miércoles, febrero 07, 2018

Liliana Bodoc (1958-2018)

Prólogo de Elisa. Una rosa inesperada (Norma, 2017)
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«Cuando tomé la decisión de viajar para escribir una novela no sospeché ninguna oscuridad. Acostumbrada a transitar argumentos, a esperar largas horas hasta el arribo del próximo verosímil, resignada a perder, de tanto en tanto, el equipaje de las certezas lingüísticas, supuse que la ruta planeada resultaría en una fructífera narración, nutrida por la geografía norteña.

»Nada sucedió como lo había previsto. El viaje se agrietó y por las fisuras nacieron cardones. Mi cuaderno se trasformó en tierra, y me quedé viendo cómo se alejaba.

»Acunada por el movimiento del ómnibus blanco, una mujer se durmió en mi hombro y me dejó sin palabras.

»Fue la realidad, que no quiso adecuarse a la lógica de los párrafos.

»Es cuestión de básica honestidad confesar que atravesé dudas, conflictos, me contradije y reconsideré la misma cosa incontables veces hasta encontrar el sentido de esta novela, y su auténtica relación con el viaje que le dio origen.

»Respiré el viento de los camiones que pasaban cerca. Me acodé en mis rodillas para ver pasar gente desconocida. Descreí de las fotografías. Extrañé la línea argumental…Finalmente comprendí que esta novela solo podría ser la versión escrita de un camino impensado, de un plan fallido.

»Un viaje, no. Un naufragio me trajo hasta esta página. Conocí Tilcara. Comí tortillas rellenas, me tropecé con una cruz caída, amanecí llorando. Y si algo encontré para decir es que la vida es un viaje con música de fondo.

»Por todo esto, y dispuesta ya a narrar, elegí a Abel Moreno como guía.

»Abel Moreno vive en Tilcara. Es viejo, y escasamente abandona su silla de paja, con un hueco en el medio a punto de ceder. Usa gorro de lana, tose y se rasca el dorso de la mano izquierda.

»Él narrará lo que yo no vi. Será, en esta historia, la mitad misteriosa.

»Abel Moreno existe.

»Él narrará lo que yo no vi. Será, en esta historia, la mitad misteriosa.

»Abel Moreno existe.

»Sabe de antes y de luego.

»Sabe de aquí y de allá.

»Se rasca el dorso de la mano izquierda.

»Tose.

»Usa gorro de lana.

»Y un atardecer caluroso, intervino en mi historia. Silbó para ayudar a una inocente.»

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