martes, julio 17, 2012

"Decálogo y medio (consejos para un poeta que empieza)", de Héctor Carreto



1. No busques palabras “poéticas” para escribir. Todas las palabras que hay en el diccionario pueden ser útiles en un poema. Todo depende de la naturaleza del texto. La utilización de palabras“elegantes” o en desuso causará un efecto artificial o cursi en el lector. Hay diccionarios que señalan que la poesía busca la belleza. Es una afirmación a la ligera. En todo arte legítimo tiene que estar presente la belleza. En la poesía la belleza está en el conjunto, no en la elección de ciertas palabras.

2. Escribe sólo sobre lo que conoces bien. De otra manera, el lector lo sentirá falso. Evita el hipérbaton. Muchos principiantes creen que cambiando el orden de una frase, ésta se convierte en verso. Nada más falso. El trazo debe ser sencillo, natural, como en la prosa.

3. Aplica el hipérbaton sólo si tiene alguna función en la rima.

4. No pierdas de vista el sujeto. Aun si escribes poesía hermética, debe haber precisión en el discurso. De otra manera, el lector no entenderá el poema y abandonará la lectura.

5. No tengas miedo a las influencias. Todos, cuando empezamos a escribir, necesitamos modelos, como ocurre con los estudiantes de otras disciplinas, como las artes visuales. Imita al escritor que admiras, a tu padre poético y, cuando te sientas preparado para irte de casa, independízate. Sin embargo, regresa de vez en cuando a visitar a tus padres.

6. Escribe sobre lo que te interese. No hay temas vedados a la poesía. No existen temas exclusivos para la prosa ni exclusivos para la poesía. Simplemente, se abordan desde ángulos distintos. Donde termina la prosa empieza el poema, y viceversa.

7. No te preocupes mucho por la retórica, y menos por la tradicional. Te recomiendo conocerla y olvidarla a la hora de escribir. La retórica puede servir de ayuda, pero jamás garantiza la buena y legítima escritura.

8. Si buscas escribir poesía de corte clásico, rimada y medida, piensa que los maestros de otros siglos ya agotaron esas formas. Si insistes en dedicar tu vida literaria, por ejemplo, al soneto, valdrá la pena si los tuyos pueden alcanzar la altura de los escritos por Shakespeare, Quevedo o Sor Juana, lo cual es prácticamente imposible. Y en la lectura de sonetos, el lector siempre elegirá leer a los grandes poetas.

9. En un poema, igual que en la narrativa, puedes incluir diálogos, personajes, plegarias, noticias de periódico. Asimismo, el verso puede ser corto o largo, o una combinación de ambos, e incluso puedes escribir el poema en prosa. La poesía es tan flexible como las necesidades que requiere quien la escriba.

10. No escribas una poesía explicativa, pero tampoco una tan oscura que nadie entienda. No es lo mismo un poema misterioso que una adivinanza. Si necesitas poner símbolos, éstos deberán ser localizados por el lector. Es decir, debe localizarlos aunque no los descifre. Un poema muy explicativo aburre por lo obvio y uno oscuro difícilmente se le termina de leer.

11. El poema debe tener tanta causalidad como la prosa. Aunque te propongas escribir un poema oscuro, no debes perder nunca la lógica del discurso. Esto es, nunca pierdas el sujeto ni la concordancia en los tiempos verbales. De otro modo, corres el riesgo de que nadie entienda lo que escribiste.

12. Los poemas no necesariamente deben tener metáforas ni muchas imágenes. Hay muchos poemas de grandes autores que no contienen imágenes y otros que, aunque las tengan, no elaboran metáforas. Además, no es regla que el uso de las imágenes deba ser muy elaborado. Hay poetas que incluyen sólo incluyen las imágenes que son necesarias al discurso.

13. Sobre la intertextualidad. Si decides insertar en tu obra versos o incluso párrafos de otro poeta, busca que éstos cambien de sentido en tu discurso. Es decir que, integrados a un poema tuyo, lo enriquezcan. En cambio, si lo único que haces es acomodarlos junto a los tuyos, el lector opinará, con justa razón, que lo valioso en tu texto son los versos del otro, que seguramente será un autor importante. Aunque todos estamos acostumbrados al saqueo, te aconsejo que, si los versos que robas no son muy conocidos, por la fuente al pie de la página, o por lo menos pon los versos robados en cursivas.

14. Si los temas que eliges son políticos, amorosos, sociales o eróticos, haz crecer el poema asociando el tema elegido con otro complementario. Por ejemplo, el tema amoroso está prácticamente agotado si únicamente se aboca a expresar el sentimiento. Éste ya fue explotado con éxito por los poetas de épocas pasadas, por lo que el tuyo tendrá que contener un plus. Esto es, que además de amoroso lo vuelvas, al mismo tiempo, político o social, o que tenga sentido del humor. Los epigramas de Ernesto Cardenal, por ejemplo, son amorosos y al mismo tiempo políticos; los de las poetas estadunidenses son eróticos pero también son políticos, o sea, feministas. Cuestionan a la sociedad en la que viven.

15. Sobre el tono. Te recomiendo familiarizarte con la música de concierto, o clásica, y también con el jazz, sobre todo si tu proyecto es escribir un poema extenso. Muchos poetas tienen la tendencia a escribir poemas largos sin cambiar ni el ritmo ni el tono del discurso. Esto hace que los textos lleguen a ser pesados, aburridos, y en algún momento llegan a caerse, pues es casi imposible, por ejemplo, mantener la nota alta (el éxtasis) siempre arriba. Si escuchas con atención un concierto o una sinfonía, podrás observar los diversos matices y cambios de ritmo que tienen las obras.

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En El poeta regañado por la musa

1 comentario:

  1. Anónimo5:51 p.m.

    El consejo para lograr el tono o ritmo en la poesía, suena muy bien, ojalá me funcione. Gracias!

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