domingo, diciembre 31, 2017

Cantar de ensueño - John Berryman

Un cantar, digo yo, debe ser ágil y matizado, cual colibrí.
y también duro como metal de proyectil, e insólito
como el mundo de la antimateria
donde la gente pregunta: ¿da el tiempo marcha atrás?
¿qué pensó el poeta que es verdadero y alado, a la par,
como una sonatina de Scarlatti?
¿sabe acaso Henry escribir?

Aniquilado, en peligros sumergidos, sacudió la cabeza una
vez y a su meditar tornó. Y corrió la voz
desde el más lejano oeste
de que buscaban a Henry. ¿Se libraría
de la horca amenazante y de todo lo demás? ¿Podrá irse tranquilamente?
A él le parece que no.

Y, por tanto, se estremece y no quiere ya cantar
y mucho menos cantares —como ya dijimos—
alados, dúctiles, hondos. Cavila entonces.
Repasa quizá el año fatal —final— ya transcurrido,
a la intemperie, enfermo.

—Feliz Año Nuevo a ti, señor de la calavera.

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