jueves, septiembre 29, 2016

Escribir novela negra

Fragmento de "Escribir novela negra", de Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz

«Ya se sabe que iniciar una novela no es algo baladí, y finalizarla menos. En este tipo de novelas muchos se precipitan y Keating confiesa que su mujer (la actriz Sheila Mitchel) se lo ha echado en cara tras leer varias de las suyas. Para que el lector acabe la historia a gusto, hay que redondear la obra de manera que pueda notar el final no sólo visualmente sino de un modo mucho más sentido y profundo. Insiste: “Deberíamos tratar de conseguir un efecto similar al de las últimas notas de una sinfonía; oyéndolas, aquel que las escucha sabe que ha llegado el final, que el trabajo está acabado”.

»A la hora de ponerse a escribir, da el consejo de todos los demás autores, “escribe”. Y otro consejo también conocido por todos: es necesario tener en cuenta a los grandes novelistas del pasado, esos cuyas obras demuestran intensidad aún hoy. Opina que esa intensidad reside en las palabras. “Tenían el don de saber utilizar la palabra exacta, y no otra. Y esa aspiración es la que todos deberíamos tener en mente. Cada vez que usamos una palabra que no es la correcta generalmente no nos molestamos en eliminarla de esa vívida descripción que podemos haber escrito. Y hacerlo de forma repetida puede acabar ofuscando nuestra historia.” Reconoce que no es fácil conseguir esa palabra justa, pero para que nadie desista alude a que el mismo Simenon tenía que cambiarse de camisa tras una hora ante su máquina de escribir debido al sudor que generaba su esfuerzo.

»Keating también reconoce que de Graham Greene aprendió a llevarse a la cama lo escrito ese día para leerlo. Así el subconsciente se prepara para el trabajo del día siguiente, aunque no está de más releer las últimas páginas antes de empezar.

»Asimismo no olvida lo que el novelista indio R. K. Narayan pronunció en un programa de televisión. Dijo que cada vez dedicaba más tiempo a la corrección y revisión del texto “para poder hacer que valga la pena que se imprima”. Por esto, Keating afirma que al final, una vez escrita la novela, “hay que intentar acallar al creador para dejar salir al crítico”. Porque está convencido de que “es en los pequeños detalles donde radica la diferencia entre un libro que está bien y un libro que el lector no olvidará, o quizá entre un libro que rechace un editor y uno que esté deseando publicar”.»

martes, septiembre 27, 2016

El postcuento - Eloy Tizón

«Igual que ha ocurrido con la poesía o la música avanzada, ahora vivimos en el tiempo del postcuento. Las categorías estables que antes, durante las pasadas décadas, nos sirvieron como marco de referencia para orientarnos a la hora de escribir y leer relatos breves, ya no nos sirven. Las recetas clásicas de género, planteamiento-nudo-desenlace, conflicto fuerte, trazo sólido de personajes atendiendo a su coherencia psicológica, concatenación causa-efecto, finales sorprendentes, etc., han saltado por los aires y nos resultan claramente insatisfactorias, cuando no inoperantes y obsoletas, para narrar y narrarnos desde el momento presente. Al cuento literario le han estallado las costuras. Necesitamos nuevos paradigmas de escritura artística, acordes con la relatividad de este mundo fluctuante de certidumbres líquidas y Colisionador de Hadrones.

»En los últimos años el relato breve, dentro y fuera de nuestro idioma, ha experimentado un colosal proceso de crecimiento, recapitulación y autocrítica, ante el cual muchos aún no son del todo conscientes o prefieren cerrar los ojos y mantenerse ignorantes, anclados en la inercia. Allá ellos. Todavía nos faltan armas críticas y un discurso teórico de altura con el que cartografiar, debatir y sopesar este nuevo fenómeno que se anuncia irreversible. Ya no tiene sentido la vieja aspiración de producir cuentos perfectos, manicurados y esféricos, en los que "nada sobra y nada falta". Al contrario; ya no hay cuentos "normales". Los cuentos que aún merecen la pena tienden a ser excesivos, desabrochados y con algo de febrícula. Desafían las normas clásicas, las incumplen o subvierten a sabiendas. Ya no hay cuentos, sino desviaciones de cuentos. El postcuento ha irrumpido con la fuerza de una anomalía o un contagio. El panteón sagrado del cuento ha comenzado a agrietarse y por sus rendijas asoma otra luz, otro aire. Por fin. Ya era hora.»

lunes, septiembre 26, 2016

Un deportista en la cama (fragmento) - Henry Michaux

«En el fondo, yo soy un deportista, un deportista en la cama. Para que me comprendan mejor: apenas cierro los ojos, héme aquí dispuesto. Si no patino, cabalgo sobre un caballo a grandes galopadas o hago interminables bureos en motocicleta.

Lo que me realiza como persona es el salto en el trampolín. No recuerdo haber visto nunca —ni siquiera en el cine— un salto tan perfecto como el que yo ejecuto. Mi salto es de tal desenvoltura que uno puede preguntarse si me arrastra algún peso considerable, misteriosamente oculto a la vista pero real, muy real y que me impulsa con la perfecta trayectoria de una flecha. Ah, no hay nada de pereza en mí en esos instantes.

En cuanto a los otros, los competidores, no existen con relación a mí. No puedo esconder la sonrisa cuando asisto —excepcionalmente me ocurre— a las competiciones deportivas. Los pequeños defectos en la ejecución del salto que no pueden ver los ojos del vulgo, inmediatamente llaman la atención del virtuoso, y no serán esos tipejos, esos TARADOS y demás quienes puedan batirme. Nunca serán competentes.

