jueves, marzo 31, 2011

s.f.

La herida es grande, y en el desierto él se siente una especie en peligro de extinción. Como todos. Oasis: el desierto entre la selva, no hay nada, o casi. Un lugar donde nadie sabe qué es el otoño pues nadie ha visto caer las hojas. Saben, sí, de primavera y de invierno, de verano por las ocasionales lluvias.

Cierra los ojos, le pide la chamana, transfigurada. Buitre ciego, canto del cactus. Sanguinas mágicas contra el olvido; después de aplicarlas hay que soltarlas sobre el amate: sus caminos sangrientos revelan historias demasiado crueles para ser dichas, desde las ciudades de los caciques hasta las tierras apaches.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario