Parte inicial de
esta novela "tomada del carnet de Facundo (José T. de Cuellar)", publicada en el siglo XIX como parte de
La linterna mágica, propuesta mexicana de Facundo ante
La comedia humana de Balzac, y donde pretendió entretener al lector "con la
china, con el
lépero, con la
polla, con la
cómica, con el
indio, con el
chinaco, con el
tendero y con todo lo de acá":
Don Jacobo cree que sabe leer y escribir, pero buen chasco se lleva, pues en materias gramaticales, confiesa él mismo, con admirable ingenuidad, que nunca se ha metido en camisa de once varas.
En otra de las cosas en que se lleva chasco don Jacobo es en creer que sabe hacer algo, pues nosotros, que bien le conocemos, estamos seguros de que a pesar de sus letras no sabe hacer nada.
Su inutilidad lo condujo, aunque paulatinamente, a la situación lamentable en que el lector lo encuentra.
Aburrido don Jacobo de buscar destino, y más aburrido de no hallarlo, pensó en una cosa.
Esta cosa la han pensado las nueve décimas partes de los hombres inútiles que hay en el país. Lanzarse a la revolución.
Menudo texto, lleno de inteligente ironía y sabiduría, pero sin ser obvio; como a mi me gusta. Cuántos inútiles, teniéndose en alta estima, se han lanzado a la revolución de mero aburrimiento, y luego...
ResponderBorrarGracias por traernos cultura de la buena.
Un abrazo.
AJAJAJAJAJA, pinche Tomás de Cuéllar, se la rifaba bien cañón. XD
ResponderBorrarPara quienes viven en la ciudad de México, la UNAM publicó un libro para conmemorar el centenario de José Tomás de Cuellar, con varios buenos ensayos. Y solamente cuesta 50 varos.
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