Volviendo a mis saltos de trampolín, difícilmente podría explicar su perfección. Para mí resultan tan naturales. Los trucos del oficio nunca me servirán de mucho ya que nunca he aprendido a nadar ni a tirarme al agua ni nada parecido. Preguntad al que bosteza cómo es que bosteza. No sabría explicarlo él mismo. Yo salto al agua como la sangre fluye por mis venas. ¡Oh, qué deslizamiento en el agua! ¡Qué admirable deslizamiento! Hasta uno duda en volver a la superficie, pero esto es como hablarle a la pared. ¿Quién de vosotros comprenderá jamás hasta que punto puedo circular en el agua como si fuese mi casa. Los verdaderos nadadores no saben que el agua moja. Los horizontes de la tierra firme les horroriza. Constantemente buscan volver al fondo de las aguas.»

domingo, septiembre 25, 2016

Crimentales en Pulso: Ahí está el detalle


"Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho porque, como quien dice, así me los agarro cansados". Mario Moreno, Cantinflas.

Como cada domingo les comparto mi columna Crimentales 
en la sección editorial de Pulso, esta vez titulada
"Ahí está el detalle".

Las lecturas recomendadas en la presente edición son:
La sombra del caudillo,
1984,
El político y el científico.

Gracias por su lectura. Espero sus comentarios.
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Leonard Cohen - You Want It Darker (Audio)



El miércoles el maestro Leonard Cohen cumplió 82 años (¡pensar que uno a veces se siente viejo con algo más de la mitad de su edad!) y lo festejó con un nuevo disco.

sábado, septiembre 24, 2016

Fotosíntesis del lenguaje - Agustín Fernández Mallo

"El escritor no es que no esté obligado a seguir las normas de la lengua en la escribe, sino que casi diría que está obligado a violentarlas; es esa violencia sobre el lenguaje lo que hace mutar la literatura y la convierte en algo con peso específico y diferente a, por decir algo, la Wikipedia. La literatura no es un instrumento educativo, ni una expresión de la norma en uso, tampoco es un libro de texto que camuflado de ficción es repartido en los colegios, sino todo lo contrario, un pulmón, una fotosíntesis del lenguaje, una torsión y moldeado de los materiales disponibles. Eso sí, incluso para la torsión de las normas hay “criterios de uso” que conducen a diferentes calidades.

Fragmento de "Fotosíntesis del lenguaje", en Zenda.

viernes, septiembre 23, 2016

Acerca del estilo - Georg Simmel


«Lo que empuja con fuerza al hombre moderno hacia el estilo es la exoneración y el revestimiento de lo personal, que es en lo que consiste la naturaleza del estilo. El subjetivismo y la individualidad se han agudizado hasta llegar al punto de quebrarse, y en las formas estilizadas, desde las del comportamiento hasta las de la decoración de la vivienda, se produce una suavización y un atemperamiento de esa personalidad aguda hacia lo general y su legalidad. Parece como si el yo ya no pudiera sostenerse a sí mismo o al menos ya no se quisiera mostrar, por lo que se envuelve en un atuendo general, más típico, en una palabra, estilizado. Existe un pudor muy delicado en el hecho de colocar entre la personalidad subjetiva y su entorno humano y racional una forma y una ley supra-individual; la expresión estilizada, el estilo de vida, el gusto —todos ellos son barreras y distanciamientos en los que el subjetivismo exagerado del tiempo encuentra un contrapeso y una cobertura. La tendencia del hombre moderno a rodearse de antigüedades —o sea de objetos en los que el estilo, el carácter de sus épocas, el ambiente general que se cierne alrededor de ellos es lo esencial— no constituye un mero esnobismo, sino que obedece a la necesidad profunda de dar a la vida individual, demasiado agitada, un complemento de tranquila amplitud y de regularidad típica. Épocas pasadas, que sólo tenían un único y evidente estilo, tenían una posición muy diferente ante estas preguntas difíciles de la vida. Donde existe únicamente un estilo, cada expresión individual brota orgánicamente de él, ésta no tiene que buscarse primero su raíz, lo general y lo personal coinciden sin conflictos en su actividad . Lo que envidiamos en la antigua Grecia y en algunas épocas de la Edad Media es su unicidad; su falta de problemática se basa en no cuestionar la base general de la vida, o sea, el estilo que conformaba su relación con cada producción de una forma más sencilla y menos contradictoria de lo que es hoy para nosotros, que disponemos en todas las áreas de un gran número de estilos, con lo que la actividad individual, el comportamiento, el gusto se encuentra, por decirlo así, en una relación opcional con el fundamento amplio, con la ley general, pero al mismo tiempo la necesita. Esa es la razón por la que los productos antiguos parecen tener frecuentemente mucho más estilo que los actuales. Porque afirmamos que una actividad o su producto no tienen estilo, cuando parecen haber surgido únicamente de un sentimiento aislado, temporal y puntual, sin fundamentarse en un sentimiento más general, en una norma que esté por encima de lo fortuito. Esta necesidad, este fundamento puede ser también lo que yo denominaba el estilo personal. En personalidades creativas la obra única fluye de una profundidad unitaria de su propia naturaleza, que encuentra en ella la estabilidad, la fundamentación, lo que transciende el ahora y el aquí, lo mismo que le pasa al artista menor con el estilo que recibe desde fuera. Aquí lo individual es el caso de una ley individual; quien no sea lo suficiente fuerte para ello, debe someterse a una ley general, si no lo hace, su obra no tendrá estilo —cosa que, como ahora se comprenderá con facilidad, sólo puede suceder en épocas de múltiples estilos.»

jueves, septiembre 22, 2016

Desconocido lector - Jorge Volpi

Pensemos en un lector (o lectora). No en un lector o lectora especializados —un periodista, un crítico, un librero, un escritor, un editor, algún otro miembro de nuestro “mundito”—, sino en un lector normal. Un ingeniero, un universitario, un médico, un abogado, un taxista, un maestro, un comerciante, un chofer, un empresario, un policía que, por puro placer, lee. Una anomalía en un país en donde el promedio de lectura sigue siendo uno de los más bajos de América Latina. Una excepción en un país que, como tantos otros, se empeña en enseñarle a los niños a odiar la lectura: a verla como una obligación aborrecible y no como un gozo compartido.

