¿Qué importa si hoy hay equinoccio si la primavera ya había llegado?
Todo florece.
Lo supo el calendario maya: todo acabó, empezó un mundo nuevo
que aspira a suspirar.
A golpe de onomatopeyas el amor transfigura la lengua,
a ojos cerrados la mirada avanza;
el cuerpo amado se vuelve hogar y alas, paraíso y eternidad.
Felina.
Siete vidas.
Maullidos y ronroneos.
Miauchísimo.
Nadie más hace falta, nada se echa de menos
cuando todos los sentidos gozan a plenitud,
jacarandosos
como la estación que a los días santos antecede.
Jueves de Perséfone,
Viernes de Dolores,
Sábado de Sabe,
Domingo de Flores
Lunes de Miradas
Domingo de Cambio de Horario.
Primeveral y optimista, me gusta su prosa.
ResponderBorrarJacarandas, azul violeta, lo mejor.
Saludos!
Bianca Luce