»La primera vez que leí esa frase, la entendí a la primera. Pero me di cuenta de que me faltaba saber cómo podía exponerse uno de verdad escribiendo. Porque me parecía obvio que en caso de arriesgarse había que hacerlo de verdad.
»Por los mismos días, leí a Michel Leiris y fue providencial. Exponerse al escribir, según Leiris, era tratar de estar a la altura de un torero cuando salta a la plaza; es decir, tratar de “introducir por lo menos la sombra de un cuerno de toro en una obra literaria”...»
(Completo en la Revista de la Universidad de México.)
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