"El amor no vence a la muerte: es una apuesta contra el tiempo y sus accidentes. Por el amor vislumbramos en esta vida a la otra vida. No a la vida eterna sino, como he tratado de decirlo en algunos poemas, a la vivacidad pura [...] El tiempo del amor no es grande ni chico: es la percepción instantanea de todos los tiempos en uno solo, de todas las vidas en un instante. No nos libra de la muerte pero nos hace verla a la cara. [...] Somos el teatro del abrazo de los opuestos y su disolución, resueltos en una sola nota que no es de afirmación ni de negación sino de aceptación. ¿Qué ve la pareja, en el espacio de un parpadeo? La identidad de la aparición y la desaparición, la verdad del cuerpo y del no-cuerpo, la visión de la presencia que se disuelve en un esplendor: vivacidad pura, latido del tiempo".
La llama doble. Amor y erotismo
Qué duda cabe, esto es exactamente el amor. Muy acertado, gracias.
ResponderBorrarHasta pronto.
Quizá uno de los mejores ensayos de Paz. Gracias por este fragmento.
ResponderBorrarSaludos...