"Los continentes, me parece, se tornan archipiélagos, al menos vistos desde afuera. Las Américas tienden a configurarse como un archipiélago, se agrupan en regiones, sobreponiéndose a las fronteras nacionales. A mi juicio debemos devolver al término región la dignidad que le es propia. El pensamiento de sistema, el pensamiento continental [...] consideraba a las lenguas no vehiculares --a las que llamaremos regionales, siempre que demos al vocablo región un sentido nuevo, exhaustivo-- como lenguas encerradas en sí mismas, replegadas, idóneas para la folklorización y el particularismo inoperante. Este estado de cosas genera inmediatamente obligaciones, siendo la conclusión que todas las lenguas han de entenderse, a través del espacio, en los tres sentidos del término entenderse, a saber: deben escucharse, deben comprenderse y deben reconocerse".
Edouard Glissant, Introducción a una poética de lo diverso
No hay comentarios.:
Publicar un comentario