Pero ese lector normal, que ama leer, existe. Pero, ¿por qué lee lo que lee? ¿Cómo llega a cada volumen que engrosa su biblioteca o reposa en su mesa de noche o se acumula en sus estanterías o yace en una esquina de su habitación? ¿Por qué carga justo ese título de aquí para allá, en la oficina o el transporte público, por qué lo sostiene largas horas o días entre sus manos, por qué lo atesora o lo odia sin ser capaz de abandonarlo? ¿Cómo ha llegado a él entre los “demasiados libros”, para usar la expresión de Gabriel Zaid? ¿Por qué ese libro y no cualquier otro? ¿Cómo se modela el gusto lector en los tiempos de internet, de las redes sociales, de Amazon?

La escuela, lo hemos dicho, poco ayuda: quizás algún buen maestro, un padre o una madre o un tío o un amigo lectores, hayan hecho más por él o ella que toda su educación formal. En un país con cientos de bibliotecas, pero sin la tradición de usarlas más que para “hacer la tarea”, descartemos su influjo. ¿Y entonces? ¿Cómo llega a ese libro? ¿Por la recomendación de un conocido? Sin duda. ¿Por una reseña en un diario o una revista? Seguro que no: la influencia de los críticos se ha desvanecido hasta volverse casi irrelevante. ¿Visitando una librería y dejándose seducir por las portadas o las cuartas de forros al azar? Tal vez, pero el número de librerías en México es raquítico. ¿Escuchando una entrevista de radio o de televisión? Es posible. ¿Leyendo un blog o una recomendación en Facebook o en Twitter? ¿O siguiendo las recomendaciones que les da un algoritmo?

Cuando los adultos ni por error se adentran en una biblioteca, hay que asumir que la lectura es una inversión. Los libros son caros o muy caros, sobre todo si se toman en cuenta nuestras aberrantes desigualdades. 200 ó 300 pesos que a la mayor parte de la población le serían indispensable para necesidades más urgentes. Y si se piensa que a ese libro le dedicaremos mucho tiempo, la decisión tendría que tomarse con cautela. De ahí el triunfo de los manuales de autoayuda o de los autores que la camuflan con una pátina literaria. También, de los que prometen una gratificación inmediata: los libros que enseñan cosas (como si no todos los libros lo hicieran): los manuales de historia o, mejor aún, las novelas históricas; las biografías (sobre todo de celebridades mediáticas); los reportajes y las crónicas; la divulgación científica y acaso algún libro de arte.

Luego está, claro, la “evasión”: los lectores que buscan desconectarse de su vida cotidiana (o eso asumen) y persiguen thrillers, policiales, novelas románticas. ¿Y al final de todo esto dónde queda la “literatura”? La poesía, por desgracia, entre un puñado de excéntricos (la mayoría poetas). Los clásicos, pese a que en la red ahora pueden descargarse gratis, entre otro puñado de nerds o nostálgicos. ¿Y las novedades de nuestro tiempo? ¿Cómo distinguirlas? ¿Cómo elegir un autor entre tantos autores? ¿Y cómo evaluar su “calidad”? El misterio persiste.

Y aun así, los escritores seguimos aspirando a llegar a esos lectores normales y, en aras de esa fantasía, nos sometemos a “promover” nuestros libros de aquí para allá, dóciles ante los palos de ciego dictados por los responsables de difusión de las editoriales, en una sanguinaria competencia para que nuestros libros escapen por un momento a la invisibilidad, se batan con otros y lleguen a las manos de ese lector, ya no tan imaginario, que dialogará con nosotros sin que jamás lleguemos a conocerlo.

(tomado de ProDaVinci)

miércoles, septiembre 21, 2016

Alas y Raíces 2016


María Martha Soriano Hernández,
Claudia Mireya Pérez de Luna, 
Francisco Javier Sánchez Soldevilla, 
Jaime Cabrera Hernández, 
Giovani de Jesús Zuviri Oviedo, 
Jessica Margarita Martínez Hernández, 
José Andrés Ordaz Salazar, 
Jesús García Ojeda, 
Antonia López Uribe, 
Miriam Liliana Becerra Hernández, 
Margarita Chagoya Sánchez, 
Oswaldo Martínez Mares, 
Maribel Alavez Torres, 
Martha Eugenia Santoyo Pérez, 
Gustavo Antonio Salazar Pérez




Son los beneficiados de Alas y Raíces San Luis Potosí, PAT 2016 -2017, convocado por la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí en colaboración con la Coordinación Nacional de Desarrollo de Cultura Infantil de la Secretaría de Cultura (federal).

sábado, septiembre 17, 2016

Lugares comunes de la crítica literaria - Guillermo Martínez

Fragmento de la entrevista publicada por Revista Eñe:

