es nuestra vida, está en los libros. Sólo vivimos realmente a medida que leemos nuestra historia, trascendiéndola. Porque sólo la literatura es verdaderamente trascendente, nos descubre a los otros y hace que nos preguntemos cómo es posible que los signos sobre una tableta de arcilla, los signos de una pluma o un lápiz puedan crear a una persona (un Quijote, un Gregor Samsa, una Beatrice, un Jakob von Gunten, un Falstaff, una Ana Karenina) cuya sustancia excede en su realidad, en su longevidad personalizada, la vida misma".

Y en El estado mental leo sobre lo cerca que están bailar y pensar:
"A finales de los años ochenta el coreógrafo japonés Min Tanaka se preguntaba: ¿podemos bailar un paisaje? Y a través de sus diversos quehaceres daba respuestas provisionales a tal pregunta. Con su grupo de danza Mai Juku había desarrollado un tipo de investigación que tenía diferentes facetas: sus integrantes cultivaban la tierra, bailaban a la intemperie sintiendo los cambios del clima y también creaban piezas de danza que presentaban en teatros. Una de ellas, Can we dance a landscape?, fue estrenada en el gran teatro de la Ópera de París. El resultado, para unos incomprensible y para otros inspirador, no dejaba de mostrar, sin embargo, un oxímoron: el paisaje encerrado en un teatro pierde inevitablemente su condición de paisaje. Y deja de ser paisaje no tanto por el hecho de estar enmarcado espacialmente —porque el teatro puede muy bien constituir, como espacio, un paisaje—, sino más bien por su encuadre temporal: la entrada de los espectadores marca el inicio, la salida, el fin. Se produce esa contrariedad entre la sumisión de la mirada a una temporalidad, que un paisaje nunca exige, y la libertad de la mirada que el paisaje permite. La pregunta ¿podemos bailar un paisaje? se convierte entonces en una reflexión sobre los lugares y los tiempos del arte —de la danza— y sobre la representación del cuerpo. También apela directamente a un cuestionamiento ético sobre la posición del ser humano en el mundo, porque, a fin de cuentas, no se quiere bailar en el paisaje, no se quiere ser figura sobre fondo, acción sobre pasividad, discurso sobre murmullo, sino que, precisamente, se quiere ser fondo, pasividad y murmullo como posible camino para desbordar tales distinciones".
Soy paisaje y libro, soy lectura y testigo, a veces protagonista y a veces, las más, actor de reparto de innumerables historias.

domingo, mayo 01, 2016

Trabajo - Cintio Vitier

Esto hicieron otros
mejores que tú
durante siglos.
De ellos dependía
tu sensación de libertad
tu camisa limpia
y el ocio de tus lecturas y escrituras.
De ellos depende
todo
lo que te parecía natural
como ir al cine
o estar triste, levemente.
Lo natural, sin embargo, es el fango,
el sudor, el excremento.
A partir de ahí, comienza
la epopeya, que no es sólo
un asunto de héroes deslumbrantes,
sino también
de oscuros héroes, suelo de tus pisadas,
página donde se escriben las palabras.
Deja las palabras, prueba
un poco
lo que ellos hicieron, hacen,
seguirán haciendo
para que seas:
ellos,
los sumidos en la necesidad
y la gravitación,
los molidos por los soles implacables
para que tu pan siempre esté fresco,
los atados
al poste férreo de la monotonía
para que puedas barajar todos los temas,
los mutilados
por un mecánico gesto infinitamente repetido
para que puedas hacer
lo que te plazca con tu alma y con tu cuerpo.
Redúcete como ellos.
Paladea el horno,
come fatiga.
Entra un poco, siquiera sea clandestinamente,
en el terrible reino de los sustentadores
de la vida.

11 años


Después de once años de haber presentado mi examen profesional, después de trámites kafkianos en los que hubo sangre, sudor, lágrimas, olvidos, ineficiencias, pagos extra y una que otra mentada, llegaron a mis manos mi título y cédula de la maestría. La historia es larga y ya la contaré en otra ocasión. Por lo pronto ahí está.