“Dichoso aquel que se ríe de sí mismo, porque nunca le faltará motivo de diversión”, dijo Habib Bourguiba, y Leonel Chávez Lerma (Parral, 1947-SLP, 2006) lo supo aplicar a la perversión, que diga, a la perfección. A contrapelo de muchos escritores que se toman demasiado en serio, supo reirse para no tener que llorar.
En una sociedad donde escritores, políticos y sacerdotes se aprestan a pontificar cada día, en una competencia feroz —que ha dado joyas literarias como El miedo a los animales, de Enrique Serna, o El Sexo de los Ángeles, de Terenci Moix— este graduado de la Academia de Arte Dramático de la Asociación Nacional de Actores (anda) se preocupaba más de capacitarse, de leer, de estar atento a las noticias. Lo mismo iba a un curso de locución que a uno de filosofía, de dramaturgia que de apreciación literaria, y a más de uno incomodaba con su facha de santaclós en desgracia y con sus comentarios sarcásticos.
No se trata de querer santificarlo. No queremos decir como en la canción de Chava Flores, “hoy que ya está en el veliz qué bueno era”. Se trata de hablar de un hombre con aciertos y errores, y sobre todo con ganas de contar e inventar el mundo, que se supo ganar el interés de muchos turistas que conocieron San Luis Potosí gracias a su buena memoria. Que dejó amigos entre personas de los más variopintos pensares.
No estamos aquí porque se trate de un homenaje institucional, que será repetido por televisión hasta el hartazgo como de otras “personalidades” de la cultura local, aunque Leonel igual lo merecería. Estamos porque apreciamos, quisimos, aprendimos de Leonel, un hombre motivado a saber, a pensar.
Pues como djo George Bernard Shaw, “mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida del mundo”, por eso él le llamó Jaladas de pelos a su libro, que ojalá se distribuya, que se reuna material inédito, que se reconozca a quien en espíritu aún debe estar en el jardín de San Francisco, leyendo, absorbiendo la vida de una ciudad que poco lo reconoció.
Alexandro Roque, homenaje a Leonel Chávez Lerma en la Casa del Poeta Ramón López Velarde, 13 de junio de 2006
Hola Alexandro! Mi nombre es Rosa Angélica Arriaga y soy sobrina de Leonel Chávez... en la familia estamos pensando en hacer un pequeño recopilatorio de obras de mi tio y queremos saber si tu o alguno de sus amigos tendrán escritos o fotos que nos puedan facilitar, se las regresamos cuando logremos la edición, por supuesto! Ojala te puedas poner en contacto conmigo, un abrazo! rosa_arriaga@hotmail.com
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