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El problema del aislamiento geográfico del estadounidense es real. Cualquier plaza remota puede ser un sitio poético —imaginado, recordado, vivido—, pero casi a cada poeta le es necesario un exilio, el viaje para el regreso —un exilio rico en contradicciones y afirmación personal. El New Hampshire central, o la Olimpyc Peninsula, o Cincinnati, o la llanura de la soya en el Minnesota occidental, o el Este meridional pueden brillar en la médula de su obra y su vida; pero si usted no abandona estos lugares es poco probable que crezca lo suficiente para la creación. Éste es un fuerte desafío para el artista talentoso que teme abandonar su hogar —definido éste como el primer lugar que se deja, y al cual se regresa luego...»
El problema del aislamiento geográfico del estadounidense es real. Cualquier plaza remota puede ser un sitio poético —imaginado, recordado, vivido—, pero casi a cada poeta le es necesario un exilio, el viaje para el regreso —un exilio rico en contradicciones y afirmación personal. El New Hampshire central, o la Olimpyc Peninsula, o Cincinnati, o la llanura de la soya en el Minnesota occidental, o el Este meridional pueden brillar en la médula de su obra y su vida; pero si usted no abandona estos lugares es poco probable que crezca lo suficiente para la creación. Éste es un fuerte desafío para el artista talentoso que teme abandonar su hogar —definido éste como el primer lugar que se deja, y al cual se regresa luego...»
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