lunes, abril 09, 2012

elcuerpo escultura


Algo así: nos creamos mutuamente, pero más tú, tan libre, cuando me das vida montada en mí.  Mis facciones sólo toman forma con tus manos. Modelas, rompes, amasas. Desgarras con sabiduría, nombras músculos y tendones y dejo de ser una piedra, un árbol anclado al piso, árbol sin raíces.  Subes por mis piernas que surgen por tu gracia y puedo moverme con libertad. Me das el ser. Nada puede estar ya quieto. Parpadeo. Sudo y me estremezco, siento que estoy vivo. Nazco cada vez que me tocas: tu contacto hace surgir mi boca y de ella tu nombre. Y escribo.

Imagen: escultura de La Era de Rodin, exposición permanente del museo Soumaya Plaza Loreto.
Más en la página de Itzcuincalli en Flickr.

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