Rescoldo para una evocación
(fragmento, tomado de epdlp)
" -Madre, abre tus brazos nuevamente,
desnúdame, mar adentro, con las yemas de los dedos.
Soñaba.
Me soñaba hundida en el destello de sus ojos.
Abismo en el abismo, a tragos cortos inhalaba
mi exhalación, y mamé de su cólera el sosiego.
Con trece espinas de luz tañía el Danzante la rosa.
Con trece pétalos penetró mis sentidos: gavilla descendí, líquida de polen.
Con veintiséis pistilos colmó toda hondura y grieta.
Las aguas anegaron la memoria inútil, la casa
en ruinas, la raíz expuesta.
Limpia de cicatrices, vine a ser un resplandor
en el santuario, un cántico entre mis auroras dando
tumbos en la hoguera.
"Sacerdotisa en el centro del Árbol Yo soy la Reina de Bastos La totalmente Ella misma Si vienes tocón mutilado a ofrecer astillas Te abrasaré Si fueres tronco entero Tu grosura hermosearé Por mí se llega a la plegaria quieta."
La hora del silencio borra mi huella.
Las arenas queman la planta del pie. El bullicio
de la fiesta bate en pleno.
Hoy me duele la vida como si fuera un tajo
de cuchillo en las muñecas.
Me abruman los hechos de violencia que cunden
el filo de mi propia recóndita agresión.
La hora del silencio.
Esa fracción de segundo cuando pausa la mar
y sobre el lomo de las olas somnolean las barquillas. "
Otro:
ResponderBorrarDÍAS DE POLVO
Por Esther Seligson
A gente entende pouco do semelhante. Cada um de nos é um enigma que a maior parte das vexes fica por decifrar.
Miguel Torga
Estás tan lejos me dicen tan sola
y respondo nunca lo suficiente
nunca lo bastante lejos la soledad
siempre hay quien la interrumpe el teléfono
el cartero vecinos y esa necia costumbre
de procurarse víveres no nunca lo bastante
sola lo suficientemente lejos transijo
pago cuentas hago la fila en el correo
saludo sonrío tampoco el mar que me acompaña
está solo cuántos veleros barcos lanchas
guardacostas lo ocupan
A veces nos salamos el mar y yo
muy de mañana en un llanto mutuo
remojo los piés en su espuma fría
y escucho la risa de Adrián que se revuelca
me digo entonces que aún estoy cerca
demasiado cerca
que me ha anclado el dolor a la orilla
a este cuerpo nunca suficientemente solo
ligero lejano
ay tan presente
Unos poemas de Esther Seligson muy densos, que requieren mucha entrega por parte del lector para poder sacar su esencia y disfrutarlos.
ResponderBorrarBuena elección. Un placer.
el título del primer poema vale por un poema entero.
ResponderBorrarvaya con esthercita! se me hace que en lugar de tinta usaba sangre refrigerada para escribir.
Permanezco en esa hora del silencio para exprimir la esencia de estos poemas.
ResponderBorrarGracias por compartirlos.
Un abrazo