sábado, junio 04, 2016

Defensa y ataque: Muhammad Ali (1942-2016)

Hoy para ser figura pública no se quiere de épica. Quienes alaban a ídolos prefabricados como el Canelo o Julio César Chávez Jr. quizá no han visto a Muhammad Ali en acción. "No es arrogancia si puedes sostenerlo", decía. Y lo sostenía, fuera y dentro del ring. Táctica y estrategia. Entrenamiento de obra y de palabra. Noqueaba y se escabullía. "Say my name", decía al golpear, prolongando su agonía ("Soy doblemente grandioso, no sólo los noqueo sino que elijo el round"), a quien no reconocía su nuevo nombre.




"El otro dia luché contra un cocodrilo, peleé contra una ballena, he esposado relámpagos, he encerrado en la cárcel a truenos. Yo asesiné a una roca, he herido a una piedra, hospitalizé a un ladrillo, soy tan malo que hago enfermar a la medicina", decía el Supermán Negro. Y ahí le faltó añadir que noqueó a políticos, a la ideología conservadora: se negó a ir a la guerra, defendió al Islam y defendió los derechos de la pluriculturalidad:
"¿Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10 mil millas de casa y arrojar bombas y tirar balas a gente de piel oscura mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No voy a ir a 10 mil millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar a otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos"



Y hasta venció a Supermán, en una eliminatoria para ver quién sería quien representara a la Tierra en una pelea contra invasores extraterrestres. Obviamente, terminaron como cuates.

"Tell me... do you bleed? You will".


Lo hizo sangrar mucho antes que Batman.


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