Fragmento de la entrevista publicada en https://www.mugsnoticias.com.mx/cultura/ciencia-sexo-y-revolucion-entrevista-a-luis-gonzalez-de-alba/
Nació en Charcas el 6 de marzo de 1944. Su familia estaba en aquel pequeño pueblo de San Luis Potosí debido a que el padre de Luis, Don Luis González, no supo decirle que no a su propio padre cuando le pidió que se mudara. El abuelo de Luis salió de Tepatitlán, Jalisco, “por muerto o embarazada o ambos” me cuenta. “Si no, ¿cómo te explicas que no volviese siquiera a pararse ahí en 20 años?”. Permaneció un tiempo en Tepa, donde su abuelo trabajaba en una hacienda. Con el dinero obtenido pudo comprarse una casa enorme en Charcas y la convirtió en el Hotel Jalisco.
Me dice que en Charcas se vivía tranquilamente. Era un pueblito con las calles empedradas y muy frío. La diversión de Luis mientras caminaba a la escuela era jugar rompiendo a brincos el hielo de algunos charcos, el cual no desaparecía antes de las 9 AM.
Se mudó a Guadalajara cuando tenia entre 8 y 9 años.
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miércoles, octubre 02, 2024
domingo, febrero 25, 2024
martes, octubre 03, 2023
Primer aniversario luctuoso de David Huerta
Fragmento de su discurso durante el homenaje que la FIL Guadalajara le ridió en 2019:
«En un primer momento, cuando estaba preparando las notas para este discurso, pensé que sería una buena idea refrendar aquí, ante ustedes, mis credenciales, modestas o razonables, como lector y hacedor de poesía: declaración de motivos y noticia de los avatares vividos, durante décadas, por una vocación temprana ejercida luego con fortuna desigual. Hubiera querido, en este primer tramo de mi discurso, hablar de mis maestros, de mis colegas, de mis interlocutores, de mis amigos, de mi esposa Verónica, presencia central en mi vida, hecha de pura luz radiante; lo haré más tarde: se los debo en este momento en el que los tengo tan presentes. Pero ocurrió un hecho que me pareció casi mágico: encontré el verdadero tema de estos renglones releyendo a una escritora que admiro: Teresa González Arce, cuyo libro «Días hábiles» me parece una obra maestra de diafanidad e inteligencia. En una página de «Días hábiles», entonces, hallé el tema de mi discurso y ahora lo declaro con todas sus letras: mi tema, hoy, es “el mejor poema del mundo”.
»¿Cómo lo encontré en ese libro de Teresa González Arce? Leí un breve pasaje en el que ella describe “la mejor canción del mundo” y se me ocurrió que podía yo sencillamente sustituir las palabras “canción” y “canciones” por “poema” y “poemas”, en un ejercicio de glosa o paráfrasis que resultó en esta descripción:
»"El mejor poema del mundo es el que se instala para siempre en nuestra mente con la fuerza no de uno sino de varios poemas que resuenan los unos en los otros y que forman con el tiempo una red infinita de imágenes, sensaciones y significados."
»Eso es, en verdad, el mejor poema del mundo. ¿Cómo podemos escucharlo, verlo, leerlo, citarlo, memorizarlo? ¿Existe realmente o es únicamente un “objeto conjetural” como los edificios de las grandiosas especulaciones metafísicas, a veces cristalinas, a veces brumosas? ¿Es quizá como el Aleph de la calle Garay, en Buenos Aires, una pequeña esfera tornasolada en la que, a pesar de su tamaño, podemos asomarnos a la totalidad del universo visible? Podemos escuchar, ver, leer, citar, memorizar el mejor poema del mundo si somos capaces de mirar ese lugar donde se ha instalado y que, lo diré cuanto antes, se confunde y aun se identifica con él: la mente humana, la mente de cada uno de nosotros, la mente de todos. La mente humana es el mejor poema del mundo...»
