lunes, junio 06, 2011

Horas de Junio (4)

Aparte de jugar o tratar de jugar con las palabras, ¿qué tienen (tenemos) en común los asistentes a Horas de Junio, a cualquier otro encuentro de escritores? Había niños (junto a estas líneas está Yuma, de 14 años) y hubo dos o tres viejitos que paso a pasito se aproximaron al presidium. Chilangos, sonorenses, tijuanenses, veracruzanos, algún potosino. De Arizona o Chihuahua o Puerto Rico. Difícil editar las memorias de tres días de 2011, cuantimás las de los 16 años del encuentro. Recuerdos del futuro, de las próximas horas. Por allí Los Intransigentes pedían coperacha para regresar a su tierra y por acá Mauricio Bares firmaba autógrafos de su libro. Carlos Martínez Rentería en la pachanga, Inédito, que diga, Anónimo Hernández departía con Ernesto Moncada y David H. Rambo, más allá una foto con Oralia Rodríguez y acullá Freddy Terry, "El Gringo Vikingo", le cantaba a los niños. Regresos y primeras veces. ¿Qué es poesía? Y tú me lo preguntas... Chale. De la Literatura de la Onda, de las ondas de la literatura. Menos mal que no llegó Escribeitor, que si no... Libros baratos y caros, en offeset y fotocopiados, institucionales e independientes, de todo, como que sí hay público, pero... ¿Pero?

Lectura en la playa, el último día: gracias. Y el regreso. Y ganas de regresar otro día, más días.

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