viernes, septiembre 27, 2019

Cadaver exquisito (Arragoiz, Calvillo, Cortés, Blanco)

Un árbol de monedas
agita su melena
fiera donde el aliento
se sostiene

Deja vibrando flores
pensamientos
que lanzamos a su tronco

Esparce luz violeta
que nos deja ver
lo que era el cielo

Un poco más de cada uno
en los círculos minuciosos
que nos rodean

Las sombras
en su tenue movimiento
advierten una distancia

Las ramas en su oleaje
nos acercan una vez más

Bajo el cielo fuimos
y no somos extraños

Sus colores
nuestros ojos reconocen


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Tomado de La hora y la neblina, de Alberto Blanco. FCE, 2005.

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