»¿Cómo lo encontré en ese libro de Teresa González Arce? Leí un breve pasaje en el que ella describe “la mejor canción del mundo” y se me ocurrió que podía yo sencillamente sustituir las palabras “canción” y “canciones” por “poema” y “poemas”, en un ejercicio de glosa o paráfrasis que resultó en esta descripción:
»"El mejor poema del mundo es el que se instala para siempre en nuestra mente con la fuerza no de uno sino de varios poemas que resuenan los unos en los otros y que forman con el tiempo una red infinita de imágenes, sensaciones y significados."
»Eso es, en verdad, el mejor poema del mundo. ¿Cómo podemos escucharlo, verlo, leerlo, citarlo, memorizarlo? ¿Existe realmente o es únicamente un “objeto conjetural” como los edificios de las grandiosas especulaciones metafísicas, a veces cristalinas, a veces brumosas? ¿Es quizá como el Aleph de la calle Garay, en Buenos Aires, una pequeña esfera tornasolada en la que, a pesar de su tamaño, podemos asomarnos a la totalidad del universo visible? Podemos escuchar, ver, leer, citar, memorizar el mejor poema del mundo si somos capaces de mirar ese lugar donde se ha instalado y que, lo diré cuanto antes, se confunde y aun se identifica con él: la mente humana, la mente de cada uno de nosotros, la mente de todos. La mente humana es el mejor poema del mundo...»
(fotos de la únca vez que coincidimos, en el encuentro de escritores José Revueltas, en Durango, allá por 2001, y solo dos días pero fue una gran experiencia, como el generoso maestro que fue)
lunes, noviembre 28, 2022
jueves, enero 13, 2022
Epílogo - Ángel González
Me arrepiento de tanta inútil queja,
de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar:
una resurrección, ninguna muerte.
martes, diciembre 14, 2021
De San Juan de la Cruz
viernes, septiembre 25, 2020
Exilio - Alejandra Pizarnik
Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en que vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
sin muerte en que vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
lunes, abril 20, 2020
Drácula - Bram Stoker (300 años)
»Queridos amigos, la empresa que vamos a emprender es demasiado terrible y puede traer consecuencias que harían temblar al más valiente. Porque si perdemos en nuestro empeño, significa que, ha ganado él, y , entonces, ¿qué final nos espera?
»¡La vida no es tan importante para mí y no me importa perderla! Pero el fracaso no es sólo un asunto de vida o muerte. Sino que nos volveríamos como él; que nos convertiríamos en seres horribles de la noche, como él, sin corazón ni consciencia, haciendo presa en los cuerpos y en las almas de aquellos a los que más queremos. Se nos cerrarían para siempre las puertas del cielo, porque ¿quién nos las iba a abrir de nuevo? Seguiríamos siendo aborrecidos por todos, como una mancha en el brillo del rostro de Dios; una flecha clavada en el costado de ÿl que murió por el hombre. Pero estamos frente a frente con nuestro deber, ¿podemos en este caso abandonar? Por mi parte, digo que no, pero soy viejo, y la vida, con su sol, sus lugares agradables, con el canto de los pájaros, la música y el amor, ha quedado un poco atrás. Pero vosotros sois jóvenes. Algunos habeís visto grandes penas, pero todavía quedan días hermosos en vuestro futuro."
Profesor Van Helsing. Cazador de vampiros.»
jueves, mayo 17, 2018
Corazón coraza - Mario Benedetti
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
domingo, junio 25, 2017
Crimentales en Pulso: el panóptico nuestro de cada día
El 25 de junio, en 1903, nace George Orwell, autor de 1984. En 1984 muere Michel Foucault, autor de Vigilar y castigar. Actuales, ambos advierten, inspiran.
Al inicio de 1984, esto dice Orwell:
"La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir su línea de usted cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir —y en esto el hábito se convertía en un instinto— con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto en la oscuridad, todos sus movimientos serían observados..."
