"Aún no he dicho nada del argumento de Rey, dama, valet. El asunto no tiene una base desconocida. En efecto, sospecho que esos dos notables escritores, Balzac y Dreiser, me acusarán de plagio, pero juro que por aquella fecha no había leído aquel descabellado género y aún anora no sé muy bien lo que estarán diciendo bajo la sombra de sus cipreses. Después de todo, el marido de Charlotte Humbert tampoco era completamente inocente.
"Al hablar de corrientes literarias debo reconocer que me sorprendió hallar en mi texto ruso pasajes con monólogo interior sin ninguna relación con Ulysses al que apenas conocía en aquella fecha; aunque, como es natural, desde mi más tierna infancia me había familiarizado con Ana Karenina. Por otra parte, mis ligeras y afectuosas imitaciones de Madame Bovary, que los lectores no dejarán de observar, representan un deliberado homenaje a Flaubert.
Vladimir Nabokov, prólogo a la edición en inglés de Rey, dama, valet, 1968.
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