Una edad
36 años. Ni tan joven ya,
ni todavía viejo. Una edad rara
—dicen—, seria; una edad gris.
No lo sé. Suficiente, eso sí,
para que a veces sientas
que los mejores días han volado.
Y, lo que es peor aún,
que no fueron tan buenos.
* * * * *
No hay más
Al principio
quieres cambiar
el mundo,
y al final te conformas
con dejar el tabaco.
No hay más.
Así de cómico,
y así de trágico.
Me han encantado, no conocía a Iribarren, mil gracias
ResponderBorrar:)