«Veo cierta uniformidad, no hay debate de ideas, en esa forma casi automática en que se ejerce la crítica aquí. Apunto a denunciar ciertos lugares comunes, para volver a discutir de literatura y de cultura. En general, se da por hecho un supuesto sentido común que parte de premisas equivocadas. Una de ellas es que las innovaciones literarias se analizan en el plano de lo meramente formal, atendiendo a experimentos de forma, puntuación, etc., cuando esa es sólo una parte muy pequeña de los cambios que se han manifestado en el campo de la literatura a lo largo de las décadas. Los cambios de sensibilidad suelen dejarse de lado, cuando es evidente, por ejemplo, que el tratamiento de ciertas cuestiones –locura, homosexualidad, por mencionar dos– varían drásticamente con el tiempo. Las mayores transformaciones se dan en el tratamiento del tema, no en la forma […] Hay una inercia de lo académico. Los profesores legan a sus alumnos nombres y criterios y se van anquilosando ciertos cánones, que muchas veces no están sujetos a discusión y ni siquiera son relevantes. Creo que en este sentido asistimos a un estado de inmovilización con el que hay que romper. Yo no quiero que se acaben los críticos, pero me gustaría que las discusiones fueran más variadas.»

viernes, septiembre 16, 2016

Jactancia de quietud - Jorge Luis Borges

Escrituras de luz embisten la sombra, más prodigiosas que meteoros.
La alta ciudad inconocible arrecia sobre el campo.
Seguro de mi vida y de mi muerte, miro los ambiciosos
                                                                          y quisiera entenderlos.
Su día es ávido como el lazo en el aire.
Su noche es tregua de la ira en el hierro, pronto en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en sentir que somos voces de una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de guitarra, unos retratos y una vieja espada,
la oración evidente del sauzal en los atardeceres.
El tiempo está viviéndome.
Más silencioso que mi sombra, cruzo el tropel de su levantada codicia.
Ellos son imprescindibles, únicos, merecedores del mañana.
Mi nombre es alguien y cualquiera.
Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no espera llegar.

jueves, septiembre 15, 2016

Revista Esquizia, año 1, número 0, 2016


Esquizia. Revista de psicoanálisis, filosofía y ciencias sociales es un proyecto editorial que desde la ciudad de San Luis Potosí (México) busca crear nexos y dar apertura a otro tipo de lectura de los supuestos saberes que se instauran desde diversos lugares; así mismo, busca impulsar el diálogo entre autores de distintas nacionalidades y campos académicos. A partir del 1 de octubre de 2016 se podrá adquirir el número 0 de la revista en su versión impresa o versión digital, pero ha iniciado su camino por el diálogo al estar ya en preventa en ambas versiones.
Mayores informes con Samuel Hernández Huerta.

Este es el índice de contenido:

"La clínica del humor negro"
Cuitláhuac Moreno Romero

"Cuando Antígona conoció a Don Juan: lo trágico y lo musical en el pensamiento de Kierkegaard"
Alejandra Gudiño Aguilar

"Ontología de la mirada"
Álvaro Barrios Requena

"Una aproximación biopolítica a la Ciudad Genérica"
Roberto Sanz Bustillo

"El campo expandido de la coreopolítica. Hacia una recuperación del cuerpo"
Omar Francisco Armella Romero

"¿Qué es una operación antifilosófica? Cuatro ejemplos en la enseñanza de Lacan"
Amorhak Ornelas Vázquez & Carlos Gómez Camarena

"La sutura del nombre propio"
Antonio Chávez Toro

"J’ouis sens, la razón sexual en psicoanálisis"
Martín Krymkiewicz

"¿Escapar al psicoanálisis?"
Samuel Hernández Huerta

miércoles, septiembre 14, 2016

El naco en el país de las castas (fragmento) - Enrique Serna

«El día en que México empiece a salir del subdesarrollo, el primer síntoma de progreso económico será una mayor preponderancia del naco en la vida nacional. Pero la experiencia demuestra que en este país de castas, cuando hemos tenido barruntos de prosperidad, el mismo grupo impulsor del despegue capitalista repudia la incorporación de los marginados a la sociedad de consumo.
Por buenas y malas razones (desdén aristocrático a la masa, horror a la subcultura populachera, esperanza en una quimérica revolución que devolverá al pueblo su identidad perdida) los detentadores del poder cultural y económico han decidido que los nacos no deberían existir. El problema es que sin ellos tampoco existe el país. La guerra silenciosa contra el naco impide cualquier intento de modernización, pero además puede llevamos a un suicidio cultural. En la actualidad se advierte ya un estancamiento creativo, lo mismo en el campo de la música popular, que en el terreno de las bellas letras.»

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Completo por acá.

lunes, septiembre 12, 2016

Consejos para escritores - Jennifer Egan

«Cuando estoy escribiendo ficción me olvido de quién soy y de dónde vengo. Me deslizo en un modo de absorción total. Amo la sensación de que me he vuelto tan comprometida con el otro lado que he perdido un poco mis andares por aquí. Si voy de la mentalidad escritora a recoger a mis hijos de la escuela, a menudo siento un muy corto pero agudo tipo de depresión, como si estuviera doblada. Una vez que estoy con ellos la sensación desaparece totalmente, y me siento feliz de nuevo . A veces se me olvida que tengo hijos, lo cual es muy extraño. Me siento culpable por ello , como si mi falta de atención hiciera que algo les suceda a ellos, incluso cuando yo no soy responsable de eso...

«Todos tenemos una tendencia a pensar que el momento presente va a durar para siempre. Quizá cuando no soy el sabor del mes más voy a estar devastada y muy sorprendida, y me voy a olvidar de todo lo que estoy diciendo en este momento. Pero mi esperanza es que tengo las herramientas para manejarlo.