Y Foucault:
"Esta delincuencia propia de la riqueza se halla tolerada por las leyes y cuando cae bajo sus golpes está segura de la indulgencia de los tribunales y de la discreción de la prensa. De ahí la idea de que los procesos criminales pueden llegar a ser ocasión de un debate político, y que hay que aprovechar los procesos de opinión o las acusaciones contra los obreros para denunciar el funcionamiento general de la justicia penal..."Y yo en Pulso: "El panóptico nuestro de cada día"
sábado, abril 23, 2016
Dos cenzontles
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Savva Brodski |
Alexandro Roque
El Día del Libro se instituyó el 23 de abril en todo el mundo para recordar en primer lugar a dos cenzontles, los más grandes autores de las lenguas inglesa y española: William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra, en su aniversario luctuoso. O casi, pues ya se sabe que hace 400 años no se guiaban por el mismo calendario Inglaterra que España.
Pero ese es el pretexto. Lo importante es leer.
Dice Harold Bloom:
"Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos en mi experiencia, es el placer más curativo. Lo devuelve a uno a la otredad, sea la de uno mismo, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La lectura imaginativa es encuentro con lo otro, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer bastante gente, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la comprensión imperfecta y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional".Los aztecas representaban el número 400 con una pluma, y 400 eran, son, las voces que el cenzontle tiene.
Cuenta la leyenda, pero Quetzalcóatl es más sabio, que después de crear a los animales, los dioses los llamaron uno a uno para pintarlos. Tocó el turno a las aves y su algarabía. Y dicen los ancianos que todo lo saben que desde antes de ser pintado el cenzontle cantaba con tanta alegría que la diosa madre, fascinada por su canto, le pidió posarse en su hombro mientras combinaba y contrastaba, mientras daba anaranjados, amarillos e inusitados sulfatos de cobre al resto de los seres alados. Y, por mala ventura, se les acabó la pintura justo cuando quedaban dos aves sin color: el tarengo y el cenzontle, a quienes dieron algo de las sobras del color gris que quedaba en las tarjas. El tarengo aborreció el gris y trató de quitárselo en un lago cercano (por eso hoy siempre parece que está mojado, enojado), mientras el cenzontle siguió cantando, agradecido. Los dioses lo premiaron con otras tres voces. Y tuvo cuatro al mismo tiempo.
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Savva Brodski |
Como a los cenzontles, a la lectura no le gusta estar enjaulada en las aulas, le gusta cantar pero se muere si se le encierra.
Hubo un tiempo en que una gran sequía asoló a algunos pueblos, y sus habitantes pidieron al cenzontle que fuera en su nombre a pedir lluvia a los dioses, sus amigos. Y los dioses, fascinados ante esas cuatro voces, se la concedieron. El ave viajó días y noches con las nubes, con la lluvia a cuestas, pero al llegar a donde las tenía que llevar ya se habían agotado de tanto llover. Y multiplicó por cien cada una de sus voces para buscar a las nubes, y con esas cuatrocientas acompaña la lluvia en los campos de México.
Como en la lectura, hay gustos variopintos. Tantos tonos y matices, tantos ritmos. Hay quienes gustan de las aves para verlas, por sus colores ("el relámpago verde de los loros") y no las oyen. Y hay quienes gustan de otros cantos. Aún siento de buen agüero cuando en la mañana me despiertan los parloteos de las aves, y les respondo a veces con un silbido. Recuerdo aquellos atardeceres cuando un petirrojo llegaba a platicar conmigo en mi oficina.
Unos ni siquiera se dan cuenta de tanta belleza, sumergidos en sus celulares, en su cotidianidad. Hay quien ve, hay quien oye y quien se atreve a silbar.
Cuatrocientos años, cuatrocientas voces.
Nikola Tesla dijo hace más de cien años: "Un hombre debe ser sentimental hacia las aves. Esto es a causa de sus alas. El ser humano las tuvo una vez, las reales y visibles".
Sueño que me monto en Clavileño, y con los ojos cerrados voy a desencantar, cantando. Vale.
martes, febrero 16, 2016
sábado, febrero 06, 2016
Rubén Darío
No obstante
Yo sentí un día en mi cráneo
como el caer subitáneo
de una Babel de cristal.
