«La adopción de La Asunción, en realidad significó, para la identidad cultural tlaxcalteca de nobles y pueblo en general, una constante fiesta de independencia: antes contra la hegemonía azteca y ahora contra los intereses españoles. La Asunción de la Virgen no fue asumida con la connotación propia que la fe católica le da a la Madre de Dios, sino como La Asunción de María, guerrera y conquistadora, símbolo de la unidad política de Tlaxcala. Sin embargo, obsérvese cómo fueron los españoles los que traían a la Virgen María, en su imagen representativa, como protectora personal y de grupo, para las hazañas que habrían de ganarle al dolor y a la muerte; porque venían con toda intención de guerrear, y fue al fragor de la batalla, donde ellos mismos le dieron también una connotación militar a la Madre de Dios. Obsérvese como:
«En Coyoacán, Cortés le regaló una imagen de la Virgen, como recompensa de sus servicios y de los de todos los tlaxcaltecas. Después de la Conquista, Acxotécatl regresó a Tlaxcala, llevando con él la imagen….»
Tomado de:
«La Iglesia de La Asunción de Tlaxcala y La Capilla Abierta de San Francisco.
Un ensayo sobre la identidad tlaxcalteca durante los siglos de la colonia española»
Elsa Dubois López
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