miércoles, agosto 10, 2016

Tomaduras de pelo "artísticas"

Directo, como va, lo dice Javier Rodríguez Marcos en El País. Ideal para un bonito debate:
«César Aira tiene razón: una pieza fundamental del arte contemporáneo es el enemigo del arte contemporáneo. De cuando en cuando un escritor ilustre se marca una tribuna escandalizado por la tomadura de pelo que supone que un objeto cotidiano se exponga en un museo. El último fue Vargas Llosa, que el mes pasado, en este mismo periódico, denunciaba la presencia de un vulgar palo de escoba en las nuevas salas de la Tate Modern.
»Es una pena que la literatura no tenga enemigos de esa altura, porque las librerías están llenas de escobas y nadie dice nada de nada. Necesitamos alguien que, de una vez por todas, denuncie que la poesía ya no rima y que los novelistas no paran de producir bodegones. Luego queremos que los albaricoques sepan a albaricoque.
»Lo triste de los artistas contemporáneos es que han hecho todo lo posible por heredar los privilegios de que gozaba el arte que vinieron a superar. Vinieron a cambiar la sintaxis pero se han conformado con cambiar el léxico. ¡Ingenuos futuristas! Cambiaron las palabras, no el orden de las palabras.»

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