De Pascal miré el abismo,
y vi lo que pudo ver
cuando sintió Baudelaire
«el ala del idiotismo».
Hay, no obstante, que ser fuerte;
pasar todo precipicio
y ser vencedor del Vicio
de la Locura y la Muerte.
* * * * *
Filosofía
Saluda al sol, araña, no seas rencorosa.
Da tus gracias a Dios, ¡oh, sapo!, pues que eres.
El peludo cangrejo tiene espinas de rosa
y los moluscos reminiscencias de mujeres.
Sabed ser lo que sois, enigmas siendo formas;
dejad la responsabilidad a las Normas,
que a su vez la enviarán al Todopoderoso...
(Toca, grillo, a la luz de la luna, y dance el oso.)
viernes, abril 17, 2015
Música y literatura - Gabriel García Márquez
Muchos lectores me preguntan sobre la relación de mis libros con la música. Yo mismo, más en serio que en broma, he dicho que Cien años de soledad es un vallenato de 400 páginas y que El amor en los tiempos del cólera en un bolero de 380. En algunas entrevistas de prensa he confesado que no puedo escribir con música porque le pongo más atención a lo que oigo que a lo que escribo. La verdad es que creo haber oído más música que libros he leído, y pienso que no me queda mucho por escuchar desde Juan Sebastián hasta Leandro Díaz.
La mayor sorpresa me la llevé en Barcelona cuando dos jóvenes músicos me visitaron después de leer El otoño del patriarca, cuya estructura les parecía inspirada en la muy compleja del Concierto para piano número 3 de Béla Bartók. Llevaron gráficos demostrativos que a ellos les parecían terminantes. No los entendí, por supuesto, pero me sorprendió la coincidencia, de que en los casi cuatro años en que escribí el libro estaba muy interesado en aquellos conciertos, y sobre todo en el tercero, que sigue siendo mi favorito.
Quiero decir con todo esto que no me sorprende ahora si un músico de méritos grandes cree encontrar elementos de composición musical en El coronel no tiene quien le escriba, que es el más simple de mis libros. Es cierto que lo escribí en un hotel de pobres de París, en condiciones espartanas, mientras esperaba una carta con un cheque que nunca llegó. Mi único consuelo era la música de un radio prestado. Pero ignoro por completo las leyes de la composición musical, y mal podría escribir un cuento con una estructura diatónica deliberada.
Creo, eso sí, que un relato literario es un instrumento hipnótico, como lo es la música, y que cualquier tropiezo del ritmo puede malograr el hechizo. De esto me cuido hasta el punto de que no mando un texto a la imprenta mientras no lo lea en voz alta para estar seguro de su fluidez.
Las comas son esenciales, porque imponen un ritmo a la respiración del lector, y manejan sus estados de ánimo. Es lo que llamamos las comas respiratorias que pueden permitirse inclusive trastornar la gramática a cambio de preservar el acto hipnótico de la lectura.
Si esto es lo que quiere saber mi admirado Germán Borda le contesto que sí: no sólo El coronel, sino hasta el menos significante de mis párrafos está sometido a ese rigor armónico. Sólo que a los escritores intuitivos no nos conviene explorar demasiado estos misterios técnicos, pues en este oficio de ciegos no hay nada más peligroso que perder la inocencia.
Copyright G.G.M. / CAMBIO
La mayor sorpresa me la llevé en Barcelona cuando dos jóvenes músicos me visitaron después de leer El otoño del patriarca, cuya estructura les parecía inspirada en la muy compleja del Concierto para piano número 3 de Béla Bartók. Llevaron gráficos demostrativos que a ellos les parecían terminantes. No los entendí, por supuesto, pero me sorprendió la coincidencia, de que en los casi cuatro años en que escribí el libro estaba muy interesado en aquellos conciertos, y sobre todo en el tercero, que sigue siendo mi favorito.
