Tomado de Translatonia
- Haz como si tomaras la vida en serio. Los listos, si te creen, te considerarán digno de confianza; si no te creen, te tomarán por listo.
- En aquellas inevitables horas en que te invade la nostalgia indomable por calma interior, el asco hacia ti mismo –que, por lo demás, te hace particularmente lúcido frente a lo desastroso de tu estado y dolorosamente consciente de la Gran Nada: bebe dos tazas de chocolate caliente, trágate una aspirina y ve a la cama. (Estas horas se podrían eludir si la predisposición a tales recaídas espirituales, surgida del mal sueño o el esfuerzo excesivo, pudiera a su vez ser evitada.)
- Llegar más allá de los sesenta años no causa ningún placer y de hecho es a menudo un malheur. Ten esto en cuenta cuando tengas treinta y no seas avaro contigo mismo. (Además: los ahorrativos jamás triunfan.)
- Problemático es sólo aquello que no es evidente. Y lo que no es evidente no merece ser discutido.
- El mundo es cada vez más pequeño. No lo olvides. De lo contrario te podría suceder que, creyéndote lejos del disparo, te halles de hecho en la ruta de la bala.
- No dramatices nunca. Simplifica siempre.
- ¿Cuándo eres verdaderamente viejo? Cuando ya no te causa placer tener un público.
- Durante siglos a todas las cosas se les suscribieron profundidades que en verdad nunca han tenido. Esto ha sido la causa de grandes desgracias. Banaliza todo; cosecharás éxitos y sembrarás oportunidades.
- Si te acomete la Gran Ira, emprende algo de inmediato. Si no tienes nada más al alcance de la mano, explica a una niña de seis años el poder de la luz de la luna.
- No debes hablar cínicamente con mucha frecuencia. Pero debes serlo siempre.
- Habla irónicamente sin sonreír. Sonríe sin hablar.
- Alaba a menudo. Admira rara vez. No critiques nunca.
- No seas demasiado interpretativo. El hombre es mucho más irreflexivo y confuso de lo que piensan aquellos a quienes un destino envidioso ha convertido en poetas.
- Demuestra lo que dices sólo cuando estés entre idiotas o profesores (y suscriptores de revistas).
- No te ocupes del psicoanálisis, la política, la literatura o las ciencias. Te roban tiempo y fuerza sin promoverte de modo alguno.
- Dirige tus chistes también contra ti mismo. Tienen el efecto de un purgante espiritual. Pero evita hacerlo fuera de tu círculo. Pronto se comenzaría a hacer tus chistes (contra ti mismo).
- Si de repente no tienes más fuerzas para mentir, sé al menos cruel.
- Jamás disculpes. Parece arrogante. Tampoco digas eso; también lo parece. Limítate a olvidar manifiestamente lo sucedido.
- Nadie es tan tonto como para que no puedas, después de tres días, convencerlo de que es un genio.
* Por la traducción: Copyright / Derechos reservados de autor HDCA
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