viernes, marzo 25, 2016

Oración en Getsemaní - José Watanabe

Los olivos nunca crecen con decidido afán
de cielo, irguiéndose rectos y sin dudas.

Los olivos se retuercen nudosos y ásperos
como gente atormentada.

Entre ellos viniste a recogerte como una grave montaña.

Ranas y pájaros te ven de rodillas y desolado
y luego vuelven a sus asuntos:
las ranas tras los insectos
y los pájaros a cantar su celo: esa es la soledad,
cuando todo está desacordado de uno.

¿Percibes, ahora, Señor, lo que el enfermo que despierta
de madrugada
y siente que la soledad le entristece cada órgano,
y la noche y su pesar
le parecen más vastos que Dios?

Entre los olivos. Tú eres el destinatario
de tus propias bienaventuranzas,
pobre de espíritu, hambriento, lloroso, sediento
de justicia y con el rumor de una persecución.

Tal vez nunca has estado más cerca del Padre.

Ya estás en el Padre.

La muerte que se acerca
será sólo una sangrienta anécdota.

1 comentario:

  1. Es un profundo poema donde coloca al ser humano ante preguntas existenciales sobre el dolor, la soledad, la muerte. Me dio otras luces cuando, cambie el sentido, es decir, que se tratara de un diálogo interno de Jesús consigo mismo, sobre todo en los últimos 4 versos. Pues se recuerda que ya está con el Padre a pesar de la soledad que siente, pero esa confianza, de estar con el Padre, le hace comprender que está listo para el siguiente paso, en este caso su muerte. Aunque sabe que será dolorosa, sabe que estará con su Padre.

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