viernes, marzo 30, 2007

Historias del desencanto, que encantan



Para cerrar el ciclo México lindo se presentó en el Cine Alameda Historias del desencanto (México, 2005), de Alejandro Valle, una opera prima que, para bien o para mal, cocteliza y trata de meter todo lo que le gusta a su director. Lo mismo está en la onda de Narnia que de Mad Max o Corre Lola corre o Drácula de Bram Stoker o El graduado o Matrix o El show de terror de Rocky o La tiendita del horror o Constantine o...

Buena foto, escenas sexuales prendidas pero justificadas, perversiones, pachecadas, sueños, buenas rolas (el maese López y Quijada) y una animación de excelente factura que no le pide nada a la extranjera justifican los diez años que el proyecto tardó en cocinarse en la onda de las nuevas tecnologías. De corto a largometraje es difícil el andar y a no ser por varios videoclips que alentan el ritmo la película se disfruta, aun con los lugares comunes acumulados por el director. Y es que lo común es disfrutable, no se puede descalificar una cinta que los sabe aprovechar.

Y al salir con una sonrisa de la función (por cierto casi vacía) uno no puede menos que preguntarse por qué diablos no se programó en el circuito comercial Historias del desencanto, mientras sigue en cartelera una cosa tan lamentable como Kilómetro 31, ahí sí, un lugar común... que desencanta.

miércoles, marzo 28, 2007

Mentiras - Henrik Norbrandt

Es mentira lo que escribí en la carta que quemé
que pienso todo el tiempo en ti.

Pero yo pienso en ti casi todo el tiempo.

También es mentira que no pueda dormir:
Duermo muy bien y además sueño
con otras mujeres.

Pero cuando me despierto, inmediatamente pienso en ti.

A las hermosas mujeres que veo por la calle
las desnudo con la mirada mientras intento
no pensar en ti.

Y aspiro su aroma hasta que me desvanezco.

Pero en todas las comparaciones sales ganando tú,
y mi soledad.

martes, marzo 27, 2007

Pim-pam-pum - Joan Brossa

I
Desde la oscuridad absoluta, el escenario se ilumina. Fondo azul.
Hacia la derecha, una mesilla de noche. En el centro del escenario,
un personaje alto, envarado, de frac, con sombrero de copa
y guantes en la mano. Pausa. Entra por la derecha, envarada, una
señora en vestido de noche oscuro; saca del cajón de la mesilla
una banda roja y se la coloca al gran dignatario con toda solemnidad.
La gran dignataria, igualmente envarada, sale. El personaje continúa inmóvil.
La luz va adquiriendo un tono rojizo hasta el color rojo intenso; después
se va apagando gradualmente hasta quedar todo a oscuras.

II
El escenario se ilumina. Fondo amarillo. Inmóvil en medio del escenario,
un clérigo con sombrero de canal y manteo. De pronto se desnuda lentamente.
Es una mujer, una stripteaser que ejecuta su número de una forma rutinaria,
más bien vulgar, ondulando los lados. Debajo de la sotana lleva ropa interior
femenina de color violeta, con las medias negras. Cuando se ha desnudado
completamente, permanece inmóvil y se apagan las luces.

III
El escenario se ilumina. Fondo rosado. En el centro, un militar inmóvil
con el pecho lleno de cruces y medallas y la mano izquierda apoyada en el sable.
Pausa. De súbito, las condecoraciones se le van cayendo una a una.
Al caer la última, baja el

Telón

sábado, marzo 24, 2007

el publico dividido de El cielo dividido


En el Cine Teatro Alameda (el único rescatado del ataque de las microsalas) se inició el ciclo México Lindo con "El cielo dividido", película de Julián Hernández, y la carta fuerte fue la presencia del director, que estuvo charlando un rato con quienes salían de la segunda función y los que entrábamos a la tercera.

La única referencia que me habían dado era "es fuerte pero es buena", y convencí a Luz de ir a verla.

Todos los que pidieron el micrófono le dijeron a Julián que les había gustado mucho su película, y nosotros no pudimos participar en la plática por no contar con mayores elementos.

La cinta trata de contar la historia (¿?) de amor entre Gerardo y Jonás, con encuentros, desencuentros y un supuesto nudo producto de un engaño. Secuencias laaargas sobre todo de sexo, pero también todo el camino del personaje por Ciudad Universitaria. Buena fotografía, con textura y tonos. Diálogo casi nulo ("lo bueno es que los cuerpos hablan", dijo el director) y una música que incluye un tema de (el cuñao) Kalimba...

¿Amor? Las miradas de los actores y el todo sexo no me transmitieron esa idea. Para la temática gay lo he visto reflejado con sutileza en la excelente "Quinceañera" (Glatzer y Moreland, 2006) y otras películas (los interesados pueden consultar www.homocine.com), pero el amor va más allá. Tanto sexo en pantalla cansa, y no porque sean escenas gay. Si hubiera sido una pareja heterosexual igual me hubiera cansado. Algo así como "9 songs" (Winterbottom, 2004), que tampoco aguanté completa.

Para ver sólo cuerpos prefiero comprarme una película porno en el tianguis de Las Vías.

Ah, el director dijo en la charla que hizo una película como la que le hubiera gustado ver de niño...

Ya después lei que durante la presentación de El cielo dividido en la Berlinale una parte del público aplaudió a rabiar y otra optó por la graciosa huida ante el aburrimiento que les causó la obra de Hernández.

Vaya, no fuimos los únicos en huir.

jueves, marzo 22, 2007

Pero el tiempo - Vladimir Holan

"¿Qué hay en tu corazón?", me preguntó la vida.
Era una pregunta tan brusca,
buscaba tan poca excusa,
que quise responder: ¡Nada!