Quiero decir con todo esto que no me sorprende ahora si un músico de méritos grandes cree encontrar elementos de composición musical en El coronel no tiene quien le escriba, que es el más simple de mis libros. Es cierto que lo escribí en un hotel de pobres de París, en condiciones espartanas, mientras esperaba una carta con un cheque que nunca llegó. Mi único consuelo era la música de un radio prestado. Pero ignoro por completo las leyes de la composición musical, y mal podría escribir un cuento con una estructura diatónica deliberada.
Creo, eso sí, que un relato literario es un instrumento hipnótico, como lo es la música, y que cualquier tropiezo del ritmo puede malograr el hechizo. De esto me cuido hasta el punto de que no mando un texto a la imprenta mientras no lo lea en voz alta para estar seguro de su fluidez.
Las comas son esenciales, porque imponen un ritmo a la respiración del lector, y manejan sus estados de ánimo. Es lo que llamamos las comas respiratorias que pueden permitirse inclusive trastornar la gramática a cambio de preservar el acto hipnótico de la lectura.
Si esto es lo que quiere saber mi admirado Germán Borda le contesto que sí: no sólo El coronel, sino hasta el menos significante de mis párrafos está sometido a ese rigor armónico. Sólo que a los escritores intuitivos no nos conviene explorar demasiado estos misterios técnicos, pues en este oficio de ciegos no hay nada más peligroso que perder la inocencia.
Copyright G.G.M. / CAMBIO
jueves, abril 16, 2015
"Pero yo sí lo soy..." - Yasunari Kawabata
Incluso ahora, ahora mismo, en el Tokio moderno, al igual que en los libros con ilustraciones de la antigua Edo, se dice que él —el cazador de pájaros— todavía está ahí, con sus accesorios color cobre dentro de su gastada bolsa de gamuza, la pipa colgando de los cordones de su bolsa con el cierre de ágata, y el anticuado estuche lleno de tabaco dulce de Kobuku, mezclado con algunas ramitas verdes para mantenerlo fresco, todo el conjunto colgando de la cintura, y con sus calzones blancos, sus polainas negras, los mitones de color blanco y un quimono azul que llega a la altura de la cintura. El hombre que me contó esto es un inspector de la policía, alguien poco dado a los recuerdos inútiles.
Pero yo sí lo soy. Quiero hablar del modo en que lo hacían en los días de la antigua Edo. Tomemos ese camino. Sí, debemos determinar, mi querido lector, si este camino a través del cual te voy a conducir a los lugares frecuentados por la Pandilla Escarlata es el mismo camino en el que, según se dijo, en los viejos días de los emperadores Manji y Kanbun, hombres vestidos de blanco, en caballos blancos, con espadas enfundadas en vainas blancas, sobre sus hakama de cuero blanco, iban de un lado a otro del mal afamado barrio de Yoshiwara mientras cantaban obscenas canciones Komuro bushi...
Supongamos ahora que son más de las tres de la mañana y que hasta los vagabundos están profundamente dormidos, y yo estoy aquí, caminando por los jardines del templo Sensō con Yumiko. Hojas muertas de ginkgo caen al suelo y oímos el cacareo de los gallos...
Pero yo sí lo soy. Quiero hablar del modo en que lo hacían en los días de la antigua Edo. Tomemos ese camino. Sí, debemos determinar, mi querido lector, si este camino a través del cual te voy a conducir a los lugares frecuentados por la Pandilla Escarlata es el mismo camino en el que, según se dijo, en los viejos días de los emperadores Manji y Kanbun, hombres vestidos de blanco, en caballos blancos, con espadas enfundadas en vainas blancas, sobre sus hakama de cuero blanco, iban de un lado a otro del mal afamado barrio de Yoshiwara mientras cantaban obscenas canciones Komuro bushi...
Supongamos ahora que son más de las tres de la mañana y que hasta los vagabundos están profundamente dormidos, y yo estoy aquí, caminando por los jardines del templo Sensō con Yumiko. Hojas muertas de ginkgo caen al suelo y oímos el cacareo de los gallos...
