Desde este martes decido dejar el deber de los martes
a un lado,
torcerle el cuello al día, desde este martes abandono
los martes:
el absurdo mezquino, el ver por todos lados lo ya
visto; la muerte utilitaria.
Hoy me asalta ese animal que nos llega de pronto,
me ensancha el horizonte, bogo por lo estupendo,
me traga lo inverosímil, tengo un ojo con alas,
una boca catedral, un oído expansivo, hoy
me asombra el perro,
el gato entre las ramas, el corazón que late,
el papel, la pluma que escribe lo que quiere, la libertad,
el teléfono...
tengo que salir, sonará, no podré mentir, tendré que dar
disculpas, diré que estoy enfermo.
Hoy es martes con cachitos de jueves como esas faldas
negras con cenefas azules,
hoy es martes y el sol me dice sábado, hoy es martes
y las dos de la tarde y el trabajo pendiente.
Ojalá fuese tan fácil. Ya quisiera yo hacer sábado o domingo de este martes de un plumazo, pero...
ResponderBorrarExquisitas letras.
Un abrazo.