Apenas ayer compré Instrucciones para un descenso al infierno, de Doris Lessing. Ver esa novela a sólo 69 pesos (en la Comercial Mexicana, no me pagan comisión pero deberían) fue iresistible y fue mi buena compra de un metafórico y paradójico buen fin. Hoy me entero de su muerte, a los 92 años. Voy en la página 100 apenas pero les comparto algo de mis subrayados:
Doctor Y. ¿Cómo se llama? ¿Me lo dirá?
Paciente. Jonás.
Doctor Y. Ayer se llamaba Jasón. Comprenda que no puede ser ambos al mismo tiempo.
Paciente. Todos somos marineros.
* * * * *
"Un hombre o una mujer que pasean por la calle no delatan lo que piensan; sin embargo, sus pensamientos juguetean en torno a ellos y recorren sutilmente su sustancia. Una persona corriente no es capaz de apreciar el movimiento de estos pensamientos..."
* * * * *
"Un ser que observa su imagen, un mono o un leopardo que se agachan para beber en una charca, ven su cara y su cuerpo, ven un baile de materia en el tiempo. Pero lo que se ve en este baile está dotado de memoria y esperanza, y la memoria no se halla en el mismo plano temporal; por eso cada uno de nosotros, ya sea caminando, sentado o durmiendo, participa de dos escalas temporales como la yema y el huevo, que comparten una misma envoltura, y cuando una criatura que empieza a tomar conciencia de su alma, o un adulto que nunca ha concebido más que pensamientos animales, o un adolescente enamorado, o un viejo moribundo, o incluso un filósofo o un astrólogo, cuando uno de estos, o tú o oyo nos preguntamos, con todo el peso de nuestra vida: ¿quién soy? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué pruebas hay de la existencia de un tiempo que no es mortal como una hoja en el otoño? Y la respuesta es: aquello que formula estas preguntas reside fuera del cuerpo mundano..."
Si de por sí, la señora Doris, me cae super bien, más ahora que la vemos con su gato, igual que a Sabrina.
ResponderBorrarBG