(Inicio de La pandilla de Asakusa, Seix Barral, 2014)
viernes, enero 23, 2015
Un soberbio delirio de Dalí
«He tomado la decisión de que, inmediatamente después de mi fallecimiento, me pongan en conserva en espera del descubrimiento que permitirá un día a la humanidad hacer revivir al genial Dalí. Estoy persuadido de que se logrará curar el cáncer, que se realizarán trasplantes asombrosos y que el rejuvenecimiento de las células es cosa de mañana mismo. Devolver la vida será una operación ordinaria. Esperaré en el helio líquido, sin impaciencia.
»Sin embargo, siento tres aprensiones aparte del temor a la deterioración de las células de mi maravilloso cerebro. El primero es el de que la humanidad, animada por un complejo de locura asesina bajo el efecto de los trastornos debidos a la superpoblación -como algunas especies de ratas nórdicas, que se suicidan colectivamente-, se ponga a masacrar los cadáveres. Que la vida nueva que yo recupere no sea exactamente la mía, quiero decir, el cuerpo divino de Dalí, tal como se durmió. Mi deshielo, ¿marcará una reanimación o una eclosión nueva, el nacimiento de un Dalí en el cual no me reconocería? Y, por último, que la humanidad de entonces me olvide, pero este riesgo me parece flaco, en verdad, porque mi obra inmortal no cesará de aumentar y mi leyenda se unirá al prestigio de mi genio. Estoy casi seguro de que, en los siglos futuros, los hombres de todos los tiempos tendrán el deseo de ver, escuchar y de conocer las creaciones del divino Dalí, y, para mí, ¡que aventura más sublime!
»No me disgustaría que la humanidad declare un día que mi persona es sagrada y que cada generación se transmita la llama de mi cuerpo como el testigo eterno de la evolución. ¡Dalí errando hasta la extinción de los soles!, ¡qué delirio más soberbio!
»Así, ¡el mundo entero, de todos los tiempos y de todos los países, será cornudo!»
»Sin embargo, siento tres aprensiones aparte del temor a la deterioración de las células de mi maravilloso cerebro. El primero es el de que la humanidad, animada por un complejo de locura asesina bajo el efecto de los trastornos debidos a la superpoblación -como algunas especies de ratas nórdicas, que se suicidan colectivamente-, se ponga a masacrar los cadáveres. Que la vida nueva que yo recupere no sea exactamente la mía, quiero decir, el cuerpo divino de Dalí, tal como se durmió. Mi deshielo, ¿marcará una reanimación o una eclosión nueva, el nacimiento de un Dalí en el cual no me reconocería? Y, por último, que la humanidad de entonces me olvide, pero este riesgo me parece flaco, en verdad, porque mi obra inmortal no cesará de aumentar y mi leyenda se unirá al prestigio de mi genio. Estoy casi seguro de que, en los siglos futuros, los hombres de todos los tiempos tendrán el deseo de ver, escuchar y de conocer las creaciones del divino Dalí, y, para mí, ¡que aventura más sublime!
»No me disgustaría que la humanidad declare un día que mi persona es sagrada y que cada generación se transmita la llama de mi cuerpo como el testigo eterno de la evolución. ¡Dalí errando hasta la extinción de los soles!, ¡qué delirio más soberbio!
»Así, ¡el mundo entero, de todos los tiempos y de todos los países, será cornudo!»
- - - - - - - -
En Confesiones inconfesables. En Neorrabioso.
domingo, enero 04, 2015
Mr. Mistoffelees - T.S. Eliot
You ought to know Mr. Mistoffelees!
The Original Conjuring Cat--
(There can be no doubt about that).
Please listen to me and don't scoff.
All his Inventions are off his own bat.
There's no such Cat in the metropolis;
He holds all the patent monopolies
For performing suprising illusions
And creating eccentric confusions.
