Ceprodac |
Con la creación de la Red Nacional de Festivales y la muerte de Lila, la fiesta que significaba el FIDC-LL se volvió un botín que se disputan instituciones y funcionarios (locales y nacionales), en detrimento de públicos, críticas, cursos y encuentros. Si a nivel nacional no hay una política cultural bien definida, con los presupuestos y planes a largo plazo que supondría la misma, menos en una localidad donde la defensa de irrisorios cotos de poder está a la orden del día.
La trigésimo segunda edición del festival empezó mal: con el anuncio de un recorte presupuestal y un programa dado a conocer sin explicaciones, y tarde, con la cancelación del V Forum Mundial de Danza, el retiro de invitaciones a algunos grupos. Si el año pasado estuvieron en la comisión artística figuras como Patricia Aulestia, Magnolia Orozco y Luis Arreguín, entre otros, este año nadie supo quién eligió a las compañías participantes, aunque se supone.
Tras el affaire por un nombramiento fallido en la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, el encargado del despacho (cuestionado pero muy cercano al actual gobernador priista) se regresó a la dirección de festivales, pero el nuevo titular de la secretaría "en atención a sus atribuciones y facultades" cesó al segundo de a bordo en dicha dirección, el director de Vinculación Artística y Cultural. En su lugar puso —esto se supo hasta que se anunció hace unas semanas el programa del FIDC-LL— a una locutora con nula carrera en la creación o administración cultural, cuando hay tantos artistas que podrían ayudar a que el festival vuelva a ser un orgullo.
Así, en el XXXII FIDC-LL ha habido funciones de regular a buena, con una muy mala (la del Ceprodac) y con una muy buena, la de Corea. Lo que nunca había pasado, hubo ya dos días sin función en el Teatro de la Paz. Un punto positivo, la inclusión de varias compañías potosinas.
Por ejemplo, El Circo Contemporáneo dejó un buen sabor de boca, con su metáfora de la modernidad en una plaza del Carmen lluviosa, ruidosa. Corea se llevó las palmas en el interior del "Coloso de Villerías". Con variaciones de tono, algunos con más pros y otros con más contras, ha habido el disfrute que supone un espectáculo (sabido es que todo se vale en el arte menos aburrir).
Todas las críticas coincidieron, muchas personas abandonaron el Teatro de la Paz ante lo fallido de la propuesta del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), que se supone fue "creado por el Conaculta y el INBA con el propósito de estimular el desarrollo de la danza contemporánea de nuestro país y fomentar la creación, investigación y experimentación en esta disciplina". Integrado por bailarines seleccionados, parece un desperdicio que sus habilidades sean subutilizadas en una pasarela interminable.
Apenas van unos días, falta mucho, se supone, pero queden estos apuntes sobre lo que se ve y lo que no se ha informado, lo que ronda en la mente de algunos espectadores y especialistas. Esperemos buenas nuevas, porque el público las merece.
¿Hay ruedas de prensa? ¿Cuántos medios locales y cuántos nacionales cubren este festival que fue punta de lanza? ¿Cursos, número de bailarines, modo de elección de los grupos locales y foráneos, cuota de funciones para Conaculta? Habría que preguntarle al representante de la secretaría ante la Red Nacional de Festivales. Tal vez él sepa.
Alex, sigues escribiendo. Nadie entiende porque. Ya uno de tus alumnos gano el concurso de crónica del festival. Y tu? A que te dedicas?
ResponderBorrarPorque no sé como no escribir. Me nace. Porque este festival estuvo pésimo y me interesa mejorarlo aunque "nadie" me entienda. Escribo para encuentros internacionales de investigadores y criticos de danza... ¿Y tú?
BorrarPor cierto, "Nadie entiende porque" está mal escrito, debe ser por qué. Espero que tú solo tengas mala onda y no escribas. Además si lees Crimentales, debes leer lo que escribe Alexandro.
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