martes, julio 05, 2016

Otra variedad del machismo literario

Tomado de "Las 'chachas' del boom latinoamericano", de Noemí López Trujillo, en El Español.

«¿El boom habría existido si las mujeres de estos novelistas no se hubiesen encargado de barrer, fregar, coser y planchar? ¿Cuánto tiempo podría haberle dedicado García Márquez a Cien años de soledad (1967) si hubiese tenido que recoger a los críos del colegio, poner la lavadora, tender la ropa y hacer la comida? ¿Habría ganado el Nobel de haber dedicado parte del día a las ‘trivialidades’ de una ama de casa?

»La escritora Marcela Serrano ya contestó hace años en un programa de televisión: “Lo que una escritora necesita es lo que ellos han tenido: una esposa”. Y lo ha ratificado Álvaro Vargas Llosa, hijo de Mario y Patricia, en la carta que le dedica a su madre por su setenta cumpleaños: “Para ellas no hay biografías porque si las hubiese, las cosas serían al revés”. El aporte determinante de Patricia a la fama y al éxito del escritor peruano es indiscutible, pero como arguye el hijo de ambos: “Lo conocen los amigos o quienes ponen mucha atención a las vidas de los seres públicos que les interesan, pero no los que más cuentan: los lectores”.

»María Fernanda Ampuero (1976), escritora y periodista ecuatoriana, señala que ellas fueron
“las que callaron a los niños porque papá estaba escribiendo, las que sirvieron litros y litros de té en silencio, las que mantuvieron el orden obsesivo del susodicho, las que organizaron veladas literarias en las que no podían ni debían opinar, las que hornearon tartas, asados, panes, las que vivieron pobrezas y sobresaltos… Es muy difícil hacer que la vida doméstica no irrumpa como un estruendo en el proceso creativo. Qué gusto debe de haber sido para estos señores nunca encargarse de nada de eso”.»

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