El cerebro es más ancho que el cielo
y si los pones juntos
El uno contendrá al otro
Holgadamente. Y a ti, además.
El cerebro es más hondo que el mar
Y si colocas ambos —azul contra azul—
El uno al otro absorberá
Como la esponja a la cubeta.
El cerebro pesa lo mismo que Dios
Y —si lo calculas— libra a libra
Hallarás la misma diferencia —si la hubiere—
Que separa a una sílaba de un sonido.
El cerebro es Dios en nosotros
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