sábado, noviembre 19, 2022

50 años del incendio en Guaxcamá: 18 de noviembre de 1972


El Heraldo de San Luis destacó el domingo 19 de noviembre de 1972 en su titular de ocho columnas: “Pavoroso incendio en Guaxcamá”, mientras el primer párrafo (el lead o entrada) añadía: "La débil chispa de un barreno inició la tarde de ayer al filo de las 15:30 horas un gigantesco incendio que hasta esta madrugada amenazaba con destruir las entrañas del subsuelo de Villa Juárez, en una enorme explosión”.

Variaron las versiones, pero hubo coincidencias: el incendio se inició durante la media hora que se daba en el cambio de turno, cuando algunos trabajadores se dedicaban a barrenar uno de los tiros. Los que quedaban en el interior dieron la voz de alerta. Se evacuaron durante esa tarde y parte de la noche unas quinientas familias de la misma Guaxcamá y de los poblados cercanos, como Buenavista, El Carrizal y Puerta del Río.

El diario destacó “la activa labor del síndico municipal en funciones de agente del Ministerio Público, Margarito Avila Martínez”.

Al día siguiente las ocho columnas fueron: “Aflictiva situación de familias mineras”, e incluyó un sumario: “El incendio provoca una psicosis general en la amenazada Villa...” Se informaba allí que el presidente de la república, Lic. Luis Echeverría Álvarez, dio intrucciones a un equipo interdisciplinario (aunque aún no se usaba esa palabra) para que se trasladara al lugar del siniestro, y que el secretario de Gobernación, Lic. Mario Moya Palencia, sostuvo una conversación telefónica con el gobernador del estado, Lic. Antonio Rocha Cordero, para instrumentar un plan conjunto.

Sin embargo, la labor de los bomberos era pesada y hasta inútil, ya que el incendio aumentaba debido a la falta de elementos y equipo adecuados para combatirlo.

Las fumarolas habían disminuido 30 por ciento, pero todavía el lunes debió ser evacuada la exhacienda de Agua del Medio, trasladándose sus habitantes a la escuela Heroinas Mexicanas, a graneros y a casas particulares de la cabecera de la Villa. El martes El Heraldo informó que se necesitaban 500 mil metros cúbicos de agua para extinguir el incendio, y que las personas que integraron el comité para la emergencia eran el ingeniero Víctor Gárate, coordinador; el licenciado Alfonso Lastras Ramírez (entonces Secretario General de Gobierno), Tesorero; el ingeniero Luis E. Ehrlich (director de operación de la Sría. de Mejoramiento Ambiental, SMA) y Enrique Márquez M. (Director de investigaciones de la SMA).

Con la mina convertida en un enorme volcán pasaron dos años, de lo que dan fe las burbujas que quedaron bajo la quebradiza tierra de Guaxcamá y los pequeños movimientos del piso que se sienten cada vez que alguien da un paso en el pueblo fantasma. Las casas nunca se volvieron a habitar, la iglesia y la casa de los patrones qudaron en ruinas, y eso le da al paseo un toque de misterio.

Hay quienes aseguran que hay chispas atrapadas en la tierra, y que el azufre que queda podría venderse bien, pero el precio de este mineral va cada vez más a la baja. Con el tiempo, si vuelven a subir los precios, Guaxcamá puede volver a vivir.

Allí quedan las ruinas y en la cabecera municipal la imagen de San Rafael —trasladada después del incendio— por testigos.



Fragmento de Villa Juárez, la bella Villa 
(Programa de Desarrollo Cultural Municipal (CNCS / Sría.
de Cultura / Ayuntamiento de Villa Juárez, SLP, 2004)



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