lunes, noviembre 24, 2014

Primogénitos - Steven Pinker

«Al primogénito se le han pronosticado varias ventajas. El primogénito, simplemente por haber sobrevivido hasta la edad que tiene en un momento dado, es más valioso para los padres y, por supuesto, es mayor, más fuerte y más sabio y lo será en lo sucesivo mientras el más joven sea niño. Al haber llevado la batuta durante un año o más, el primogénito considera al recién nacido un usurpador. Por tanto, se identificará con sus padres, que han alineado sus intereses con los suyos y se resistirá a los cambios en un statu quo que siempre le ha sido favorable. Aprenderá así mismo el mejor modo de esgrimir el poder que el destino le ha concedido. En resumen, un primogénito será conservador y peleón. El segundo hijo debe enfrentarse a un mundo en el que se halla este obsequioso sargento. Dado que no puede abrirse camino con gamberrismo y adulación, tiene que cultivar las estrategias opuestas. Debe convertirse en un individuo apaciguador y cooperante.Y al haber mucho menos enjuego del statu quo, debe mostrarse receptivo al cambio. (Estas dinámicas dependen también, de los componentes innatos de las personalidades de los hermanos y de su sexo, tamaño y espaciamiento; nuestra distancia recorrida puede variar.)

»Sulloway analizó los datos tomados a partir de 120.000 personas en el marco de 196 estudios adecuadamente supervisados acerca del orden de nacimiento y la personalidad. Tal como había predicho, los primogénitos eran menos abiertos (más conformistas, tradicionales y se identificaban íntimamente con sus padres), más escrupulosos (más responsables, orientados al logro, serios y organizados), más antagónicos (menos agradables, accesibles, populares y tolerantes) y más neuróticos (menos adaptados, más ansiosos). Son así mismo más extrovertidos (más positivos, más líderes), aunque las pruebas son nebulosas dado que son más serios, lo cual les hace ser más introvertidos».

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