viernes, abril 08, 2016

Trump, el espantapájaros - Tomás Calvillo

D: ¿Y cómo es que hablas si no tienes cerebro?
E: Eso no lo sé, pero hay muchas personas sin
cerebro que hablan demasiado, ¿verdad?

Dorothy y Espantapájaros. El Mago de Oz (1939).
Basada en The Wonderful Wizard of Oz de L. Frank Baum.

La carretera se pierde en el horizonte, cruza los campos de maíz, a la mitad de su trayecto se levanta un famoso espantapájaros al que nombran Trump. Está ahí, perdiendo peso cada día, al ser golpeado por los vientos cruzados de la región.

Los pájaros también hacen lo suyo al picotear sus hombros y cabeza; cuervos hostiles que abundan hoy en día por todos los campos sembrados.

Tiempo atrás solían algunos pasajeros detenerse frente a su esfinge de paja dorada amarrada con alambres de púas y cubierta por un viejo saco de cuadros verdes, y un sombrero de forma cilíndrica como el del tío Sam de azules y rojos deslavados; e incluso familias enteras se llegaban a tomar algunas fotografías junto a su silueta.

Pero eso ya pasó, y ahora ya pocos lo miran de reojo; y cada vez se aprecia más como una sombra, una mancha pequeña en la distancia de este camino hacia el norte.

Recuerdo que hace algunos años habían levantado el grito al cielo en señal de alarma, como si los espantapájaros pudieran caminar y caminar, decían que tenían la llave para cerrar las puertas del sendero, decían muchas cosas, algunas inverosímiles. Lo cierto es que se olvidaron de lo que pasaba a su alrededor, de las fosas y los crímenes de la ruptura de los corazones que oscureció otros horizontes. Una caja china, dijo un estudioso del comportamiento de la política en tiempos que ya no tienen calificativo, no alcanzan los sustantivos y menos los adjetivos.

En la distancia se aprecian más espantapájaros, siempre habrá algunos sobres los cuales, volando en círculos, los cuervos graznarán.

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Publicado originalmente en Sin Embargo

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