“La mayoría de los consumidores son simultáneamente neofílicos (curiosos por descubrir cosas nuevas) y profundamente neofóbicos (temerosos de lo que es demasiado nuevo)”, dice Derek Thompson. El periodismo, la crítica cultural y la academia deberán aumentar su neofilia y anestesiar su neofobia si no quieren ser condenadas al anacronismo. Porque las plataformas culturales nos obligan a pensar algorítmicamente, a reinventar el análisis, a leer de otras maneras. Tanto si nos gusta como si no.
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"Las plataformas transforman nuestros modos de leer", en The New York Times.
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