XXIX
Siente, amigo callado de lejanías múltiples,
cómo tu aliento aún multiplica el espacio.
En la armazón del campanario oscuro
déjate resonar. Lo que en ti roe
se hará fuerte con esos alimentos.
Sal y entra en la transustanciación.
¿Qué fue lo más doliente de tu vida?
¿Te es amargo el beber? Vuélvete vino.
En tal noche de exceso sé conjuro
en el cruce de todos tus sentidos,
la razón de su extraña convergencia.
Y si tal vez te olvida lo terrestre
dile a la tierra silenciosa: fluyo;
y dile al agua rápida: Yo soy.
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