lunes, diciembre 22, 2014

Angustia desperdiciada - Italo Calvino

«Quisiera señalar el fin en mi vida de la “angustia desperdiciada”: nunca me he arrepentido tanto de algo como de tener preocupaciones individuales, anacrónicas en cierto sentido, mientras que las preocupaciones generales, preocupaciones sobre el tiempo (o en cualquier caso las que pueden reducirse a eso, como tu problema para pagar la renta, por ejemplo) son muchas y muy vastas y tan “de mí”, que siento que son suficientes para llenar mi “preocupabilidad” e incuso mi interés y mi gozo de vivir. Así que desde ahora quiero dedicarme por entero a estas últimas ―pero estoy consciente ya de las trampas de esta cuestión y por eso de un tiempo para acá mi primera necesidad ha sido “desperiodizarme”, quitarme la correa que ha dominado los últimos años de mi vida: leer libros y reseñarlos inmediatamente, comentar sobre algo incluso antes de tener tiempo para hacerme una opinión sobre ello. Quiero construirme una nueva forma de programa diario en la que finalmente pueda profundizar en algo, algo definitivo (dentro de los límites de las posibilidades históricas), algo ni deshonesto ni insincero (a diferencia de como son los periodistas de hoy en día, de una forma u otra). Por esa razón he hecho varios planes para mí mismo, para mantener contacto con la realidad y con el mundo, pero siendo cuidadoso, claro, de no perderme en actividades innecesarias, y también para crear mi propio trabajo individual no más como “periodista”, sino como “investigador”, con lecturas sistemáticas, notas, comentarios, cuadernos y una cantidad de cosas que nunca he hecho; y también para, eventualmente, escribir una novela.»

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