miércoles, junio 18, 2008

Perverso...

“PERVERSO” ES AQUELLO QUE LASTIMÁNDONOS no nos permite apartar la mirada. Remueve las tinieblas acalladas en nuestro interior y nos despierta apetitos urgentes e innombrados: sombras al acecho con una sed irrevocable de encarnar. Tal vez por eso deseamos algo de lo que nunca nos creímos capaces; como si se tratara de un deseo dormido que de pronto destapa su aroma irrenunciable… Entonces, es ahí donde lo perverso encaja su llave maestra y si te miras un poco en el fondo del espejo ya no te reconoces. Eres otro. ¿Cuándo dejé yo de ser quien era? ¿O es que debo confesar que hubo un momento deslumbrante y eterno en que se descorrió un velo y dejé por fin de ocultarme? Porque tal vez siempre he sido ese hombre, agazapado detrás de un árbol, que atisba desde la sombra el suave fulgor de una inocencia ultrajada. Pero aunque mi cuñada Isabel así lo crea, no soy ningún criminal — al menos no en el sentido en que ella lo piensa. No he matado a ninguna cría animal, ni le he negado la leche a un recién nacido. Puedo entrar sin temor al reino de los muertos —aunque por supuesto mi muerte o la prisión no me preocupan en absoluto. En cambio, el instante en que una vida se alza y desfallece, ese quejido que aún no escapa de unos labios o una herida y es el pálpito de una flor que amenaza con abrirse rotunda, son quizá la única promesa que, por absurdo que parezca, todavía espero. Aunque no pueda tocarla ni llevarla a mi boca, tan sólo contemplarla en ese su furioso e incurable estado de gracia.

Ana Clavel, Las violetas son flores del deseo.

Así, ciertas lecturas, ciertos roces, ciertos sueños. Así la lectura de Las violetas..., esos guiños a Lolita, a Alicia. La intertextualidad y el palpitar, el goce.

1 comentario:

  1. Alexandro:

    te he dejado un reconocimiento en el quodago.

    Espero que puedas pasar a recoger tu 'Premio al esfuerzo personal'.

    Salud.

    Greg.

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