«Sólo se puede escribir con regularidad si estás dispuesto a escribir mal. No se puede escribir con regularidad y bien. Uno debe aceptar la mala escritura como una forma de cebar la bomba, un ejercicio de calentamiento que le permite escribir bien.»

domingo, septiembre 11, 2016

Crimentales patrióticos

Nacos, chairos, nerds, fresas, pachucos, cholos y chundos... todos vamos al grito. Y a propósito del nacionalismo va la columna
Crimentales 
de esta semana en 
Pulso Diario de San Luis:

Como siempre, hay sugerencias de lectura; esta vez son México profundo. Una civilización negada, de Guillermo Bonfil Batalla, y El sur quema, de Jorge Ferretis. Los invito a llegarle y a comentar. Y si tienen tiempo los invito a leer "La Independencia: (otro) momento clave en nuestra historia cultural"en el blog Con-Ciencia de El Universal (2011).

Moon - Monkey3

sábado, septiembre 10, 2016

Septiembre, mes del testamento

Hay descuentos en testamentos durante septiembre y octubre y aunque es poco lo que tengo es hora de ponerlo en papel. A veces no sé si voy a llegar a los 45 y hay días en que casi no quiero. Hay días que parecen el último, achacosos, adoloridos. Nadie sabe cuándo dejaremos a los que amamos o cuándo nos dejarán. No sé cuánto viva, pero sé que no quiero dejar más problemas. Y es una buena inversión. Y leo "Yo lo pregunto":

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

viernes, septiembre 09, 2016

Nunca es suficiente

Nunca es suficiente tiempo el que viven quienes amamos, quisiéramos tenerlos para siempre, con una imagen feliz, jovial, seguir compartiendo con ellos buenos momentos.
Algunos, a veces, quisiéramos morir antes que quienes amamos.

¿Eran cercanos?, me preguntan. Por supuesto, gracias a ella aprendí a amar el cine.

¿Eran cercanos?, me preguntan. Por supuesto, compartimos muchos días en este mismo mundo.
Me sonrió muchas veces. Y aunque hubiera sido una.

Pienso en otros tiempos, en las bromas, en cómo atesorar los recuerdos construidos con esa persona.

A veces no hay palabras suficientes para el duelo, o salen lentas, sin sentido. Es cierta la frase de Wittgenstein, y por eso nuestra lengua, limitada, se limita aún más: nuestro universo se comprime cuando alguien se va.

Comparto lágrimas con otros seres queridos: nos llovemos, nos preguntamos sobre nuestro trabajo, nuestra salud. Nos abrazamos, nos condolemos. Alguien ya no está y aunque juntos los que quedamos nos sentimos solos, cada vez más solos.

Le hablamos a esa persona especial, queremos creer que nos oye, que sonríe desde algún lugar, que seguirá en y con nosotros. Cristal de por medio. Creemos que sueña y que en los sueños nos responderá. Quizá así sea.

Decir adiós nunca es fácil, nunca es suficiente la vida de esa persona que ha hecho (toda, mucha o unos maravillosos instantes) la nuestra inolvidable.

jueves, septiembre 08, 2016

Comunicación y arte - Gilles Deleuze

«La comunicación es la propagación y la transmisión de una información. ¿Y qué es una información? Una información es un conjunto de palabras de orden. Cuando se les informa, se les dice aquello que ustedes deben creer. En otros términos: informar es hacer circular una palabra de orden. Las declaraciones de la policía son dichas muy exactamente, son comunicadas; se nos comunica la información, quiero decir, se nos dice aquello que es conveniente que creamos. O si no que creamos, pero que hagamos que lo creemos, no se nos pide que creamos, se nos pide que nos comportemos como si creyéramos. Esto es la información, la comunicación, e independientemente de estas palabras de orden y de la transmisión de las palabras de orden no hay comunicación, no hay información. Lo que no lleva a decir que la información es exactamente el sistema de control.

»Esto nos concierne hoy particularmente porque hoy entramos en una sociedad que podemos llamar de control. Esta sociedad de control se define de manera muy distinta a la sociedad de disciplina vean de que manera un control no es una disciplina. Diré por ejemplo, en una autopista, que allí no se encierra a la gente, pero haciendo autopistas se multiplican los medios de control. Nuestro futuro son las sociedades de control siendo sociedades disciplinarias.

»¿Por qué les cuento esto? Porque la información es el sistema controlado de las palabras de orden, palabras de orden que tienen lugar en una sociedad dada.
»¿Qué puede tener que ver el arte con esto? ¿Qué es la obra de arte? Ustedes me dirán: "todo esto no quiere decir nada". Entonces no hablamos de la obra de arte, hablemos sobre que hay en la contra-información. Ninguna contra-información le ganó jamás a una dictadura, por ejemplo. Salvo en un caso. Esta deviene efectivamente eficaz cuando ella es –y lo es por naturaleza- un acto de resistencia. El acto de resistencia no es ni información, ni contra-información. La contra-información no es efectiva más que cuando se vuelve acto de resistencia.

