lunes, julio 02, 2018

Y se empezó a hacer historia...

Mis padres fueron a votar desde temprano. Los acompañé, pero aunque tenemos el mismo domicilio resultó que estoy en otra sección. Fui más tarde y también mancharon mi dedo. Y desde ese rato estuvimos pendientes de las noticias.

Por la tarde, mi madre, emocionada, no lo podía creer. Hasta el último momento temió que hubiera una trampa. Pero las elecciones fueron un ejemplo de que sí podemos, de que vienen cambios y que el sistema ya no puede continuar así.

La esperanza se sentía en el ambiente se sintió desde temprano, en las casillas llenas, en las calles.

Los datos confirmaron el hartazgo:
2000: Vicente Fox Quesada ganó con 15,989,063 votos (42.52% de la votos emitidos, es decir, 63.97 % del padrón electoral)
2006: Felipe Calderón Hinojosa obtuvo 15,000,028 votos (35.91 % del total; votó 58.55 % del padrón)
2012: Enrique Peña Nieto llegó con 19,158,592 votos (38.20 % de los votantes; votó 63.14 %)
2018: Andrés Manuel López Obrador llegará con más de 32,000 votos (53.40 % de los sufragios; votó 67 % del padrón)
Los otros candidatos, el INE y el presidente saliente reconocieron las tendencias. Presidentes de otros países felicitaron al candidato electo, quien llegará a la presidencia con el mayor capital simbólico político de credibilidad y confianza. 

"No les fallaré", dijo en su primer discurso. Eso esperamos. Como escribí antes en mi columna, eso se le tiene que exigir que cumpla, que muestre que nuestro voto fue por un cambio real. Hay que tener cuidado con sus aliados (el PES, por ejemplo, y ciertos políticos). Hay que vigilar y ver que se cumplan las promesas de campaña y se combata efectivamente la corrupción. La vara está muy alta y mucho lo que hay que cambiar.

En lo personal, me emocionan la alegría y el deseo de cambio de cambio de tantas personas. Ya nos lo merecíamos. Se ha hecho historia ya y queda mucha por hacer. 

Me dan ganas de abrazar a todos. Todos, dije.

Las imágenes de la fiesta en el Zócalo emocionan. No pude estar allí pero estaré el primero de diciembre.

Hasta tarde, la mayoría fue fiesta. En las redes, unos cuantos seguían con el discurso de campaña. Y entiendo pero no comprendo. No sé. Preferible ceder horas a la sonrisa. Dormir soñando que el dinosaurio por fin no seguirá ahí. Y si sí, a soñar de nuevo. 

Felicidades a todos. 

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