viernes, diciembre 02, 2022

Carta a Dios - Malcolm Lowry



Querido Señor Dios:

Te ruego encarecidamente que me ayudes a ordenar este trabajo, aunque parezca feo, caótico y pecaminoso, de modo que sea aceptable a Tus ojos, para que de este modo, según le parece a mi cerebro desordenado e imperfecto, pueda alcanzar los más altos cánones del arte, abriendo, no obstante, nuevos caminos y rompiendo viejas reglas cuando sea necesario; tiene que ser estimulante, tempestuoso, atronador, la vivificante palabra de Dios debe resonar en él proclamando la esperanza para el hombre, y sin embargo tiene que ser también equilibrado, grave, lleno de ternura y compasión, y humor: como el escritor se halla él mismo cargado de pecados, si se le deja solo no puede escapar a conceptos en ocasiones falsos e inanes, y somete su voluntad a la de una bandada de becacinas que lo llevan por senderos equivocados…

Por favor —creo que necesitas escritores—, deja que verdaderamente te sirva como tal, convirtiendo este material en algo grande y hermoso, y si mis motivos para escribir son oscuros, y si ahora las palabras están dispersas y a menudo faltas de sentido, por favor, perdóname por ello pero, te lo suplico, pon alguna Musa, algún Nordahl Grieg —ángel del arte— a mi disposición para ordenarlas de un modo bello; por favor, ayúdame, de lo contrario estoy perdido.

Mis plegarias también para San Judas, ¡querido patrón de los imposibles!

Malcolm Lowry.

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