sábado, agosto 16, 2025

Jaque de aquí con este santo Roque - Lope de Vega



Jaque de aquí con este santo Roque,
peste cruel, que quiere Dios que aplaque
este bordón con su divino jaque
todo peligro que a los hombre toque;

y que las piezas del contrario apoque,
y el alma dama en el postrero escaque,
libre de tretas y peligros, saque
cualquiera que su nombre santo invoque.

Procura el negro alfil que el hombre peque,
y con sus tretas ya le pone a pique,
porque de la piedad la oliva seque.

Mas Roque hace que el bordón se aplique
a la espada de Dios, y el rigor trueque,
y que su cruz a Cristo signifique.

miércoles, agosto 13, 2025

Valor real de la palabra del poema - Mario Montalbetti

«Habitualmente nos enfrentamos a un poema como los griegos antiguos se enfrentaban a los dictámenes del oráculo: intentamos averiguar qué quiere decir, queremos descifrarlo, descubrir su significación oculta; en breve, tratamos de interpretarlo. La única medida del valor de la palabra del oráculo es cotejar sus efectos reales: comprobar si cumple lo que dice y de qué forma. Hacemos algo similar ante un poema. Cierto, no lo cotejamos con la realidad (no sabríamos cómo hacerlo) pero sí intentamos descifrarlo, averiguar sus significaciones ocultas, darle una interpretación. En ambos casos (el poema o el oráculo), el propósito de la interpretación es un cierto descreimiento de la apariencia. El problema con la interpretación es que invariablemente deviene en un tipo de transacción entre las palabras y algo distinto a ellas, entre lo manifiesto y algo no manifiesto, un canje entre la forma material del poema (sus letras, sus sonidos, su prosodia, aun su literalidad) y otra cosa que parece esconderse debajo, detrás, más allá de la materialidad del poema. Y el problema de la interpretación como canje es que siempre hay algo en el poema que no logramos canjear enteramente, un resto de la transacción. Para muchos, el valor de la palabra poética reside justamente ahí, en la delicada tensión entre lo canjeable y lo no canjeable. Si canjeamos demasiado el poema/oráculo, se vuelve una mera adivinanza; si cedemos a un “restismo” radical, terminamos fetichizando el texto. Entre un extremo y otro, solo una tensión adecuada es capaz de revelar el valor real de la palabra del poema.»

lunes, julio 28, 2025

Decálogo (apócrifo) para escribir con riesgo y risa - Harold Lloyd

Hollywood, junio de 1925



1. La historia debe correr. Si no te hace sudar, no sirve.

2. Escribe escenas donde el peligro y el deseo caminen juntos.

3. El héroe no es perfecto. Es torpe, decidido y siempre tarda.

4. Cada obstáculo debe ser una oportunidad para hacer reír o sufrir (o ambas).

5. El romance funciona mejor si casi se cae del reloj de un edificio.

6. Nunca subestimes el poder de un sombrero bien lanzado.

7. El gag se construye como una torre: paso a paso, hasta el colapso.

8. Haz que el espectador olvide que está viendo una historia. Que viva dentro de ella.

9. La comedia no es escape. Es enfrentarse al mundo con una sonrisa temblorosa.

10. Si el público contiene el aliento… y luego ríe: escribiste bien.


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Tomado de la página de Facebook El inquilino guionista