miércoles, octubre 28, 2015

Contra el erotismo




Leo Erótica, un poema de Saúl IbargoyenLo leo y digo un nombre en voz alta. Tu nombre. Un nombre propio, no podría ser de otra manera. Lo asocio con una imagen, una música, un olor que me atrapa. Texto y textura, la imagen y el reflejo, cualquiera que sea uno u otro. Un nombre pleno de sentido, hecho de sentidos. Lo leo en el espejo, al revés me sigue atrapando. Ya Jorge Luis Borges anunciaba su odio a los espejos porque como la cópula multiplican el número de los hombres (y mujeres, para que no se tome como masculinizador el concepto). Hoy son otros espejos. O llamamos con otros nombres al retrato, a los detalles que emergen de esa superficie que debería reflejarnos. Gracias a las lecturas superficiales, al individualismo como norma, a las redes sociales y a la inmediatez contemporánea, la manera en que nominamos, nos nominamos, ha cambiado...

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