martes, julio 07, 2009

bradburyano

(ilustración de Roque, el monero,
publicada en Pulso)

Hace nueve años se habló del fin de los dinosaurios, de un cambio en el que todo mundo se unió para sacar al partido hegemónico, a costa de poner a un desequilibrado en la presidencia. Alternancia como sinónimo de democracia. Este domingo demostró que México es un país surrealista, kafkiano, bradburyano. Tal vez algunos panistas se salieron del sendero y pisaron una mariposa que no advirtieron entre el fango, como en el cuento de Ray Bradbury y provocaron el retorno del tiranosaurio, la movilización de los despedidos, ese cinco por cien de votos nulos, un regreso de lo malo pero en apariencia menos menos pior. El ruido de un trueno.

En las gubernaturas, carro completo para el Revolucionario Institucional. En San Luis Potosí el PAN apenas llevaba seis años en el Poder Ejecutivo, con lujos, la llegada de la inseguridad y los balazos, las pocas respuestas. Haiga sido como haiga sido (Felipe I dixit) el PRI parece regresar con más de lo mismo, en la figura de alguien que se presentó como doctor de caricatura (su parecido con Flanders el de los Simpson fue aprovechado hábilmente), que fue secretario de salud del panista Marcelo de los Santos y desde el sexenio anterior (del priista Fernando Silva Nieto, quien por cierto perdió la diputación federal ante el panista Octavio Pedroza, antes alcalde de la capital), un médico de familia bien, con alianzas con sectores empresariales y profesionales. Se auguraba un empate técnico, pero lo que sí es sorprendente es que el PAN pierda la capital después de varios trienios de carro completo. PRIÁN, dicen, un matrimonio disfuncional.

Aunque no lo parezca (otra vez Felipe) la democracia gana, se votó en contra de lo que hay, de una forma u otra. La fatiga ante lo que nos ofertan los políticos es más que evidente y es positiva la participación de alrededor de la mitad del electorado potosino, aunque sea para volver al futuro: el esposo de la gaviota se perfila hacia la presidencia, López Obrador sobrevive gracias al PT, el PRI se reorganiza, el presidente está desencajado en su mensaje, Marianita no aparece más en los televisores, la guerra contra el narco sigue. Empiezan los pleitos por entrar al gabinete, los besamanos, los favores a pagar, porque las deudas ya se cobraron. Es (gulp) la democracia, una democracia bizarra, sí, deforme, producto de las sucesivas dominaciones que desde tiempos prehispánicos se han vivido en estas tierras, idealizada, lejana, pero a la que hemos mirado a veces, por la que suspiramos muchos. Ese oscuro objeto del deseo.

-¿No podríamos -se preguntó a sí mismo, le preguntó al mundo, a los oficiales, a la Máquina-, no podríamos llevarla allá, no podríamos hacerla vivir otra vez? ¿No podríamos empezar de nuevo? ¿No podríamos...? (RB)

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