At prestidigitation
And at legerdemain
He'll defy examination
And deceive you again.
The greatest magicians have something to learn
From Mr. Mistoffelees' Conjuring Turn.
Presto!
Away we go!
And we all say: OH!
Well I never!
Was there ever
A Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
He is quiet and small, he is black
From his ears to the tip of his tail;
He can creep through the tiniest crack,
He can walk on the narrowest rail.
He can pick any card from a pack,
He is equally cunning with dice;
He is always deceiving you into believing
That he's only hunting for mice.
He can play any trick with a cork
Or a spoon and a bit of fish-paste;
If you look for a knife or a fork
And you think it is merely misplaced--
You have seen it one moment, and then it is gawn!
But you'll find it next week lying out on the lawn.
And we all say: OH!
Well I never!
Was there ever
A Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
His manner is vague and aloof,
You would think there was nobody shyer--
But his voice has been heard on the roof
When he was curled up by the fire.
And he's sometimes been heard by the fire
When he was about on the roof--
(At least we all heard that somebody purred)
Which is incontestable proof
Of his singular magical powers:
And I have known the family to call
Him in from the garden for hours,
While he was asleep in the hall.
And not long ago this phenomenal Cat
Produced seven kittens right out of a hat!
And we all said: OH!
Well I never!
Did you ever
Know a Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
The Original Conjuring Cat--
(There can be no doubt about that).
Please listen to me and don't scoff.
All his Inventions are off his own bat.
There's no such Cat in the metropolis;
He holds all the patent monopolies
For performing suprising illusions
And creating eccentric confusions.
At prestidigitation
And at legerdemain
He'll defy examination
And deceive you again.
The greatest magicians have something to learn
From Mr. Mistoffelees' Conjuring Turn.
Presto!
Away we go!
And we all say: OH!
Well I never!
Was there ever
A Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
He is quiet and small, he is black
From his ears to the tip of his tail;
He can creep through the tiniest crack,
He can walk on the narrowest rail.
He can pick any card from a pack,
He is equally cunning with dice;
He is always deceiving you into believing
That he's only hunting for mice.
He can play any trick with a cork
Or a spoon and a bit of fish-paste;
If you look for a knife or a fork
And you think it is merely misplaced--
You have seen it one moment, and then it is gawn!
But you'll find it next week lying out on the lawn.
And we all say: OH!
Well I never!
Was there ever
A Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
His manner is vague and aloof,
You would think there was nobody shyer--
But his voice has been heard on the roof
When he was curled up by the fire.
And he's sometimes been heard by the fire
When he was about on the roof--
(At least we all heard that somebody purred)
Which is incontestable proof
Of his singular magical powers:
And I have known the family to call
Him in from the garden for hours,
While he was asleep in the hall.
And not long ago this phenomenal Cat
Produced seven kittens right out of a hat!
And we all said: OH!
Well I never!
Did you ever
Know a Cat so clever
As Magical Mr. Mistoffelees!
jueves, octubre 09, 2014
El gran relincho - León Felipe
The most beautiful neigh of the world
La gente suele decir, los americanos,
los norte-americanos suelen decir:
León Felipe es un "Don Quijote"
La gente suele decir, los americanos,
los norte-americanos suelen decir:
León Felipe es un "Don Quijote"
No tanto, gentlemen, no tanto.
Sostengo al héroe nada más...
y sí, puedo decir ...
y me gusta decir:
que yo soy Rocinante.
No soy el héroe,
pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos
y le oigo respirar ...
y he aprendido a respirar como él...
y a injuriar
y a blasfemar
y a maldecir
y a relinchar.
A mí me gusta mucho relinchar.
"¡Oh, hideputas! ... estos malos encantadores que me persiguen"
¿Cómo es aquel relincho, americanos?
Aquel que empieza:
¡Justí-í-í-cia!!
Aquí el acento cae sobre la í,
muy agudo y sostenido
como un vibrante y estridente cornetín:
¡Jus-tí-í-í-í-cia!! ¡Qué bonito relincho!
