Mexicana. Primogénita. Deportista. Trabajadora. Profesionista. Independiente. Soltera. Sin hijos. Nada femenina. Prospecto de escritora. Puedo continuar buscando adjetivos pero ¿qué de todo ello me hace ser mujer? ¿Poseer una vagina o pechos, tener una figura más o menos femenina, mis pensamientos, las emociones, ser hormonal? Ser mujer va más allá de una palabra compuesta de cinco letras, es mucho más complejo de tratar de entender, de querer definir. ¿Qué te hacer ser mujer, tener los rasgos físicos femeninos, la llegada de la primera regla o ser el complemento de un hombre?
Alguna vez, un familiar dijo: “ella no es una mujer porque no sabe hacer el quehacer y no le gusta atender al marido”. ¿Entonces si decido el estudio en vez del hogar, soy menos mujer? ¿Soy menos mujer por no saber planchar una camisa, por no querer traer hijos a este mundo, por no atender a un hombre, por amar a otra mujer? ¿Soy menos mujer por no cumplir los estándares de una sociedad machista que quiere controlar mi forma de actuar, de pensar, de vestir?
“No es lo que una mujer haría”... ¿Quién rayos dicta lo que es ser o debe hacer una mujer? La iglesia, la sociedad, la colectividad, el gobierno. Las mujeres, para buena parte de la población masculina mexicana, somos sinónimo de debilidad, torpeza, incapacidad, sumisión, un pedazo de carne, algo de lo que pueden disponer.
Y es que en México, ¿qué mujer no se ha sentido violentada hacia su persona al menos alguna vez en la vida? Te hacen creer que sólo está en tu cabeza, que estas exagerando, que no era la intención del muchacho y entonces se vuelve normal, algo que puede pasar en cualquier momento de tu día. Crees que están bien los piropos que te incomodan, las nalgadas en los autobuses, las miradas desnudantes, el roce su miembro contra tu hombro mientras corta tu cabello, ser violentada de una y tantas formas. Y lo más doloroso es que se va transmitiendo de generación en generación hasta que alguna dice ¡basta!, hasta que alguna se amarra el rebozo y decide romper el silencio.
No, no es querer el libertinaje, es querer el respeto hacia mi cuerpo y el de mis hermanas, porque no somos un objeto desechable, somos personas conscientes con los mismos deseos de vivir la vida que un hombre. No, no es querer ser igual a ellos, es querer tener la misma oportunidad de poder decidir que queremos hacer de la vida sin que sea causa de exorcismos, es poder ser científicas, deportistas, abogadas, ingenieras, lo que se nos ocurra ser, pero tan solo tener la oportunidad de serlo.
Ser mujer es escuchar miles de veces que no puedes, por el sencillo hecho de ser precisamente mujer. “Esto no es para ti”: Trabajo, escuela, vestimenta, parejas, ejercicios, métodos, lugares, etc. ¿Cuántas veces no lo escuchaste de tu misma familia, de tus profesores, maestras, amigos, incluso de otras mujeres? Porque cuando una mujer alza la voz en una sala llena de hombres suele ser acallada, porque cuando expone una idea nueva es causa de burla, cuando ama a otra mujer es humillada, porque cuando viste como desea es violentada, porque cuando se defiende se vuelve irrespetuosa, cuando exige sus derechos es desaparecida.
Dicen que las mujeres de ahora estamos en contra de todo, que queremos romper el sistema, que somos unas rebeldes, cuando en realidad solo queremos la oportunidad de vivir sin temer ser mujer en este país.
El romanticismo hacia la mujer solo es otra cara de la moneda para hacernos creer que somos el sexo débil. Sí, somos delicadas pero no frágiles; sí, somos emocionales pero no estúpidas; sí, somos hermosas pero no para ser de alguien más, somos quienes somos porque así lo deseamos. Dicen que tenemos igualdad de condiciones, pero eso continua siendo una falacia para tantas mujeres en tantos sectores de la sociedad.
Sí, ser mujer es difícil pero también es increíble. Ser mujer es ser fuerte a pesar de las circunstancias, es no ver no solo por ti, porque si algo nos caracteriza es que jamás dejamos solos a quienes nos necesitan. Es dar el alimento al prójimo aún cuando tu no hayas llevado un pedazo de pan a la boca. Es levantarse igual de temprano que los compañeros pero trabajar el doble para tener el mismo reconocimiento. Es ser capaces de hacer varias cosas a la vez y de ser resilientes. Somos valentía, fortaleza, capacidad, bondad, entrega, pasión. Somos tantas cosas que es increíble que nos quieran apagar y someter. La lucha no termina, continuará y habremos de vencer.
A ti, mujer que te levantas cada día aun cuando no puedes más, a ti que sientes que todo está derrumbado y que nada vale la pena, a ti que te han violentado de alguna u otra forma, a ti que te han reprimido, a ti que estas en la tu propia búsqueda, a ti quiero decirte que no estas sola, que ahí afuera hay más mujeres siendo hermanas que no te dejarán sola.
Al final no sé todo lo que significa ser mujer, pero lo que sí sé es que amo ser una, una loca y descarriada mujer y apoyo a todas las que quieran ser ellas mismas, aun con el miedo y con la represión de su sociedad.
Flaca hermosa sabes cuánto te amo y te admiro, yo sé que siempre has Sido una mujer luchona que nunca se raja para nada, y que si te caes te levantas y con más fuerza, es hermoso leer esto
ResponderBorrarGracias por alsar la voz por todas
Definitivamente es complicado ser mujer, pero tu te mereces todos lps reconocimientos posibles y por haber. Eres una mujer grandiosa y por supuesto una gran escritora. Vas a llegar mucho mas lejos.
ResponderBorrarExcelente reflexión por el 8 de Marzo #nosecelebra y pues que nadie te y les corte las alas. Te adoro ♥