»¿Cuál es la relación entre obra de arte y la comunicación? Ninguna.
»Ninguna, la obra de arte no es un instrumento de comunicación, porque no contiene la mínima parte de información. Por el contrario, hay una afinidad fundamental entre la obra de arte y el acto de resistencia. Entonces aquí si, la obra tiene algo que hacer con la información y la comunicación, sí, a titulo de resistencia.
»El arte es la única cosa que resiste a la muerte.
»Y si me permiten volver: ¿Qué es tener una buena idea en cine? O ¿Qué es tener una idea cinematográfica? Resistencia. Acto de resistencia. Desde Moisés, hasta el ultimo Kafka, hasta Bach. Recuerden que la música de Bach, es su acto de resistencia. ¿Contra qué? No es el acto de resistencia abstracto, es acto de resistencia y de lucha activa contra la repartición de lo sagrado y lo profano. Y este acto de resistencia en la música culmina con un grito. Como también hay un grito en Woyzek, hay un grito en Bach: "Afuera, afuera, no quiero verlos". Eso es el acto de resistencia. A partir de esto me parece que el acto de resistencia tiene dos caras: es humano y es también acto de arte.
Solo el acto de resistencia resiste a la muerte, sea bajo la forma de obra de arte, sea bajo la forma de una lucha de los hombres.
Y ¿Qué relación hay entre la lucha de los hombres y la obra de arte?
La relación mas estrecha y para mi la mas misteriosa.
»Exactamente eso que quería decir Paul Klee cuando decía: "ustedes saben, falta el pueblo". El pueblo falta y al mismo tiempo no falta. El pueblo falta, esto quiere decir que (no es claro y no lo será nunca) esta afinidad fundamental entre la obra de arte y un pueblo que todavía no existe, no es ni será clara jamás. No hay obra de arte que no haga un llamado a un pueblo que no existe todavía.»

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miércoles, septiembre 07, 2016

Murciélagos - Ledo Ivo

https://corazontodito.blogspot.com
Los murciélagos se esconden tras las cornisas
del almacén. ¿Pero dónde se esconden los
.........hombres,
que vuelan la vida entera en la oscuridad,
chocando contra las paredes blancas del amor?

La casa de nuestro padre estaba llena de
.........murciélagos
colgados, como luminarias, de las viejas vigas
que apuntalaban el tejado amenazado por las
.........lluvias.

"Estos hijos nos chupan la sangre", suspiraba
mi padre.

¿Qué hombre tirará la primera piedra a ese
.........mamífero
que, como él, se nutre de la sangre de los
.........otros animales
(¡hermano mío! ¡hermano mío!) y,
.........comunitario, exige
el sudor de su semejante aun en la oscuridad?

En el halo de un seno joven como la noche
se esconde el hombre; en el algodón de su
.........almohada, en la luz del farol
el hombre guarda las doradas monedas de su
.........amor.
Pero el murciélago, durmiendo como un
.........péndulo, sólo guarda el día ofendido.
Al morir, nuestro padre nos dejó (a mis
.........ocho hermanos y a mí)
su casa donde de noche llovía por las tejas
.........rotas.
Pagamos la hipoteca y conservamos los
.........murciélagos.
Y entre nuestras paredes se debaten: ciegos
.........como nosotros.

martes, septiembre 06, 2016

Uso y abuso de la adjetivación en la literatura - Carmen Javaloyes

La literatura emplea todos los medios de los que dispone el lenguaje para embellecer su discurso y la adjetivación es el método más empleado para lograr sus fines; sin embargo, un abuso puede provocar el efecto contrario.

Las especiales características del adjetivo nos explican porqué.

Ni los gramáticos griegos ni los latinos consideraron al adjetivo como una categoría independiente. En general, unos lo incluían dentro de la categoría verbal y otros dentro de la nominal. La más interesante es la que lo consideraba en la categoría verbal dentro de las predicaciones del verbo (Gramática de Platón). Esta concepción se basaba en consideraciones de tipo sintáctico y formal y es lo que conocemos como predicado nominal.

La consideración del adjetivo como categoría independiente se da en la Edad Media con los Modistas que ya tratan al adjetivo con un modo de significación distinto del sustantivo, el único con categoría nominal (este concepto lo comparten con los estoicos griegos) aquí influyen las características de tipo morfológico o flexivo. A partir de esta consideración, se estudiará al adjetivo como categoría propia.

Desde el punto de vista semántico, el adjetivo puede diferenciarse del sustantivo porque éste “considera” los objetos, es decir “piensa” los objetos con existencia independiente, mientras que cuando el hablante considera los objetos con dependencia del significado de otra categoría, los expresa desde el adjetivo.

Esta consideración semántica es la que considera Guillaume: El proceso de adjetivación es un proceso de tipo general, que se acerca al universal semántico, va más allá de la generalización. En este sentido distingue entre incidencia interna e incidencia externa: el sustantivo goza de incidencia interna mientras que el adjetivo posee incidencia externa (es decir, necesita para significar la presencia del sustantivo). Según este criterio, también el verbo posee incidencia externa, y sin embargo en el verbo aparece un criterio de tipo temporal, se hace una alusión al tiempo, cosa que no ocurre ni en el sustantivo ni en el adjetivo.

Otra definición de tipo semántico es la que dan Amado Alonso y Henríquez Ureña: indican que al sustantivo corresponden conceptos independientes, mientras que al adjetivo y al verbo corresponden conceptos dependientes.

Desde el punto de vista formal, el adjetivo comparte con el sustantivo los formantes constitutivos (género y número) y facultativos (prefijos, sufijos…). La principal diferencia entre éstos, se da en el proceso de concordancia al depender el adjetivo del sustantivo y en el hecho de que el adjetivo admite grados (superlativo, comparativo…).

El grado es la principal característica del adjetivo y lo que distingue la simple enunciación de la cualidad frente a enunciaciones de tipo comparativo o valorativo. En el caso de la literatura, se trata de expresar valoraciones con interés peyorativo o de exaltación de características…

Formalmente, los comparativos de superioridad de tipo sintáctico que se emplean son: más que; de igualdad tan + adj. + como, igual de + adj. + que, lo mismo de + adj. + que; inferioridad menos + adj. + que.

