jueves, junio 16, 2011

idílico día salvaje

"El amor ama al amor. La nodriza ama al nuevo químico. El alguacil 14 ama a Mary Kelly. Gerty McDowell ama al muchacho que tiene la bicicleta. M. B. ama a un rubio caballero. Li Chi Han ama a la besadora Cha Pu Chow. Jumbo, el elefante, ama a Alicia, la elefanta. El viejo señor Verschoyle, el de la trompetilla acústica para la oreja, ama a la vieja señora Verschoyle, con el ojo mirando contra el gobierno. El hombre del impermeable marrón ama a una dama que está muerta. Su Majestad el Rey ama a su Majestad la Reina. La señora Norman W. Tupper ama al oficial Taylor. Usted ama a cierta persona. Y esa persona ama a otra persona, porque todo el mundo ama a alguien pero Dios ama a todo el mundo..." 
Cada 16 de junio en Dublín se festeja el Bloomsday en honor a James Joyce, a su novela Ulises y al día en que ocurre la historia ahí narrada. Y hoy hay irlandeses que no saben quién fue James Joyce, como aquí en esta ciudad donde escribo no saben quiénes fueron Manuel José Othón o Ramón López Velarde.

Blancas tus manos, roja tu boca,
Tu cuerpo delicado es exquisito;
Ven a beber tendida conmigo;
Y en lo oscuro besarse y abrazarse
"Es lo que Tomás de Aquino el barrigón llama delectación amorosa, frate porcospino. Antes de la caída Adán copulaba sin gozar. Déjalo que brame: tu cuerpo es exquisito. No hay un lenguaje que sea un ápice peor que el de él. Palabras de monje, cuentas de rosario parloteando sobre sus barrigas: palabras de atorrante, rudas pepitas resuenan en sus bolsillos."
Hoy millares de tuiteros transcribirán pasajes de esta obra de James Joyce en todo el mundo hasta completarla, pero habría que preguntarnos cuántos han leído esta odisea. Los clásicos son parte del inconsciente colectivo, al menos de una parte de la colectividad, pero hincarle el diente, el ojo, a sus más de 800 páginas de diversas estrategias narrativas, plagadas de juegos y figuras retóricas, neologismos, rupturas y tensiones, poesía, no cualquiera...
"Si Pyrrhus no hubiera caído a manos de una bruja en Argos, o si Julio César no hubiera sido acuchillado a muerte. No se podrán borrar del pensamiento. El tiempo los ha marcado y, sujetos con grilletes, se aposentan en la sala de las infinitas posibilidades que han desalojado. Pero ¿podría ser que ellos estuvieran viendo que nunca habían sido? ¿O era solamente posible lo que pasaba? Teje, tejedor del viento."
¿Y si creamos nuestro idílico día salvaje para escapar al desierto? ¿Una noche en la que descubramos, tendidos ante una magnífica luna (como la de esta noche) que todos estamos muertos? Bloom tenía 38, casi como yo.
"La de sacar en conclusión como resultado de su examen pero erróneamente que su silencioso compañero estaba ocupado en la tarea mental que reflexionó sobre los placeres provenientes de la literatura de instrucción más bien que de la diversión, ya que él mismo había acudido a las obras de Guillermo Shakespeare más de una vez en procura de la solución de difíciles problemas en la vida imaginativa o real." 
No. No me esperen. Yo por lo pronto me iré a vagar por las calles, a visitar a las musas que no se llaman Molly, a disertar con los sicarios que aguardan en estas calles desiertas, a brindar y a preocuparme, a algún funeral donde pueda leer a gusto... ir a Grecia, o Judea, o Dublín al menos en la colonia Progreso, porque de eso se trata, de volar y construir laberintos para palomear y tan levemente llenarnos de la poesía del movimiento, del arte de la calistenia.

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