Sostengo al héroe nada más...
y sí, puedo decir ...
y me gusta decir:
que yo soy Rocinante.
No soy el héroe,
pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos
y le oigo respirar ...
y he aprendido a respirar como él...
y a injuriar
y a blasfemar
y a maldecir
y a relinchar.
A mí me gusta mucho relinchar.
"¡Oh, hideputas! ... estos malos encantadores que me persiguen"
¿Cómo es aquel relincho, americanos?
Aquel que empieza:
¡Justí-í-í-cia!!
Aquí el acento cae sobre la í,
muy agudo y sostenido
como un vibrante y estridente cornetín:
¡Jus-tí-í-í-í-cia!! ¡Qué bonito relincho!
A Rocinante le gusta mucho relinchar.
Y a mí también me gusta mucho relinchar.
Tenéis que aprender, americanos.
Venid. Vamos a relinchar ahora,
ahora mismo todos juntos,
desde el capitolio de Washington...
fuerte, fuerte, fuerte...
hasta que el relincho llegue a Viet Nam
y lo oigan todos los vietnamitas,
y a Cuba también
y lo oigan todos los cubanos,
como el cornetín
de la gran victoria universal,
hasta que lo oigan los hombres todos de la tierra
como el cese definitivo de todas las hostilidades del planeta.
¡Justí-í-í-í-cia! ¡Oh, qué hermoso relincho!
The most beautiful neigh of the worid.
Y a mí también me gusta mucho relinchar.
Tenéis que aprender, americanos.
Venid. Vamos a relinchar ahora,
ahora mismo todos juntos,
desde el capitolio de Washington...
fuerte, fuerte, fuerte...
hasta que el relincho llegue a Viet Nam
y lo oigan todos los vietnamitas,
y a Cuba también
y lo oigan todos los cubanos,
como el cornetín
de la gran victoria universal,
hasta que lo oigan los hombres todos de la tierra
como el cese definitivo de todas las hostilidades del planeta.
¡Justí-í-í-í-cia! ¡Oh, qué hermoso relincho!
The most beautiful neigh of the worid.
sábado, enero 04, 2014
Cómo llamar a un gato - T.S. Eliot
Ponerle nombre a un gato es harto complicado,
desde luego no es un juego para los muy simplones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado
cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.
Lo primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote;
Como Víctor o Jorge o el simpático Paco.
Todos ellos son nombres bastante razonables.
Los hay más bonitos y que suenan mejor
para las damas y los caballeros,
como Admetus, Electra, Démeter, o Platón,
pero todos son nombres demasiado discretos.
Y un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical
o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Mankostrop, Quoricopat o Qaxo,
también Bamboliurina o, si no, Yellylorum,
son nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás encontrarán.
Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.
Si un gato ves en meditación,
el motivo nunca te asombre.
Su mente está en contemplación
de la Idea Una de su nombre.
Su inefable, efable,
efainefable,
único, oscuro, inescrutable Nombre.
desde luego no es un juego para los muy simplones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado
cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.
Lo primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote;
Como Víctor o Jorge o el simpático Paco.
Todos ellos son nombres bastante razonables.
Los hay más bonitos y que suenan mejor
para las damas y los caballeros,
como Admetus, Electra, Démeter, o Platón,
pero todos son nombres demasiado discretos.
Y un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical
o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Mankostrop, Quoricopat o Qaxo,
también Bamboliurina o, si no, Yellylorum,
son nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás encontrarán.
Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.
Si un gato ves en meditación,
el motivo nunca te asombre.
Su mente está en contemplación
de la Idea Una de su nombre.
Su inefable, efable,
efainefable,
único, oscuro, inescrutable Nombre.
viernes, enero 25, 2013
La certeza de tu bondad...
"Si alguien hubiera podido salvarme hubieras sido tú. Todo me ha abandonado excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida. No creo que dos personas pudieran ser más felices a como nosotros lo hemos sido”.
Virginia Woolf
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