viernes, abril 23, 2010

Día Mundial del Libro

Dicen que las celebraciones son pretextos, sobre todo cuando hay tantas, pero conviene tomarlos cuando tantas veces olvidamos algo,como un listón en el dedo o una muesca en la pared de una celda. Los libros hoy circulan por aquí y por allá e incluso como muchas personas se han fundido en la red. La palabra no se crea ni se destruye, se transforma.

Yo envejezco al ritmo de un librero por año, a veces más. Ya no quepo ni en mi casa ni en mí. Es el único vicio (y tengo muchos) que no me avergüenza ni me hace daño (excepto cuando alucino que soy algún personaje, pero esa es otra historia).

Hay muchas cosas que quiero escribir, pero será más tarde, si despierto por fin. En San Luis Potosí se realizará un maratón de lectura en la Plaza del Carmen, de diez a diez, y se ha pedido que el tema de las obras que se lean (cinco a diez minutos por participante) sea "México en la literatura". Si los lectores no llevan su propio libro allí habrá algunos a escoger.

Yo ya tengo el que quiero compartir: La increible hazaña de ser mexicano, de Heriberto Yépez, del que luego platicaremos en extenso (y espero pronto se presente en este rancho). Además, llevaré algunos libros de mi autoría, y otros más, para liberarlos, como marcan las reglas de lectourbanidad.

Pero se quedan cosas en el tintero y en el librero, y espero más tarde regresar. Por lo pronto les dejo esta versión animada de Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.

1 comentario:

  1. Feliz día del libro, espero que lo disfrutes. Y no compres demasiados, que el espacio vital en casa es muy importante.
    Un abrazo.

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