lunes, julio 03, 2017

Café literario: gracias

De algunos publicados a textos recientes (leídos algunos directamente de mi libreta en curso), de consejos profesionales y confesiones personales, recuerdos de inicios y política cultural, autores imprescindibles y la flexibilidad de los géneros literarios fue mi lectura-charla este sábado 1, para abrir boca y calentar motores rumbo a los talleres de verano en Fernando Rosas 192.
Me puse un espejo en la frente y fui  visitar el lago de las garzas; esperaba que ellas pudieran ver algo más en él que yo al rasurarme. Ojalá vean el futuro, pensaba, pues a mí ya sólo me queda mirar al pasado.
Hace mucho que no leía mi obra, y hace mucho que no publico, pero no significa que no esté escribiendo, pues es vicio, locura, pasión.
¿Qué sería de mí si no pudiera escribir a mano? Yo soy yo y mi callo en el dedo medio: el soporte de la fuente de tinta. Tengo que sostenerlo fuerte para que no queden letras a medias. Más allá de todo, de mis propios dolores, de mis forzadas sonrisas de dientes chuecos, de mis fantasmas, hago historias. Podría estar veintitrés horas al día con camisa de fuerza si una sola se me permitiera escribir.
Allí este miércoles empieza el curso de Introducción a la filosofía, y esperamos empezar los talleres de literatura el día 17. Pero hay muchas más actividades, todas con valor curricular. Visiten la página del Colectivo en Facebook.
No, Ulises nunca regresó. Fui yo la que tejió un sudario sabiendo que nunca lo iba a utilizar. Fui yo la que tejió todas las historias para Telémaco.
Gracias a Samuel Hernández por tanto apoyo, y al Colectivo de Estudios Críticos, Sociales y Humanísticos por la hospitalidad, a todos los asistentes que acaso olvidaron el partido de futbol y la pelea de Pacquiao. Que fueron a pesar de la lluvia. Creo que se divirtieron, que hubo comunión. Siempre es grato compartir este gusto por las letras y por leerlas y escribirlas desde el corazón, los sesos o el hígado.
Ayer escribí veinte líneas, como mandan los cánones. Creo que cuenta igual si sólo repetí tu nombre, otras palabras no hubieran dicho nada. Es tu nombre lo que quería escribir. Sin comas. Y punto.               Hoy sólo escribí una línea, pero terminaba en flecha.
Este par de estupendas fotografías las tomó mi buen amigo el politólogo y escritor Oswaldo Ríos Medrano. Si me mandan otras por aquí las compartiré. Gracias de nuevo.



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