El empleo de estas formas con intención literaria demuestra un conocimiento de la lengua poética tan pobre como un chiste de Chiquito.

Procedimientos de grado de tipo morfológico son: los sufijos del superlativo absoluto -ísimo -érrimo (forma culta) y si añadimos connotaciones de tipo enfático, los prefijos archi- super- re- requete- que añaden matices sociales: supermolón, archifamoso, remalo, requetemalo; formas que también debemos desechar a no ser que las empleemos con la semiótica que implican… Restos de formaciones latinas que van despareciendo son -ior, -ius.

No todos los adjetivos admiten grados, hay algunos que indican cualidades o características que no se pueden calificar: eléctrico =/ más eléctrico, muerto =/ menos muerto, casos que poéticamente sólo se admiten si poseen significación literaria no errónea: tan muerto como un gusano??? Un muerto muy muerto (ironía enfática).

La gramática tradicional ha clasificado los adjetivos como calificativos y determinativos, y los define funcionalmente por cómo inciden o modifican al sustantivo.

Los adjetivos calificativos designan cualidades, en general son los que aportan un contenido semántico nuevo, mientras que los determinativos designan relaciones, sitúan al sustantivo al que acompañan con respecto de una serie de referencias lingüísticas (de espacio, tiempo y persona); su significación es relativa y ocasional. El epíteto, sin embargo, al tratarse de una repetición, está dentro de la zona de las atribuciones del sustantivo, por eso se le considera más calificativo que determinativo. El epíteto (Moreu de la Cruz) es una palabra, no necesariamente un adjetivo, pero que toma su función, y que se une al sustantivo no para determinarlo sino para ampliar su significado.

El uso de epítetos en la literatura ha de ser mesurado: el abuso de determinadas formas puede provocar el efecto contrario al buscado: Él era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, pelo bermejo (Quevedo).

Otra categoría de adjetivos que habría que considerar son los relacionantes, que se caracterizan por servir de puente entre dos oraciones -referente y antecedente- y que se sitúan entre la oración principal y la que hace de subordinado. En este tipo incluimos los relativos, interrogativos y exclamativos, pero no vamos a centrarnos en éstos porque su uso en literatura, como en la sintaxis, es estrictamente necesario.

La posición del adjetivo es otro tema a discutir en la literatura. En principio, la gramática tradicional indica que la posición del adjetivo indica ya de por sí matices de significado. En estas variaciones de colocación influyen valores de tipo histórico, morfosintácticos, rítmicos y semánticos.

El adjetivo antepuesto al sustantivo es de tipo explicativo, insiste en una de las cualidades del sustantivo, precisando y concretando su significado: refrescante bebida (de las muchas cualidades que posee esa bebida -dulce, cítrica, de determinado color…- se hace referencia sólo a una de ellas). Así, el adjetivo antepuesto matiza una de las características -de las muchas que posee un nombre- mientras que si está pospuesto esta característica no es esencial sino “accidental”: bebida refrescante (Bello-Salvà). Este aspecto en literatura es esencial, ya que implica, con el cambio de orden del adjetivo, toda una serie de matices:

Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana.
Vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana.

(Zorrilla)

Otros autores dicen que en el español hay un orden lógico según el cual el complementado precede al complemento: sustantivo + adjetivo, y toda alteración de ese orden se percibe como una desviación de tipo estilístico “La humana naturaleza”. Desde el punto de vista psicológico Hansseny Lenz indica que el adjetivo antepuesto indica un carácter subjetivo, ya sea moral o estético, y el pospuesto un carácter objetivo de tipo lógico: un gran emperador; un hombre grande. Esto explica el que determinados adjetivos antepuestos varíen completamente el significado de una palabra; son muy populares los juegos de palabras: No es lo mismo un pobre hombre que un hombre pobre.

La principal diferencia formal entre sustantivo y adjetivo es que éste no admite artículo y sí admite grado.

Esta diferencia formal hace que en la mente del hablante-lector se identifiquen como características esenciales todo lo que sea sustantivo: camisa, mujer, y como características complementarias su adjetivación: grande, carmesí, y se consideran “extraños del lenguaje” las alteraciones lógicas del orden, determinar con artículos a los adjetivos, añadir grados al sustantivo y se les asignen valores estilísticos.

En la lengua coloquial son muy comunes las metáforas, las metonimias y las comparaciones, y por ende en la literatura: lleva una camisa tan grande como una plaza de toros; es una mujer carmesí (pasional).

Esta forma de expresarse que comparten literatura y habla, influidas mutuamente, provoca frecuentemente el abuso de esta categoría.

La adjetivación, como hemos visto, es una categoría gramatical que tiene una función específica: la de complementar al sustantivo. Su misión en literatura se amplía, como hemos visto, a la de embellecer el discurso a través de la calificación, o del empleo de epítetos, o de traslaciones (adjetivación de sustantivos, adverbios, verbos…). El proceso de traslación por el cual una categoría diferente a la del adjetivo pasa a desempeñar su función es muy común en la lengua literaria: naricísimo, mañanísimas. El problema surge, como en todo, con el abuso.

Un mal texto literario es aquel que abusa de los adjetivos ante la falta de vocabulario: Era un muchacho muy pobre = paupérrimo; por un empleo equivocado de las palabras: Hicimos un superperiplo por el barrio chino (ejemplo auténtico); por exceso de adjetivación: Oscura y turbia noche invernal.

