»Ésa es seguramente una cifra menor a la real. El inglés tiene un léxico inusualmente rico, en parte porque primero fue conquistado (por los vikingos y el francés normando) y luego tomó su turno conquistando grandes extensiones de la Tierra, en Asia, América del Norte y África. Miles de palabras nuevas entraron en el lenguaje estándar como resultado. Muchos más entraron de dialectos locales, que rara vez fueron escritos. El OED sólo incluye palabras que se han escrito.
»Dedicados investigadores han logrado capturar algunas de las no escritas. Para el Diccionario de Inglés Regional Americano (DARE), los investigadores llevaron a cabo miles de entrevistas —normalmente con gente de más edad— que aún hablaban su dialecto regional. Encontraron tesoros como "to pungle up", lo que significa que alguien puede producir dinero o algo más, y "mulligrubs": indigestión y, por extensión, mal humor.
»Cuanto más pequeña y más local una palabra, más peligro tiene de morir. Los editores del DARE viajaron a buscar a los ancianos en el campo precisamente porque los hablantes urbanos más jóvenes son más propensos a adoptar las normas metropolitanas, ya sea "estándar de transmisión" en América o "Inglés BBC" en Gran Bretaña. Otros factores han dado un impulso a esta tendencia homogeneizadora: la publicidad, que tiende a estandarizar los nombres de las cosas compradas y vendidas en los mercados nacionales, y el auge de la cultura popular estadunidense y de los medios de comunicación globales en la segunda mitad del siglo XX...»
Completo (en inglés, but of course) en The Economist.
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