Pero el tiempo (que en pie junto a una columna de piedra
obligó hace mucho a sentarse a todas las catedrales)
me dijo: "¡Mentiroso, ese lugar que en ti
han ocupado las mujeres
sólo en el infierno permanece vacío!"

miércoles, marzo 21, 2007

Caja Curva


El Sol de San Luis, 20 de marzo de 2007.

Búfalo Bill ha muerto - EE Cummings

Búfalo Bill
ha muerto
                      él cabalgaba

en un caballo semental color de plata y agua
y rompía unadostrescuatrocinco palomasdeunsaque
                                                                                              Jesús
era un hombre hermoso
                       y lo que yo quiero saber es
cuánto le gusta su muchacho de los ojos azules
Señor Muerte

Justamente -
primavera                             cuando el mundo es barro-
exquisito el pequeño
hombre cojo de los globos

silba lejano y pequeñito
y edybil llegan
corriendo por bolitas y
a lo pirata   y   es
primavera

el raro
viejo de los globos silba
lejano y pequeñito

y betysabel vienen bailando
en la rayuela y saltando la cuerda y
es primavera
y
el
hombre de las patas de chivo
el de los globos silba
lejano
y
pequeñito

Versión de Marcelo Covian

martes, marzo 20, 2007

Acerca del Dr. House



"House está más cerca de ser un detective que un médico. David Shore, el creador de la serie, confesó sin culpas que su inspiración fue Sherlock Holmes, otro misántropo brillante capaz de resolver cualquier enigma, y por cierto: igualmente adicto a las drogas. (Ya en los relatos originales de Sir Arthur Conan Doyle, Holmes se inyectaba una solución de cocaína al siete por ciento.) El ladero de House no se llama Watson, sino Wilson. Y aunque House no toca el violín como Holmes, sí toca el piano –como el mismísimo Hugh Laurie. De hecho, el apartamento de House es el 221 B, la misma dirección que Holmes y Watson compartían sobre Baker Street. Es fácil imaginar que al igual que Holmes, House utiliza los opiáceos y los casos terminales para mantener su cerebro en una suerte de high permanente; la vida común y corriente los aburre hasta la desesperación. También es posible conjeturar que esa ansiedad trata de ahogar un dolor pasado, o de disimular un vacío espiritual capaz de inducirles un vértigo de muerte. Pero por fortuna, así como Holmes es una criatura decididamente pre-freudiana, hasta donde he podido ver House se mantiene a prudente distancia de interpretaciones psicologistas: si algún día nos enterásemos de que House es como es porque su mamá no lo quería, el personaje se derrumbaría como un castillo de naipes".

(hurtado de Marcelo Figueras, en http://blogs.elboomeran.com/figueras/)

jueves, marzo 08, 2007

Reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres mujeres - Gioconda Belli

I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.

III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

viernes, marzo 02, 2007

Tú - Cesar Pavese

Tú,
sonrisa moteada
sobre nieves heladas-
viento de marzo,
ballet de ramas
combadas sobre la nieve,
gimiendo y encendiendo
tus pequeños "¡oh!"-
gamo de blancos miembros,
gentil,
podría saber
todavía
la gracia deslizante
de todos tus días,
la blonda espumosa
de todos tus caminos-
se ha helado el mañana
abajo en la llanura-
tú, sonrisa moteada,
tú, risa encendida.

jueves, marzo 01, 2007

El Fada en SLP


Llegué tarde, para evitarme los cebollazos y desafanes de los comentaristas. Cuando entré al bar Progreso el Fada ya había olvidado su habitual timidez al son de los mezcales y daba rienda suelta a los comentarios ante las preguntas del "respetable".

"Educar a los topos", su reciente novela, la más autobiográfica, lejana algo del personaje contruido a semejanza de Bukowsky que inspira ternura ante sus ganas de transgredir.

Se le extrañó unos días después, en el cumpleaños del Carlitros Martínez Rentería.

(más fotos en alexandroroque.spaces.live.com)

Educar a los topos...

(fragmento de Educar a los topos, de Guillermo Fadanelli, hurtado de su blog)

¿Acaso no somos la concreción de un chorro de leche que lanza un pene enloquecido? Como si nuestra sangre no contuviera desde un principio todos los vicios de los padres y sus ancestros. En un momento de silencio mi padre, sereno, como si tratara un asunto de relativa importancia, comunicó a todos en la mesa que había decidido inscribirme en una escuela militarizada. La primera reacción fue de asombro. Nadie había siquiera pensado en la posibilidad de que se me confinara en una escuela de esa clase. Podría tratarse de una estrategia de corrección, pero el anuncio impuesto de manera tan solemne tenía más cara de ocurrencia nocturna que de otra cosa. No, las bromas estaban descartadas en un hombre que no practicaba la risa delante de su familia. ¿Entonces? Después del anuncio comenzó una larga discusión que despertó lágrimas en mi abuela, una mujer de sangre endemoniada, pero noble en sus actos. De ninguna manera consentiría que su primer nieto, con sus escasos once años de edad, se transformara en un soldado: ¡Un soldado! Además de sospechar que su esposo, mi abuelo, Patrocinio Juárez, había sido asesinado por un grupo de militares en Durango cuando su carrera política comenzaba a ascender, no solaparía que su nieto fuera educado con una disciplina tan ingrata como absurda. Si los soldados son como las garrapatas, como los hongos, están allí desde el principio de la humanidad, ¿cuál es su mérito? Me sorprendió ver llorar a una mujer de su carácter, pero lo que más me intrigaba era el hecho de que lo hiciera por mi causa. Si me ponía a hacer cuentas aquella era la primera vez que mi abuela soltaba unas cuantas lágrimas en mi honor. Había que celebrarlo.