El caso es que la adjetivación en literatura ha de entenderse como el arte de intensificar la expresión, sin dejarse llevar por la tentación de sobreadjetivar un texto que ya de por sí, en la mayoría de los casos, posee ya significado.

domingo, septiembre 04, 2016

Acerca de los crimentales en Crimentales


"Preguntarnos qué es la realidad es una cuestión, digamos, “peliaguda”: dependemos de pensamientos y percepciones para definirla. Y depende de cómo la abordemos. En Matrix Neo sigue al conejo blanco y luego tiene que elegir una píldora, para conocer la realidad o seguir dormido, conectado a una matriz electrónica. Ya Platón lo sabía y lo ejemplificó con La caverna. Y la pregunta de por sí tramposa adquiere más matices cuando hablamos de política. Lo que la mayoría percibimos como equivocaciones, corrupción, nepotismo o tibieza, es refutado con “verdades históricas” o se nos acusa de malentender la realidad. Hasta preguntarnos por qué, hasta cuándo o cuánto costó les son preguntas incómodas. Desde la óptica del poder no hay yerros ni malos manejos..."

Diplomacia, crítica, encubrimiento...
Esto y más este domingo en Pulso, en la columna que esta vez es autorreferencial y se intitula:
"Crimentales: la crítica al Estado".

Háganle. Y dejen algún comentario.

Lo And Behold: Reveries of the Connected World - Official Trailer



«En el próximo capítulo, "The Glory of the Net", Herzog entrevista al profesor de Stanford Sebastian Thrun, que construyó la compañía Udacity para ofrecer educación gratuita para todos. Thrun recuerda dos experiencias diferentes: la de impartir una clase online a 160.000 alumnos corrientes y la de impartir la misma clase a 200 alumnos de Stanford. Al comparar a sus estudiantes descubrió que los mejores 412 se encontraban en la primera clase. "Ese hecho me abrió los ojos y me di cuenta de que por cada buen estudiante de Stanford podrían haber otros 412 estudiantes brillantes ahí afuera, que podrían ser incluso los mejores estudiantes del mundo", dice Thrun.»

sábado, septiembre 03, 2016

Regina Swain (1967-2016)




De esas noticias que uno no se cree, que uno no quisiera creer. La muerte ronda por doquier, se siente muy cercana, y no da miedo por uno sino por los que nos rodean. El talento o la amistad interrumpidos. El vacío se ahonda.

La conocí en Guadalajara, en la mesa que coordinó el maestro Daniel Sada en el encuentro de escritores "Del siglo XX al tercer milenio". Dice de ella Mauricio Montiel Figueiras, coordinador de Literatura del INBA: "Conocí y traté a Regina cuando fuimos jóvenes creadores del FONCA. Todos fuimos jóvenes alguna vez. No olvidaré su sonrisa luminosa". Igual, era de mi generación, fuimos jóvenes creadores antes del milenio.

Los siguientes datos fueron tomados de la página de Conaculta:

Nació en Monterrey, Nuevo León, el 9 de abril de 1967. Narradora. Estudió comunicación en la Universidad Iberoamericana, campus Noroeste. Ha sido funcionaria del Instituto de Cultura de Baja California. Colaboradora de Comala, Cultura Norte, Communicare, El Nacional, Esquina Baja, y Vida Bajacaliforniana. Becaria del FONCA, en poesía, 1993, y del FOECA-Baja California, 1994. Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen 1992 por La señorita Superman y otras danzas. Premio Estatal de Radionovela CAEN-INBA 1997 por ¿Dónde quedó el locutor? Premio Estatal de Ensayo Baja California 1998 por Ensayos de juguete.

viernes, septiembre 02, 2016

La sociedad del espectáculo (fragmentos) - Guy Debord

Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, 
la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para él 
no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: 
lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, 
hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado.
FEUERBACH, prefacio a la segunda edición 
de La esencia del Cristianismo.

2

Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan en un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida. La realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general en tanto que seudo-mundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el mundo de la imagen hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo en general, como inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo no-viviente.

4

El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes.


5

El espectáculo no puede entenderse como el abuso de un mundo visual, el producto de las técnicas de difusión masiva de imágenes. Es más bien una Weltanschauung que ha llegado a ser efectiva, a traducirse materialmente. Es una visión del mundo que se ha objetivado.

7

La separación misma forma parte de la unidad del mundo, de la praxis social global que se ha escindido en realidad y en imagen. La práctica social, a la que se enfrenta el espectáculo autónomo, es también la totalidad real que contiene el espectáculo. Pero la escisión en esta totalidad la mutila hasta el punto de hacer aparecer el espectáculo como su objeto. El lenguaje espectacular está constituido por signos de la producción reinante, que son al mismo tiempo la finalidad última de esta producción.

9

En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso.

10

El concepto de espectáculo unifica y explica una gran diversidad de fenómenos aparentes. Sus diversidades y contrastes son las apariencias de esta apariencia organizada socialmente, que debe ser a su vez reconocida en su verdad general. Considerado según sus propios términos, el espectáculo es la afirmación de la apariencia y la afirmación de toda vida humana, y por tanto social, como simple apariencia. Pero la crítica que alcanza la verdad del espectáculo lo descubre como la negación visible de la vida; como una negación de la vida que se ha hecho visible.

jueves, septiembre 01, 2016

"Cuento inflado" - Ambrose Bierce

"Novela. Cuento inflado. Especie de composición que guarda con la literatura la misma relación que el panorama guarda con el arte. Como es demasiado larga para leer de un tirón, las impresiones producidas por sus partes sucesivas son sucesivamente borradas, como en un panorama. La unidad, la totalidad del efecto, es imposible porque aparte de las escasas páginas que se leen al final, todo lo que queda en la mente es el simple argumento de lo ocurrido antes."

Diccionario del Diablo