"Preguntarnos qué es la realidad es una cuestión, digamos, “peliaguda”: dependemos de pensamientos y percepciones para definirla. Y depende de cómo la abordemos. En Matrix Neo sigue al conejo blanco y luego tiene que elegir una píldora, para conocer la realidad o seguir dormido, conectado a una matriz electrónica. Ya Platón lo sabía y lo ejemplificó con La caverna. Y la pregunta de por sí tramposa adquiere más matices cuando hablamos de política. Lo que la mayoría percibimos como equivocaciones, corrupción, nepotismo o tibieza, es refutado con “verdades históricas” o se nos acusa de malentender la realidad. Hasta preguntarnos por qué, hasta cuándo o cuánto costó les son preguntas incómodas. Desde la óptica del poder no hay yerros ni malos manejos..."
Esto y más este domingo en Pulso, en la columna que esta vez es autorreferencial y se intitula:
"Crimentales: la crítica al Estado".
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