miércoles, abril 02, 2014

De talleres literarios (1)

Ya que pronto iniciaré un taller literario (al que invito y del que pronto les daré detalles), comparto algunas lecturas recientes sobre tan dilectas reuniones. La primera es de Daniel Espartaco, en Letras Libres:

"Uno de los pilares de la literatura mexicana es el “taller literario”, sagrada institución en donde una vaca sagrada de provincia transmite de generación en generación prejuicios y toda clase de ideas equivocadas y pretenciosas sobre lo que debe ser la literatura. Algunos de estos grupos hasta llevan el pomposo nombre de una vaca sagrada muerta (y que por eso hiede) y duran años y años. Los asistentes se enquistan en sus asientos y la dinámica se vuelve más parecida a un grupo de autoayuda para combatir (sin éxito) la codependencia. Para algunos escritores es una forma de ganarse la vida; tal vez por eso no les conviene dejar ir a sus pupilos, como si fueran psicoanalistas lacanianos: el tratamiento es largo, muy largo. Lo que me parece una verdad universal es que si un aprendiz dura más de dos meses en un taller, y necesita asistencia para toda la vida, nunca se convertirá en un escritor. Ahora bien, para no ser maniqueo, impartir un taller muchas veces, para algunos escritores, es la única opción en un país donde pocos pueden vivir de sus libros; es una salida tan digna como poner un puesto de tamales. Tampoco está mal considerar el taller semanal de literatura entre amigos como algo tan recreativo como el dominó de los jueves o el té canasta, pero no hay que engañarse..."

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